Adrián Echavarría, Diego Picardo, Martín Sánchez y Guido Ganim llevaron a cabo la travesía con el objetivo de concientizar sobre la necesidad de identificar a 123 soldados argentinos caídos en la guerra.
Con un avión Hércules de la Fuerza Aérea británica y la carga emotiva de representar a la Argentina, cuatro deportistas marplatenses de categoría amateur unieron a nado las islas Malvinas, con el objetivo de concientizar sobre la necesidad de identificar a 123 soldados argentinos caídos en la guerra de 1982.
Tras un año de entrenamiento y preparativos, el “Cruce por la Identidad” finalmente se llevó a cabo en la pasada tarde del miércoles, cuando las condiciones climáticas del archipiélago fueron favorables. Así, Adrián Echavarría, Diego Picardo, Martín Sánchez y Guido Ganim cumplieron su sueño.
Como lo habían adelantado en una nota publicada por LA CAPITAL el último 29 de febrero, los hombres cuyas edades oscilan entre los 34 y los 41 años se conmovieron al lograr el objetivo: nadar 6 kilómetros por el estrecho de San Carlos, el canal que divide a las islas Gran Malvina y Soledad.
Fueron casi dos horas de travesía, tras un año completo de complejos entrenamientos en la pileta y en el mar de La Perla, a cargo de Andrés Rosso y Claudio Plit, múltiple campeón mundial de aguas abiertas. Y lo consiguieron.
Después de los abrazos, los llantos y la risa, el equipo completo del “Cruce por la Identidad” se dirigió al cementerio de Darwin, donde descansan los cuerpos de los caídos.
No bien pudieron conectarse a internet, ya sobre la noche del miércoles, contaron la noticia a través de su cuenta de Facebook. Allí escribieron lo siguiente:
“El equipo cumplió el objetivo. Nadó los 6 kilómetros en las islas Malvinas en apoyo al Proyecto ADN de la Fundación No Me Olvides, para que 123 héroes dejen de ser ‘Sólo conocidos por Dios’. Después de esta travesía, nos dirigimos al cementerio de Darwin para ofrendar parte del equipo con el que entrenamos durante un año y con el que nadamos en las islas”.
Y agregaron: “Un avión Hércules de la Fuerza Aérea Británica pasó una y otra vez por encima nuestro durante la travesía observando cada movimiento que hacíamos”. Por último, agradecieron especialmente a las familias que los acompañaron en todo este período y “a cada uno que desde su lugar nos apoyó en cada brazada”.
Pese a la presencia de la aeronave, los marplatenses confesaron que los isleños (en total son 1.600) los trataron correctamente. “Se siente la localía, pero nos manejamos con respeto y recibimos respeto”, dijeron.
La iniciativa
“Somos un grupo de amigos que empezamos a nadar hace dos o tres años, y en esa amistad conocimos la historia de Julio Aro, de la Fundación No Me Olvides”, dijeron a LA CAPITAL en la previa del viaje. El documental “Héroe corriente” fue el que les cambió la perspectiva del conflicto. O mejor dicho, los concientizó.
La escena en la que una de las madres de los soldados NN camina en el cementerio de Darwin hasta que escoge una tumba al azar, sobre la que deposita las flores convencida de que allí abajo descansan los restos de su hijo, no sólo les provocó una lógica conmoción. Los cambió. Causó en los nadadores amateurs una sensación de deuda imposible de ignorar.
Y fue ese compromiso el que buscaron difundir y contagiar con la travesía. Para ellos, resultaba clave que los kelpers, como así también los argentinos y los ingleses, y el resto del mundo que se enterase del cruce, entendieran que no era su meta reclamar soberanía, sino concientizar sobre las necesidad humanitaria de identificar a los caídos.
“Soldado argentino sólo conocido por Dios”, rezan las tumbas de los 123 combatientes cuyas identidades aún se desconocen. Al finalizar la cruzada, Echavarría, Picardo, Sánchez y Ganim sienten que cumplieron su compromiso, cuya génesis tuvo lugar en la casa de uno de los integrantes del grupo de amigos, mientras compartían un asado hace más de un año.
El equipo, además de los entrenadores mencionados anteriormente, lo completaron el camarógrafo de Canal 10 y la productora Arritmia, Bernardo Boucho, y su hermano Guillermo. Ambos registraron la travesía desde un bote semirrígido y con las imágenes, al igual que lo hicieron en su primera visita a Malvinas -ocurrida en 2013-, realizarán un documental.
Los marplatenses regresarán el domingo a la ciudad. Sobre el mediodía, sus familiares y allegados se congregarán en el Monumento a los ex combatientes -ubicado en diagonal Alberdi y San Luis- para recibirlos. El viaje solamente duró una semana, pero el abrazo con ellos será tan emotivo como si hubiesen pasado años de no verse.
“Yo me voy a hacer el símbolo del cruce -un hombre nadando entre las islas-, y en el medio la fecha en la que lo podamos hacer”, había revelado Diego antes de partir, mientras los demás asentían, como siguiéndolo en su iniciativa. Como cuando nadaron.
Ahora resta elegir la fecha y el tatuador para que la odisea les quede registrada en la piel. En la memoria ya se les instaló para siempre.