El espacio virtual literario continúa vinculando autores con amantes de la lectura.
Este mes de junio “La Palabra Precisa” celebra sus siete años de existencia. Aquel espacio virtual surgido de la iniciativa de Marcelo Franganillo, (Franganillo/Comunicación), fue convirtiéndose cada vez con más potencia en una vía de comunicación entre autores y lectores favoreciendo la dinámica del placer y el conocimiento, propio de la actividad literaria.
“El mérito de La Palabra Precisa es básicamente del generoso aporte de los autores invitados -locales, nacionales e internacionales- que ofrecieron sus obras en forma de cuentos y relatos” indicó su creador.
Lisandro Iserte, a cargo del diseño y administración digital, y Martín Kobse como editor, completan el equipo de #LaPalabraPrecisa.
Lo que en un principio fue una ventana en el site de Franganillo/Comunicación fue cobrando una identidad propia con fuerza independiente. A lo largo del año el portal presenta algunas secciones fijas para seguir disfrutando de la buena literatura.
A partir del mes de julio el espacio se nutre con la mirada de escritores locales. Diciembre es el mes de los cuentos de Navidad. El verano trae las historias de vacaciones. De abril a junio el sitio se dedica a autores consagrados.
En junio, mes del aniversario, siempre se reserva el valor agregado de alguna sorpresa con un autor invitado.
“No hay mejor manera de celebrar este aniversario que compartiendo con nuestros lectores joyas literarias como las que están previstas para cada semana de este mes de junio. Se trata nada menos que de cuatro cuentos de Daniel Moyano, considerado uno de los escritores más originales de la narrativa de finales del SXX” anunció Franganillo.
Daniel Moyano nació en Buenos Aires el 6 de octubre de 1930. Murió en Madrid, el 1 de julio de 1992. Pasó su infancia en la ciudad de Córdoba y luego se radicó en la provincia de La Rioja, donde ejerció como profesor de música e integró el Cuarteto de Cuerdas de la Dirección de Cultura de esa provincia. Allí formó su familia y escribió gran parte de su obra literaria. Durante la última dictadura militar argentina fue encarcelado en La Rioja. Una vez liberado, se exilió en España, donde vivió hasta su muerte. Allí fue obrero en una fábrica de maquetación y, posteriormente, ejerció la crítica literaria para el diario El Mundo.
Sin duda, la suya es una de las obras más originales de la narrativa argentina de la segunda mitad del siglo XX. Sus ocho libros de cuentos y siete novelas contienen una reflexión, dinámica, no cerrada en sí misma, sobre la condición humana, sobre la entidad de la realidad y las posibilidades del lenguaje para dar cuenta de ella. En palabras de Augusto Roa Bastos “como los grandes cuentistas de todos los tiempos, él procede por excavación y no por acumulación, por la creación de atmósferas, de un cierto clima mental y espiritual, más que por el abigarrado tratamiento de la anécdota. Éste es también el mejor indicio de su realismo, que trabaja en profundidad. No busca reproducir las cosas sino representarlas”.
Cada viernes de junio, La palabra precisa publicará: “Cita en un bar”, “La fábrica”, “La columna” y “Un agujero en la pantalla”.
El encuentro es en www.lapalabraprecisa.com.ar