El ministro de Desarrollo Social de la Nación aseguró que se están construyendo nuevos liderazgos. También dijo que en los barrios “no hay grieta”, y aseguró que el desafío que viene es reconstruir el trabajo
Si la tarea del Ministerio de Desarrollo Social era ardua, la irrupción de la pandemia multiplicó el desafío para la cartera que atiende las áreas más sensibles de la sociedad. Daniel Arroyo, quien desde diciembre lidera el Ministerio, trazó un balance de la realidad social del país y planteó los desafíos entre los que destaca la generación de trabajo.
En ese contexto, hizo una lectura positiva del rol de la mayoría de los ciudadanos en la pandemia y consideró que “la sociedad está tres pasos adelante de la política”.
El funcionario remarcó que en el actual contexto se están construyendo nuevos liderazgos. “Hay una sociedad sana en la Argentina, hay un montón de gente que salió de sus casas y se puso a ayudar. Fue al merendero de la esquina, a la escuela, a la olla popular a dar una mano. Son los futuros líderes de la Argentina. El 2001 generó eso”, argumentó en diálogo con el programa radial “La Contratapa” (FM 93.3 Atlántica Latina).
En la misma dirección, Arroyo señaló que “no hay grieta en los barrios”. “Está el cura, el pastor, dirigentes sociales diversos y todos ayudan. Hoy con la asistencia alimentaria pero ya pensando en cómo generar trabajo. Veo el surgimiento de nuevos liderazgos”, apuntó.
Si bien en la actualidad el foco está puesto en la asistencia alimentaria, el Ministro planteó que el principal desafío es “reconstruir el trabajo”.
“Hoy el ministerio es 90% asistencia alimentaria y un 10% trabajo. Aspiro a que a fin de año sea 50 y 50 y el año que viene el eje central sea el trabajo”, sostuvo.
Además, explicó que el proyecto de reconstruir el trabajo se basa en cinco sectores productivos. Construcción, producción de alimentos, actividad textil, la economía del cuidado y el reciclaje.
A pesar del complejo panorama actual, el funcionario nacional opinó que Argentina va “a un rebote económico, moderado”.
“La situación social se ha sostenido no sólo por el estado sino que hay iglesias, organizaciones sociales, escuelas. Hay una red productiva, gente que se ha reconvertido. Hay una adaptación a la realidad. Yo veo que ha haber un rebote económico y una mejora en un contexto muy difícil donde hay mucha gente angustiada”, añadió.
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En referencia a la situación alimentaria, Arroyo afirmó que hay dos momentos en los que reduce la cantidad de gente que asiste a los comedores: cuando se abre la actividad textil y de construcción y cuando se carga la tarjeta alimentaria. “En las últimas tres semanas hay un poco menos gente en los comedores y eso tiene que ver con las changas textiles y de construcción”, dijo.
Problemáticas
Por otra parte, Arroyo se refirió a otras problemáticas que afectan a la sociedad y que no están “en el tapete del debate”.
“Uno es la cuestión educativa, hay chicos que están siguiendo el año escolar, en algunos casos con más material pedagógicos de lo habitual y hay chicos que están absolutamente desconectados. La brecha se ha hecho muy amplia. Ahí hay un problema grave”, comenzó.
“Otro problema -siguió- es en el endeudamiento de las familias. La mayoría de las familias tiene deudas, o con la tarjeta o con la financiera de la esquina o con la expensas”.
El tercer aspecto que marcó es el de la violencia de género. “Encaramos un programa que se llama El barrio cuida al barrio, para ir casa por casa y ver en qué condiciones está cada familia. Lo apuntamos en el tema de trabajo y alimentación y nos encontramos con muchos problemas de violencia de género”, reveló.
Por último, señaló que la salida la problemática de la toma de tierras tiene tres ejes: “la urbanización, el mejoramiento de las viviendas y la creación de lotes con servicios”.
Y admitió que le gustaría impulsar una renta básica universal. “En este momento es imposible desde lo fiscal pero se está debatiendo en muchos países”, marcó.
La realidad de Mar del Plata
Daniel Arroyo se refirió a la realidad social de Mar del Plata. Reveló que habla asiduamente con el intendente Guillermo Montenegro y consideró que es uno de los lugares “donde hay que poner atención y muchos recursos del estado para poder acompañar”.
“Es uno de los grandes centros urbanos. La desocupación es histórica, y hay un parate fuerte de la actividad por el coronavirus. Hablo con el intendente, sigo la situación de la ciudad”, explicó.
Respecto a la problemática común de los centros urbanos, el ministro explicó que tienen cuatro realidades. “Las personas que están en una situación de pobreza estructural, las que hacían changas y se quedaron sin eso, las que tienen trabajo informal integrado y se les ha complicado mucho, y el que tiene trabajo formal y no le alcanza con el recibo de sueldo”, graficó.