El autor del "Libro de la Selva" nunca pudo dar con de Jack, quien había caído en la batalla de Loos. El cuerpo pudo ser identificado en 1992.
PARÍS, Francia.- Fue a él quien le dedicó su poema más famoso: “Serás un hombre, hijo mío”. Atormentado por la perdida de su único hijo, desaparecido en combate en la Primera Guerra Mundial, el gran poeta británico Rudyard Kipling pasó el resto de su vida buscando su tumba.
Cuando el telegrama del War Office llegó al domicilio de Rudyard y Carrie Kipling el 2 de octubre de 1915, ambos ya sabían que su hijo había resultado herido unos días antes en el frente occidental, en el norte de Francia.
Pero ahora les informaban que estaba “desaparecido” desde la batalla de Loos, donde los aliados libraron un combate feroz para intentar retomar esta estratégica ciudad francesa de manos de los alemanes.
La ofensiva, lanzada el 25 de septiembre por el general Douglas Haig, se saldó en una auténtica masacre para las tropas británicas: más de 15.000 muertos o desaparecidos y 35.000 heridos.
El aclamado autor del “Libro de la Selva” se lanzó entonces en una búsqueda desesperada para encontrar a su hijo, a quien espera encontrar en un hospital o prisionero.
Kipling, que ganó un Nobel de Literatura en 1907, “utilizó todos sus contactos para intentar descubrir lo que había ocurrido”, afirma David A. Richards, autor de una biografía del escritor.
“Mandó incluso a lanzar avisos de búsqueda detrás de las líneas alemanas”, cuenta a la AFP Mike Kipling, presidente de la “Kipling Society” y descendiente lejano del autor.
La pareja ya había perdido a su primogénita, Josephine, que murió de neumonía a los 6 años. Sólo quedan Elsie, de 19 años, y John, que cumplió 18 en agosto de 1915.
“Rogó al War Office que no declarara a su hijo muerto, sino sólo desaparecido, para ahorrarle ese dolor a su esposa”.
¿Tienen noticias de mi hijo Jack?
El dolor es aún más grande ya que su hijo había sido declarado inapto para servir, por la Royal Navy y la infantería británica, debido a una fuerte miopía.
Pero, el adolescente de 17 años se obstinó y su padre, conocido por su fibra patriótica, aceptó utilizar sus contactos para que sea aceptado donde los Irish Guards.
Tras un año de formación, el teniente Kipling desembarcó en Francia el día en que cumplió 18 años. La batalla de Loos fue su primera y única ofensiva. Cayó en el tercer día de combate, el 27 de septiembre.
Tuvieron que pasar cuatro años para que sus padres aceptaran su muerte, que la War Office oficializó en 1919.
En respuesta a este dolor, que sintieron también muchas otras familias, Kipling publicó en 1916 un poema conmovedor “My boy Jack” (Mi hijo Jack) sobre un joven marinero desaparecido en la batalla de Jutlandia, en la Primera Guerra Mundial
“¿Tienen noticias de mi hijo Jack?/No con esta marea. ¿Cuándo crees que regresará?/No con este viento ni con esta marea“.
Nuestros padres mintieron
La incertidumbre sobre los últimos momentos de la vida de su hijo y la ausencia del cuerpo atormentaron el resto de la vida del poeta, que rastrilló la zona en la que desapareció hasta su propia muerte en 1936.
Fue Kipling quien sugirió a la Imperial War Graves Commission, un servicio encargado de la identificación y entierro de los muertos del Commonwealth del que hacía parte, la inscripción de la expresión “Known unto God” (“Conocido solo de Dios”) en las tumbas de los soldados desconocidos.
Fue en una de esas tumbas anónimas, en el cementerio británico de St. Mary en Haisnes (norte de Francia), que el cuerpo de John fue finalmente identificado en 1992. Ahora su nombre figura en la lápida.
Rudyard Kipling, un patriota ferviente que puso su pluma al servicio de la propaganda británica, nunca negó sus simpatías militaristas. Pero tampoco ocultó su desprecio por la falta de preparación del ejército británico.
¿Sentimiento de culpabilidad por haber conducido a su hijo a la muerte o acusación oculta contra los generales británicos que creían que la victoria estaba garantizada? Los expertos debaten aún sobre el significado de los versos de su “Epitafios de la guerra“.
“Si alguien pregunta por qué hemos muerto/Diles que fue porque nuestros padres mintieron“.
AFP-NA