El País

¿Cuáles son las vacunas que podrían llegar a la brevedad al país?

A partir de los distintos acuerdos firmados por el gobierno nacional con laboratorios internacionales existe la posibilidad de que en poco tiempo otras vacunas, además de la Sputnik V, se podrán aplicar en Argentina.

La Argentina mantiene negociaciones con cuatro laboratorios productores de vacunas contra el coronavirus como Pfizer -que ya recibió la aprobación de la Anmat-, Sinopharma, Sinovac y Janssen, además del acuerdo firmado con Oxford/AztraZeneca y la reciente adquisición de las primeras 300.000 dosis de la vacuna rusa Sputnik V que comenzaron a aplicarse hoy en todo el país.

Al día de hoy, el país ya tiene comprometidas más de 50 millones de dosis de acuerdo a los contratos que firmó con AstraZeneca por 22,4 millones de dosis (que llegarían en marzo), con el Fondo de Inversión Rusa por 20 millones de dosis de la Sputnik V (que se completarían entre diciembre y marzo) y a través del Mecanismo COVAX de OMS por otras 9 millones que llegarían a partir de febrero.

En referencia a las otras negociaciones, el ministro de Salud Ginés González García informó la semana pasada que con Pfizer, cuya vacuna fue aprobada el 22 de diciembre por la Anmat para su uso en el país bajo la modalidad de emergencia, “surgió un problema y todavía no está terminada” la negociación.

“Pfizer fue el primer laboratorio con el que hablamos; el Presidente ofreció que se haga la fase III en Argentina en el Hospital Militar, donde fue la más importante del mundo en número de vacunados. Teníamos una gran esperanza, estaba en la punta de la vacunaciones pero surgió un problema y todavía no está terminado el acuerdo”, señaló.

Y continuó: “El Gobierno tiene toda la expectativa de poder resolverlo. No fue nuestro problema, siempre quisimos hacer ese contrato, pero hubo exigencias que no son cumplibles dentro del marco de la ley argentina”.

Con las vacunas chinas hay dos mecanismos de negociación: por un lado, el Gobierno nacional negocia con el Instituto Butantan, laboratorio público brasileño del estado de San Pablo, por la vacuna CoronaVac (del laboratorio chino Sinovac).

Por el otro, hay negociaciones en curso directamente con Sinopharma, una compañía china de la cual una de sus vacunas se encuentra realizando ensayos clínicos en Argentina en la Fundación Huésped.

Respecto a la vacuna de Janssen, la farmacéutica de Johnson & Johnson (Estados Unidos), el Gobierno argentino mantiene conversaciones con la compañía aunque hasta el momento no hay información sobre la cantidad de dosis ni cuándo las entregaría.

Las seis vacunas se encuentran en fase tres y varias de ellas (Sputnik V, Pfizer, Oxford/AstraZeneca) han presentado oficialmente resultados interinos de eficacia y seguridad de los ensayos clínicos de fase 3.

A su vez las seis vacunas fueron desarrolladas en base a diferentes plataformas (tecnologías).

La de Pfizer es la más innovadora: utiliza una tecnología denominada ARN mensajero que se aplica en dos dosis vía intramuscular, la segunda 28 días después de la primera.

Este tipo de vacunas utilizan directamente el código genético de una proteína viral (en este caso se utiliza la proteína espiga), que al ingresar al organismo provoca que las células “produzcan” esta proteína y al reconocerla se activa el sistema inmunológico.

Hasta el momento no hay vacunas que utilicen esta tecnología que requiere de una conservación a menos 70 grados (con una tolerancia de más o menos 10 grados).

Las de Oxford/AstraZeneca, Sputnik V y Janssen utilizan como vectores adenovirus (virus que causan resfríos comunes) genéticamente modificados para que no se reproduzcan en el organismo (y por lo tanto inocuos) que sirven para transportar material genético del virus del que se quiere inmunizar; en este caso una parte de la proteína espiga del coronavirus.

Oxford/AstraZeneca utiliza adenovirus de chimpancé; Sputnik V usa dos adenovirus humanos diferentes (el 26 y el 5) y Janssen usa un solo adenavirus humano.

Los adenovirus humanos -como los de las vacunas de Janssen y la Sputnik- se utilizan en otras vacunas como la del ébola.

Las vacunas chinas de Sinovac y Sinopharma utilizan virus inactivado, una versión muerta del germen que no produce enfermedad pero genera anticuerpos y que ya se utiliza en varias vacunas como las de la gripe, hepatitis A, polio y la rabia.

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