por Gerardo Gómez Muñoz
Se advierten varios frentes que podrían conducir por distintos caminos a nuevas visiones del, generalmente, anodino escenario de la política local. Pareciera que la pulverización del relato macrista por la inflación, la astronómica suba del dólar, la realidad, en fin, que desnuda su crueldad con recesión que cierra horizontes, convoca a políticos que miran más allá del común y que sienten la necesidad del compromiso concreto. Advierten que algo hay que hacer cuando, por ejemplo un ministro clave como el de la Producción -presuntamente un realista- después de sesionar aquí con el G20, se va diciendo “la pesca está muy bien”, cuando la crisis derivada de esa “bonanza” produce una caída laboral que aterra, precipitando a la miseria a miles de familias.
Tampoco la reacción da para pensar que los bien -muchas veces demasiado- rentados funcionarios y legisladores, súbitamente fueron iluminados y arrancan hacia la transformación interna que permita iniciar el verdadero camino. En muchos casos la única luz del túnel final que los alienta, es la posible renovación de sillones mullidos en los próximos meses. La actualidad la sienten perdida, aunque no lo digan. De todos modos saben que esta vez, de acuerdo a alarmantes encuestas, a la mayoría de la gente le cuesta creer en algo. A los protagonistas les costará mucho más concitar atracción e interés.
El sitio donde se encontró la mayor reacción al status quo retardatario y compulsivo fue en el Concejo Deliberante, blindado por una mayoría absoluta, bajo la égida de un edecán de escaso manejo pero fabricado por el conductor de una “agrupación” a la que soñaba escuadrón y de carapintada.
La primera grieta se produjo cuando el jefe del gobierno, asistido por el novísimo elenco del “Asesor Pirincho” la proclamó “traidora” a Vilma Baragiola por “no bancar” la lista de renovación de concejales a gusto de Carlos Arroyo, de su hijo Guillermo y del ex yerno Loria. Quisieron simular no saber que fue desde la misma gobernación de donde salió la voz de mando: “La lista es nuestra no de él”. El pretendido jefe político se “pintó la cara” y también deportó al árido llano a varios allegados de la concejal, ubicados en el gobierno.
Negociaciones y vetos
A partir de lo comentado el Concejo Deliberante abandonó “la obediencia debida”, que complace al espíritu del comandante de la “Agrupación”, de su asesor y del “pirinchaje” y muchos temas fueron sometidos a duras negociaciones dentro de Cambiemos con la decisiva participación de Vilma Baragiola, los demás concejales de la UCR y, a veces, del variopinto presidente del comité partidario. Consecuentemente Arroyo, erguido en la punta de su ego desmelenado en declaraciones grandilocuentes o insomnes, comenzó a creerse indispensable. Contó para ello con el impensado colaborador Hernán Mourelle, “invalorable”, para la oposición, que lo constató fighter amateur.
Aupado también por el “pirinchaje” que comenzó a estimularlo en sus enfrentamientos con los ediles y con diversos e importantes sectores de la comunidad y llegó, inclusive, a mostrarlo en sociedad y de noche.
Los tres Rodríguez, pero de distintos bloques, Claudia de Acción Marplatense, Daniel de Unidad Ciudadana, y Mario de la UCR, como Virginia Sívori del segundo, Cristina Coria del tercero, más el bloque del FR con Mercedes Morro, Ariel Ciano y Marcelo Fernández de AM, se sumaron con propiedad y dedicación a “darle” con gusto al forastero agresivo e irrespetuoso. Su prepotencia llegó al despacho del Tribunal de Cuentas y por otras más graves razones está en la Justicia. Ofendió al colectivo de los derechos humanos, de la mujer, del propio Concejo, del Sindicato Municipal; y por otros reclamos la Sociedad Rural se presentará ante los estrados judiciales. Ni siquiera la escuadra arroyista se entusiasma en la defensa y el mismísimo jefe superior se pronuncia escudado en la ominosa trinchera del silencio. Cada vez se estrecha el túnel y, la luz final casi ni se vislumbra y para colmo la coraza del veto cayó sin remisión.
Los problemas de Cambiemos
Otro significativo incordio en la interna de Cambiemos produjo la reaparición estelar de Emiliano Giri. Primero fue el lanzamiento con las banderas de la gobernadora María Eugenia Vidal y del presidente Mauricio Macri en ámbito de afecto especial: Playa Grande. ¿El Concejo Deliberante no está demasiado lerdo en la cuestión del imponente gimnasio en ese sitio municipal y en la nueva referida extracción, tan peligrosa, de la arena como describen varios medios?
Giri crea otros escozores como el de seguir en el asesoramiento del intendente a través de sus casi comandados miembros del entorno y no solamente en los encuentros gastronómicos en el quincho de la “mamá de…”, que suelen seguir en la trasnoche de Playa Grande. Su presunto acercamiento a la conducción de La Plata es enérgicamente rechazada por “Mariú”, pese a lo cual se lo vio el sábado, nada menos que con otro visitante marplatense como el senador Franco Bagnato, el que no es de aquí ni de Vicente López, sí claro del Senado donde tiene un envidiable sillón. Estas presencias molestaron a Cambiemos que en la última timbreada dejó ver que el descontento se traduce en que no haya más unidad en la actividad que, de paso, se suma a los no pocos entrevistados por los visitantes de “los testigos” oficialistas. También es sabido que no se cuenta en esta militancia con el aporte de la “Agrupación” arroyista.
