Lo confirmó el secretario de Obras y Planeamiento municipal, Jorge González. A casi un mes del incendio, todavía sale humo de los escombros y la zona no tiene gas. Algunas viviendas todavía siguen sin luz.
El secretario de Obras y Planeamiento del municipio, Jorge González, confirmó hoy que la demolición de la única estructura de la distribuidora Torres y Liva que sigue en pie se llevará adelante en los próximos días, a casi un mes del incendio que afectó la totalidad de las instalaciones de la tradicional empresa marplatense y otras 47 viviendas de los alrededores.
“Venimos trabajando en el concurso de precios de la intervención pública que debe hacer la Municipalidad por seguridad de todos, que es la demolición del edificio que ha quedado en pie. La información de eso ya está en manos del intendente municipal y los trámites administrativos están más que acelerados para poder tener el marco contable y legal que nos permita avanzar y poner en marcha los trabajos lo antes posible”, señaló el funcionario, en diálogo con Radio Brisas. Lo que se derribará será una parte del frente del edificio de Rivadavia y 20 de septiembre que, pese a las visibles fisuras que presente, todavía sigue en pie y genera un riesgo para quienes viven en las cercanías.
Según indicó González, todo indicaría que el operativo tendrá lugar en los “próximos días”. “La demolición será en los próximos días. Todavía no podemos decir si la semana próxima o la otra, pero con seguridad tendrá lugar esta temporada. Los trabajos empezarán y terminarán esta temporada”, señaló el secretario municipal.
El incendio que arrasó con la distribuidora y otras 47 viviendas tuvo lugar el pasado 15 de diciembre.
La intención de acelerar todos los procedimientos legales-burocráticos tiene como trasfondo dos razones. En primer lugar y por sobre todas las cosas, evitar cualquier riesgo que podría ocasionar un ocasional derrumbe de la estructura que se mantiene en pie. Y por otro lado, normalizar lo antes posible la cotidianidad en la zona del voraz incendio, que desde el 15 de diciembre último se encuentra cercada por las calles 20 de septiembre, Rivadavia, 14 de Julio y San Martín, perjudicando a los comercios de la zona y la normal circulación de los marplatenses que por allí viven.
A pocos días de que se cumpla un mes de uno de los incendios más grandes de la historia de Mar del Plata, columnas de humo todavía pueden verse salir de los escombros de lo que alguna vez fue la distribuidora Torres y Liva, con más de 60 años de trabajo en la ciudad. El olor también es huella imborrable de la tragedia. Reconocible a más de tres cuadras de distancia del “punto cero”, el olor a quemado es una constante de todos los días desde hace semanas. “Ya estamos acostumbrados. Creo que ya ni lo sentimos, pero lo llevamos encima”, dijo un vecino de la zona al pasar caminando y ver a LA CAPITAL recorriendo el lugar.
La recorrida por la zona también es complicada. Si bien los primeros días tras el suceso el cordón de seguridad dispuesto por la policía llegaba a dos cuadradas a la redonda, hoy por hoy solo se ubica alrededor de la manzana afectada. Con tres efectivos por esquina las 24 horas, el lugar se encuentra constante vigilado. Los agentes de seguridad también son los encargados de solo permitir el paso de vecinos o personas que deban hacer alguna diligencia en los locales comerciales y obras sociales ubicadas en los calles cercanas.
La zona se encuentra cercada y vigilada las 24 horas. El paso está restringido.
Sin embargo, pese a la autorización del paso, los comerciantes de la zona atraviesan momentos difíciles. En plena temporada y mientras diferentes operadores turísticos destacan con entusiasmo un verano que hasta el momento deja un balance positivo, en las inmediaciones de donde hasta hace un mes estaba la distribuidora Torres y Liva hay caras largas, preocupación y resignación.
“Después del incendio estuvimos cerrados unos cuatro o cinco días y después volvimos a trabajar, pero no al mismo ritmo. Afectar nos afectó, por supuesto”, señalaron desde una librería ubicado en la esquina de Rivadavia y 20 de Septiembre. En la otra esquina, por 14 de Julio, un local gastronómico refleja en su interior las consecuencias de la falta de circulación por la zona. Adentro no hay nadie.
Pero a la falta de ventas se le suma la imposibilidad de trabajar. Este es el caso de Viviana, una mujer que hace más de 30 años alquila un local sobre la calle San Martín y donde arregla electrodomésticos y vende repuestos de los mismos. Desde el incendio, no tiene ni luz ni gas, por lo que se encuentra imposibilitada para trabajar.
“A mí me destruyó lo que pasó. Este es mi único ingreso y no puedo trabajar”, señaló la mujer. La fase eléctrica que le otorga el servicio a su local se encuentra dentro de uno de los edificios que sufrió serios destrozos y que, además, se encuentra hoy en día clausurado por la Municipalidad.
Los edificios afectados por las llamas no tienen luz ni gas. Y no les será restablecido el servicio hasta realizada la demolición.
“Los edificios afectados no tienen luz, por lo que yo tampoco. El resto de los locales o los consultorios de la zona sí tienen. Todos me dicen que no se puede hacer nada. EDEA y la Municipalidad. Mientras tanto yo no trabajo, solo puedo vender repuestos”, agregó Viviana, quien reconoció que la situación la “bajoneó mucho”, sobre todo después de un año difícil en materia económica.
Marta, una señora que vive por calle San Martín, también habló con LA CAPITAL acerca de las complicaciones que generó el incendio a todo el barrio. “Yo por suerte tengo luz desde hace unos cinco días, pero gas no tenemos y ya nos avisaron de la Municipalidad que por cuestiones de seguridad no vamos a tener hasta dentro de un tiempo. Así que básicamente todo el mundo de la manzana está viviendo en casa de amigos o familiares, o al menos yéndose a bañar allá“, señaló.
Sobre la habilitación de los servicios, el titular de Defensa Civil, Rodrigo Goncalvez, señaló a LA CAPITAL que la misma está atada a la demolición y remoción total de los escombros.
“La reconexión del gas es algo consecuente a la demolición. En algunos casos se ha restablecido, pero en lo que respecta al perímetro más cercano al edificio incendiado no va a ser así hasta tanto se terminen las tareas. La luz, en tanto, se ha ido restableciendo. Salvo los edificios afectados por las llamas, se ha podido gestionar que, junto a los particulares, la distribuidora eléctrica puedan generar conexiones individuales siempre y cuando no implique situaciones de riesgo”, indicó el funcionario.
A su vez, el secretario de Obras y Planeamiento del municipio, Jorge González, aseguró que desde el Ejecutivo mantienen “reuniones periódicas con los damnificados”.
“Las reuniones las hemos tratados desde las diferentes secretarias de la ciudad, incluso con participación de los concejales. La idea es prestar colaboración desde el punto de vista social como desde el punto de vista del asesoramiento letrado y colegios profesionales. También la vinculación con empresas como EDEA y Camuzzi”, señaló el funcionario, en la misma entrevista radial en la que confirmó la inminente demolición.
El secretario también hizo referencia a la situación de los comerciantes de la zona. “Estamos atendiendo a aquellos que han sido damnificados porque viven en la zona o tienen allí un comercio, para que la molestia sea la menor posible y podamos mejorar día a día. Por supuesto siempre teniendo en cuenta la limitante de la seguridad pública que respetamos a rajatabla”, indicó y destacó que “todas las personas que se han acercado a las reuniones han valorado lo que se ha hecho y ponen por delante a aquellas personas que se han visto damnificadas en un 100%”.