Demoler lo tradicional del tango y fusionarlo con sonidos que provienen del universo electrónico es la propuesta de este grupo que emprenderá, en breve, su tercera gira por Europa. Cómo juega Depeche Mode y qué es lo que viene.
“Estamos haciendo ruta, escalón por escalón”, dice. Y el entusiasmo se le ve en cada gesto. Pablo José Albornoz, violinista y fundador de D-Mol, sabe que esa mezcla de tango tradicional con sonoridades electrónicas, la base del grupo, gusta, genera interés, provoca nuevos seguidores, sorprende.
El entusiasmo es doble: junto a dos de sus compañeros de aventura musical (Valentín Navarro desde el bandoneón y Daniel Susperreguy en la producción, programación y efectos en vivo), Albornoz regresó de la segunda gira por Europa. Y en breve iniciará la tercera.
El año pasado, durante julio y agosto, tocaron en vivo en Bruselas y Brujas (Bélgica), en algunas ciudades de Suecia y pasaron por Milán (Italia). Recientemente tocaron en teatros, cafés culturales y milongas de Polonia (en Bielsko Biala y Cracovia), Berlín (Alemania), Madrid (España) y Zurich (Suiza). Y durante este verano europeo, el de 2018, regresarán a Polonia.
“En Polonia nos aman”, asegura Albornoz. Y observa que el público que los escuchó en escenarios tan distantes para la cultura rioplatense entendió a la música de D-Mol como exótica. “Conocen lo electrónico pero cuando escuchan que esa música tiene una raíz de otra índole les parece exótico y lo valoran, además, por la globalización están ávidos de intercambiar con otras culturas”.
Para el violinista, que también se desempeña en la Orquesta Municipal de Tango y en la Orquesta Sinfónica Municipal, la sorpresa del viaje fue saber que el público los acompañaba a pesar de lo extremadamente frío del clima. “Estábamos en Cracovia con diez grados bajo cero y yo decía `no va a venir nadie´ y no, se llenaba. Se emponchan y salen”, acota y cuenta que el grupo se completa con un cuarto integrante, Juan Manuel Ribas (guitarrista y violinista), quien no pudo realizar el periplo europeo.
En sitios con condiciones climáticas extremas, idiomas cerrados para los latinos e historias de guerras y exilios como base cultural, las milongas de tango en Europa del Este funcionan como oasis para que bailarinas y bailarines gocen del encuentro. “Creo que la danza íntima, el abrazo, el encontrarse con la otra persona es lo que hace que el tango esté vivo, porque genera una relación con el otro, una comunicación, son personas muy sensitivas”.
“El valor de la música más allá de las culturas…” se queda pensando Albornoz, gustoso de haber expandido sus labores musicales. “D-Mol es un proyecto importante para mí, yo estoy volcado desde hace mucho tiempo a la música y al violín, pero ahora se abrió el espectro a la composición y a la investigación de nuevos sonidos, siempre estoy buscando nuevas herramientas sonoras, siempre buscando qué es lo último que sale al mercado en cuanto a herramientas, es saber que estamos siempre vivos, por así decirlo, no sólo extraemos del tango las raíces, fusionamos lo más antiguo con lo más moderno, es un mix”, propone.
“Lo electrónico conduce un diálogo entre los instrumentos, no es punchi punchi, hay instrumentos virtuales que incluso van haciendo líneas melódicas contrapropuestas a las del violín, en una sincronía de la estructura”, agrega.
Ese mix se amplía con los gustos musicales de este violinista de sonrisa fácil y empático a la charla. D-Mol mantiene las mismas iniciales de Depeche Mode, el célebre grupo inglés que a mediados de los ´90 fusionó rock con máquinas y marcó con sus canciones a toda una generación. Su generación. “Por supuesto que este grupo tiene mucha influencia en mí, desde los quince años que lo vengo escuchando” y viendo. Albornoz no se perdió el último recital en Argentina, recientemente en el Estadio Unico de La Plata.
“Ya desde chiquito escuchaba Yes, Emerson Lake and Palmer, Vangelis que eran puros sintetizadores. Tendría cinco o seis años, escuchaba esa música y me maravillaba. Creo que están brotando todas esas influencias y generan un estilo personal, un sello propio. Así nació en 2014 D-Mol, por suerte encontré a personas locas como yo que me acompañan”. Además de mantener las siglas de Depeche Mode, D-Mol viene con otro significado a cuestas: la necesidad de producir rupturas, la impronta de demoler tradiciones para, acaso, fundar otras.
El disco en el Colón y viaje a Necochea
Durante el mes de mayo, D-Mol llegará al teatro Colón de Mar del Plata para presentar su primer disco, recién salido del estudio. Se trata de “Neo Tango Sur”, un material necesario a la hora de salir de gira. “El disco funciona como una carta de presentación, la gente se quiere llevar algo”, cuenta Albornoz. No será la única presentación antes de emprender el nuevo viaje. También fueron invitados a Necochea, donde se realizará una nueva edición de La ruta del Tango, un festival que reúne a todas las expresiones del género y que se lleva a cabo cada mes junio. Esta vez, D-Mol será el encargado de grabar el spot publicitario del festival.