Mas que pan, “pancito social”
En conferencia de prensa, el 10 del corriente donde fue una especie de maestro de ceremonia, Carlos Monzón, gerente de la entidad empresaria, el intendente Carlos Arroyo y el Centro de Industriales Panaderos de nuestra ciudad, hizo el anuncio del programa “Pan Social”, mediante el cual los marplatenses puedan comprar el kilo de pan a un valor de $39,50.
En el lanzamiento, aparte del Lord Mayor, estuvieron presentes el ex funcionario de Arroyo, Emiliano Giri, presunto asesor de la campaña, el presidente de la Cámara de Diputados Manuel Mosca y el senador provincial Franco Bagnato. Respecto a este último apodado por algunos sectores de la política local como “el turista” porque “sus visitas a nuestra ciudad son de turismo social, no está en un solo tema de importancia política de Mar del Plata y además vive en Vicente López”, según expresaron por lo bajo sus detractores. Como en esta última tampoco se ocupa ni de la política ni de los vecinos, están convencidos que esas actividades altamente rentadas las desarrolla en el área de la 5ª Sección Electoral. Quizás por eso ahora comenzó a aparecer en las timbreadas de otro colega en tránsito, Guillermo Montenegro.
Volviendo al emprendimiento de Giri y de Monzón, lo que parece una gran medida se desluce rápidamente cuando leemos la letra chica, será en 60 comercios y solo para los primeros 20 kg por día. Si lo explicamos con claridad vemos que si el consumo promedio es de 1 kg por día por grupo familiar, el impacto se reduce mucho en una ciudad de las características de Mar del Plata. Además hay varias denuncias de la magra implementación del programa, habría que decirle a Carlitos Bala que acá tiene “un kilo y dos pancitos”. El presunto gran aporte de la política para los más necesitados, espera que se cumpla otra gran creación de Arroyo que según sus propias palabras “va a cambiar a Mar del Plata y a Batán”…, síiíí las huertas en los baldíos, aquí donde los productores regalan, como otra vez en estos días, la verdura en la plaza principal, porque la zona, principal centro de la producción hortícola del país, no les permite cubrir los gastos ni sostenerla…
Raverta está jugada
Hace muchos meses, se diría que desde antes de la última elección en Unidad Ciudadana se decía que su futura candidata a intendente municipal sería la diputada nacional Fernanda Raverta. A estas alturas de su militancia incansable no está para registrarse ni pedir permiso, su trabajo sigue al ritmo de su gestión legislativa, de su presencia en los problemas de los barrios, de la gente del trabajo, de la producción y en los más diversos eventos comunitarios, sectoriales y partidarios. Muy lejana del “acting” simplemente vanidoso, discursivo y evasivo de la militancia que las más de las veces es estar con la gente, con sus necesidades y asistirla. De todos modos casi se diría que la constancia de su aspiración se registra no sólo en la multiplicidad de sus actividades y en las cuidadosas pintadas que se multiplican y renuevan en los muros vacantes de las avenidas y barrios marplatenses.
De todos modos y luego de una entrevista con la CGT regional ha comprometido que el bloque partidario de concejales proponga en el Concejo la “Declaración Emergencia Social” en Mar del Plata, abarcando el trabajo, la salud, la educación, producción, la seguridad, etc.
Y en ese plano de la protección de los sectores más afectados por la política económica del gobierno como diputada Raverta, presentó con colegas proyectos que protegen a unos 130 mil tomadores de créditos UVA, presunta panacea del problema habitacional que hoy debido a la devaluación y a la explosión del dólar, es una tragedia más en muchos hogares. Las cuotas al cabo de pocos meses no sólo casi duplican la cuota inicial sino que el capital a pagar, por vía de los intereses, suman hoy un 70 por ciento más que el monto originalmente concedido.
Los radicales al acecho
Anoche se reunía, en el comité, un plenario radical en medio de gran expectativa, no sólo partidaria, porque el 28 de este mes se cerraría el plazo para fijar las elecciones internas del mes que viene. Los conciliábulos que abundaron en días tendían a lograr consenso para evitar la confrontación consensuando una lista de candidatos.
Fue muy llamativa la actividad en ese sentido del atareado presidente del bloque oficialista de la cámara de diputados, Maxi Abad. Su latiguillo en estos días fue “tenemos que armar un comité fuerte para encarar la elección del 2019”. Algunos ansiosos dicen haber oído, además “la UCR se debe hacer oír”. Hasta hubo, se dice, acercamientos de Abad con Suso Porrúa, pero sí se vio a Vilma Baragiola con el Ruso Katz, a Tato Serebrinsky con Nico Maiorano y Suso, a Martínez Bordaísco con Carlos Aramburu, etc., etc.