Sin posibilidad de vender en el salón de ventas, y con las grandes fiestas suspendidas, los heladeros artesanales de Mar del Plata comienzan a encontrar alternativas para recuperar el nivel de ventas. Postres helados para ser consumidos en los encuentros familiares no numerosos aparece como una de las opciones.
La crisis económica derivada de la pandemia golpea ahora con fuerza el negocio del helado artesanal, un sector que el año anterior había sobresalido por su dinámica y propuestas innovativas.
Por cierto, las Noches de las Heladerías en cada cambio de estación, o la misma movida en diciembre adhiriendo a la convocatoria nacional, y la idea de crear de manera asociada un circuito de locales para que turistas y marplatenses descubrieran nuevos gustos aquí y allá, creados a partir de productos típicos de la región, parecen cosas de un pasado lejano.
En realidad, apenas tres meses atrás, a principios de marzo, el sector se preparaba para repetir el 21 de ese mes, inicio del otoño, el éxito comercial y de promoción que significaba tener frente al local colas de hasta una cuadra y ver cómo en unas horas se agotaban cuando menos las existencias de sus “productos estrella”.
El delivery no alcanza
Hoy el panorama es totalmente opuesto. Es incierto. Preocupante. Dos palabras inglesas se impusieron con fuerza y en cuestión de días: delivery y take away, modalidades que posibilitan un mínimo de movimiento pero que en el mejor de los casos no supera el 40 por ciento del que se tendría en un invierno con la “vieja” normalidad.
Sueldos que se pagan completos gracias al ATP del gobierno, sucursales cerradas, y horarios reducidos, caracterizan la realidad actual de un ámbito comercial que por la calidad de sus productos puede ofrecer a la ciudad un atractivo turístico más. Así como el visitante comenta que “a las medialunas de Mar del Plata no hay con qué darle”, igual sucede con los helados artesanales, con una calidad que resulta de las ventajas del medio ambiente y de la tradición heredada.
Leonardo Levagge, de Helados Kelly, es uno de los impulsores de la movida asociativa entre una veintena de heladerías artesanales de Mar del Plata. “En estas condiciones -comenta a LA CAPITAL, reconociéndose preocupado pero no rendido- es imposible pensar en una Noche de las Heladerías para recibir el invierno el próximo 21”.
Hoy la atención pasa por cumplir estrictamente los protocolos de seguridad sanitaria y en este sentido tratar de revertir lo que se siente como una “falsa e injusta imagen”, creada por aquella foto de calle Güemes en oportunidad de la primera prueba de reapertura comercial. Se reconoce que aquel día hubo algún colega que cometió el error de vender cucuruchos en el local, pero el agrupamiento de personas aquella tarde se debió también a muchos otros factores, ajenos al comercio del helado.
Cierre anticipado
Vedado el consumo del helado en el salón, y sin la gran demanda que significan las fiestas, a las heladerías les resta la posibilidad de la venta de los potes para llevar, con el costo adicional del delivery y la obligada reducción del horario de venta, siendo que antes de la pandemia era el horario nocturno el que ofrecía una considerable porción de la venta. La gran mayoría de las heladerías ahora cierran a las 20.
Levagge cuenta con un dejo de nostalgia que en octubre del año pasado pensábamos en imponer a Mar del Plata con la marca de “capital del helado artesanal de la Argentina”, mientras en Kelly, ubicada en la avenida Edison, él y sus empleados ensayaban con los helados de fernet, de atún y de roquefort, entre otros sabores novedosos.
No obstante la marea en contra, Levagge sigue buscando nuevas oportunidades. Su heladería siempre reservó propuestas para los más chicos, y ahora insiste con esa veta, produciendo tortas heladas para ser consumidas en un grupo familiar no muy numeroso. Son productos, diseñados según algunos modelos previos pero también con motivos particularizados según el pedido del cliente.
Cosas que llegaron para quedarse
Sergio Lema, de L’Sucre, decidió cerrar no bien se impuso la cuarentena. “La prioridad fue cuidar a la gente”, comenta. “Luego –señala– reiniciamos con mucho cuidado, con un delivery propio y el take away. Ahora creemos que aún después de la pandemia habrá cosas de las que llegaron con esta emergencia que seguirán. Es posible que la gente permanezca más en la casa, por lo que el delivery será importante. A los pocos días de la cuarentena hicimos un replanteo de las plataformas de internet que tienen ahora aún más importancia que antes”.
En L’Sucre buscan diferenciarse por la diversidad de la oferta que van más allá de los helados, y en cuanto a éstos se presta atención especial a a los que son aptos para celíacos, condición por la que la marca ya es conocida.
Oferta de combos
Avgvstvs es otra heladería tradicional de la ciudad, gestionada por dos pares de hermanos, hijos de los fundadores. Rosana Leo asume la representación del grupo familiar para indicar que ahora mantienen abierto dos de los cuatro locales de la firma. Enfrentan como pueden las consecuencias de la crisis ya referidas con los otros casos y la disposición a la creatividad, que antes se enfocaba en la creación de la marca “Mar del Plata, capital argentina del helado artesanal”, en esta instancia se orienta también hacia los más chicos y hacia el consumo del helado en familia. En su oferta, se incluyen combos, que incluyen recetas dirigidas en especial a las niñas y a los niños para que, con una base de helado, crema americana por ejemplo, puedan realizar en el hogar un postre con un toque personal.
Omar Julián, de Heladería Kiwi, confía en que el alivio llegará con la primavera y que el próximo verano el sector resurgirá. Este es un tiempo, piensa, para seguir experimentando con los sabores porque esa propuesta de hacer de Mar del Plata un lugar donde sea posible encontrar todos tipo de elaboraciones no debe decaer. Es así que Kiwi sigue destacando en su cartelería las variedades estrella del “Bahamas” (jugo de naranja, banana y frutilla) y “Dulce de leche a la panna”, pero al mismo tiempo ensaya con las futuras opciones de yogourt con moras y banana, zanahoria y jenjibre, y otras combinaciones que incluyen también frutillas, albahaca y limón.
José Zingarelli, de una cuarta generación de heladeros, mantiene abiertos dos locales de Ibiza, uno en el sur y otro en el norte de la ciudad. Admite que la cuarentena fue impuesta de manera tan oportuna como necesaria pero advierte que ahora y hacia el futuro inmediato no hay claridad en cuanto a las medidas oficiales, ya que los compromisos se van sumando y los ingresos cayeron. “Está el delivery pero sólo con eso no alcanza”, expresó.
Las firmas de helado artesanal que venían participando asociadas para afianzar la marca Mar del Plata son las siguientes: Capurro, Avgvstvs, Kiwi, Ibiza, Kelly, Tío Andino, Polar, Puerto Helado, Kiwi, Treviso, Navarra, Ricolatto, Freysse, L’Sucre, Eduardiko y el proveedor Cucuruchos Dore.