El autor trabajó más de diez horas por día, durante un mes, en esta obra que se encuentra en el Foyer del Auditorium.
Luego de un mes pintando en vivo en el Foyer del Teatro Auditorium, el artista Daniel Kaplan presentó su obra terminada “Noche de Milonga“.
Egresado de la Escuela Nacional de Bellas Artes “Prilidiano Pueyrredón”, estudió luego en la Escuela Superior de Bellas Artes “Ernesto de la Cárcova”, en los talleres de pintura, dibujo y escultura.
Daniel Kaplan -discípulo de Hopper- aborda las milongas, el erotismo, la belleza, la sensualidad.
Y eso fue lo que pintó en vivo en el Auditorium durante un mes. Comenzó el martes 13 de junio y desde entonces, todos los días, inclusive sábados y domingos, trabajó un promedio de diez horas para terminar una pintura directa con óleo sobre un lienzo de dos metros montado sobre paneles.
Antes de la inauguración, durante el fin de semana, en pleno proceso creativo Kaplan dialogó con LA CAPITAL. “La última vez que pinté un trabajo de este tamaño fue acá mismo, era un poco un desafío para mi volver a hacerlo y me parece que esta obra es superior. Es mucho más colorida y puse el foco en las expresiones y la interrelación entre dos personajes”, comentó.
– ¿En qué se inspiró para esta obra?
– Esta inspirada en un salón porteño que se llama “El Beso”. Fui una anoche a fotografiar. Representa un poco la vida misma. Pusimos de título “Noche de milonga”, pero en realidad está inspirada en un tango que dice en una parte “La vida es corta y hay que vivirla”. Para mí representa a los personajes de esta milonga que en su mayoría son gente de mediana y avanzada edad pero que sin embargo se sienten vivos, se sienten sensuales, se sienten seductores, sienten ganas de entregarse al otro. Es un reflejo de la vida misma, de la condición humana.
– ¿Cómo fue el proceso de creación de la obra?
– Es un proceso bastante intuitivo. Yo tengo una formación en pintura figurativa. Trabajo lo vivo, lo natural, trabajo con la luz. Para estos casos trabajo con fotos que yo tomo en las milongas. Para este cuadro tomé más de 200 fotos de las cuales habré seleccionado unas 40 y las imprimí. Hice collage para lograr una imagen panorámica. Y después para ubicar los personajes en el lugar que yo quería. Es un proceso un poco intuitivo donde voy observando cómo se relaciona una pareja que quiero que este en el cuadro. Hago una primera pintura hay un proceso de un mes previo en mi taller desde que sabía que iba pintar acá. Inicié tres cuadros de dos metros cada uno para ver cuál iba hacerla composición definitiva que iba a utilizar. Son pinturas que no llegué a terminar porque tenía una fecha muy precisa de lo que debía hacer acá. Eso me sirvió para darme una idea muy funcional de las dificultades que iba a tener y de cómo poder resolver.
– ¿Hace cuánto que trabaja en el tema de las milongas?
– Llevo más de diez años trabajando el mundo de las milongas. Estoy muy familiarizado. Generalmente me llaman el pintor del tango y no creo que sea así. Creo que pinto milongas, los personajes nocturnos, los que transitan esa noche, la iluminación de esos lugares. Mi obra se centra en la parte más humana, más real. Lo que yo pinto es la vida la milonga hoy.