Llega este viernes a Mar del Plata con "Tengo cosas para hacer". "Me gusta que, sobre todo las mujeres que me vienen a ver, salgan amigadas con ellas mismas, que se acepten" definió la comediante que -aseguró- está en una etapa de "enamoramiento" de su nuevo show.
“Me gusta mucho hacer mi trabajo. Hacer algo que genere risas y aparte que sea catártico, poder compartir con el público cosas que pensaste, que te divierten y escuchar risas del otro me hace más llevadera la existencia” definió Dalia Gutmann. La comediante y autora, pionera del stand up en Argentina, vuelve a Mar del Plata este viernes 21 de abril, a las 21, con su espectáculo “Tengo cosas para hacer”. Se trata de un show que no es de puro stand up, sino que cuenta con la dirección de Mariela Asencio, tiene apoyo de escenografía, iluminación, cambios de vestuario, interacción con pantalla y, en el que se da el gusto de cantar y bailar.
“El escenario me enciende”, reconoció la artista en una charla con LA CAPITAL antes de subirse a las tablas del Teatro Roxy, con este espectáculo del que está “en estado de enamoramiento”.
En “Tengo cosas para hacer”, Gutmann habla de su madre, su hija, la culpa, la vorágine en la que se vive actualmente, los baños públicos, los jugos verdes, el vínculo con el cuerpo -“hablo de los culos, te lo digo así, sin eufemismos” sostuvo- y un montón de cosas cotidianas que “nos pasan por la cabeza cuando nos levantamos, cuando nos estamos por ir a dormir o cuando estamos viajando a la oficina” ejemplificó.
Si bien se considera en su vida cotidiana una persona “más bien tranquila, insegura y vergonzosa, con muchas cosas irresueltas”, asegura que, en sus shows, sobre el escenario “trato de no ir a medias, que no me dé vergüenza nada. Algo que me dio la profesión es animarme a decir cosas que, tal vez, abajo del escenario no me animaría a decir”. Por eso prefiere, si algún tópico no la hace sentir cómoda, “no abordarlo”.
Gutmann se reparte entre la gira con su espectáculo unipersonal y las presentaciones, en Buenos Aires, de la obra teatral “Como te soñé”, con texto y dirección de Esther Goris y en la que comparte escena con Ezequiel Campa. “Es una experiencia muy linda, porque es una obra muy linda, en la que me estoy investigando como actriz” confió Gutmann. De todas maneras, reconoció que lo que más le gusta es su perfil de comediante y autora: “me define mucho más”.
“Hace 20 años empecé muy copada con el género stand up, que pone la lupa en lo cotidiano. Decía que somos como sociólogos truchos que prestamos atención a cosas que quizás un sociólogos de verdad, no le prestarían, pero son nuestros materiales. Esos temas cotidianos son el alma mater del show, que es una propuesta más teatral” definió.
También mantiene “esa cosa de que es bien visceral. Es difícil que un standapero sea guionado por otro. En general son cosa que salen bien de adentro, cosas que uno tiene muchas ganas de compartir con el público. Es una experiencia siempre me gustó, tanto hacerla como verla, porque es alivianador es sentirse acompañado”.
– ¿Creés que en el teatro se genera esa sensación de intimidad, aunque la sala esté llena?
– Yo creo que a los que hacemos este tipo de comedia, nos fascina un poco exponernos… exponernos para generar algo, para generar una risa, para que el otro se sienta menos solo en las cosas que le pasan. Creo que si te da vergüenza no lo podés hacer. En ese momento tenés que estar cien por ciento entregado. Si algo me da mucha vergüenza ni lo digo, porque me parece que también una de las condiciones del género es no hacer nada a medias, si lo hacés, lo tenés que hacer hasta el fondo.
– ¿Qué tu público sea más de mujeres que de hombres, influye?
– Cuando empecé a actuar sobre todo para público de mujeres que fue más o menos en el año 2011, cuando empecé con ‘Cosas de minas’. Entonces venían mayoritariamente mujeres, se empezó a dar eso que fue muy liberador para mí como comediante. Me empecé a sentir muy cómoda. Se da con el público que son como un grupo de amigas a las que les estoy contando cosas que me pasan. Puede ser que si no se hubiese dado así y yo hubiese actuado para público de hombres y mujeres por igual, tal vez no me hubiese animado a decir ciertas cosas.
Yo me siento un poco como en un vestuario de mujeres, que no importa la circunstancia, seguimos hablando, que tenemos una cosa muy hermosa que es que podemos hablar de temas muy profundos y muy superficiales todo al mismo tiempo, y siempre me gusta cuando se genera este código donde todas somos amigas y si hay hombres que muchas veces por suerte vienen un montón de hombres, no están incómodos, se enteran de cosas.
– Estás muy contenta con este espectáculo…
– Todavía estoy en una etapa de enamoramiento del show. Es todo un proceso, en mi caso al principio te vas conociendo con el show, por suerte en un momento me voy enamorando y en otro momento ya empiezo a sentir que es un ciclo que va terminando. Por suerte todavía no llegué a esa instancia con este, me gusta mucho así como está. Animándome a hacer más cosas de esas que me gustan como cantar y bailar, vestirme, hacer algún personaje. En este show tengo esos pequeños desafíos que me encantan.
– ¿Qué es lo que más te gusta provocar en el público?
– Me gusta mucho en los shows que la gente que venga, sobre todo las mujeres, se vayan queriéndose más a ellas mismas, que se vayan más amigadas con ellas mismas. Me gusta cuando me lo dicen después del show. Por más que a mí me cuesta, no soy una mina que esté resuelta, para nada, ni estoy superada en nada, me identifico con eso de que no hay plan B, soy esto, hay que tratar de pasarla lo mejor que se pueda.
– ¿Te planteaste los temas en clave feminista o no?
– Creo que yo voy por un camino de autohonestidad. Si bien estoy totalmente alineada con la definición de feminista y feminismo, nunca digo ‘ay, ahora voy a hacer un material feminista’. Me dejo llevar por los temas que me interesan, que me llaman la atención, que siento que tengo algo que creo que está bueno decir en voz alta.
Sin embargo tengo 45 años, fui criada en una sociedad machista, entonces siempre me interesaron los temas de mujeres y escuchar a mujeres que se animaron a decir cosas más revolucionarias. Siempre me interesa escuchar la voz de la mujer y cuando empezó esto del stand up me gustaba mucho ir a ver comediantes mujeres porque ahí me daba cuenta de que hay un montón de cosas que nos pasan a muchas y que nosotras no estamos diciéndolas en voz alta. Entonces sí, me interesa mucho esa postura de mujeres que se hacen oír.