La Ciudad

“Cristobalito”, el hornero que colonizó a Colón en Mar del Plata y eleva un insólito mito

El intrépido animal construyó su casa de barro en lo más alto del monumento que desde el 1900 se encuentra en el medio de la Plaza Colón. Dato insólito: hay decenas de registros fotográficos con aves posando sobre la misma escultura en los últimos años.

El monumento a Cristobal Colón en el corazón de la Plaza Colón de Mar del Plata tiene dos grandes particularidades, la primera de tinte histórico, la segunda absolutamente incomprobable: es la escultura más antigua emplazada en la ciudad (1900) y es la que más registros fotográficos tiene con aves posando sobre la misma.

En los últimos días, el insólito mito dio un salto de calidad: un hornero, ya apodado “Cristobalito”, construyó su casa de barro entre el brazo y el hombro izquierdos de la pieza escultórica, con una vista panorámica de la postal de Mar del Plata.

Foto: @juane15

Un departamento ubicado en los edificios que rodean a la Plaza Colón cuesta no menos de 60.000 dólares. Sin embargo, el ingenio animal le ganó al mercado inmobiliario en el centro marplatense. En la previa de la temporada y en medio del Mundial, un intrépido hornero decidió instalarse en lo más alto de la plaza, sobre el primer monumento conmemorativo de la ciudad: el de Cristobal Colón.

La original ubicación de este pequeño hogar sin expensas y construido a base de barro y pequeñas ramas de los árboles de la zona no pasó inadvertida para los marplatenses.

Hábil para construir su vivienda propia con vista panorámica a la Rambla, los lobos marinos y la Bristol, sorteando al mercado inmobiliario, “Cristobalito” -tal vez sin saberlo- eligió un “terreno” para su hogar que es un verdadero emblema de la ciudad.

Un “terreno” emblemático

El monumento a Colón en la plaza homónima es posiblemente uno de los más antiguos emplazados en Mar del Plata sin que haya sido movido.

Se encuentra en el mismo lugar desde febrero de 1900, aunque la colocación de su piedra fundamental se realizó el 12 de octubre de 1892, en un multitudinario acontecimiento en la ciudad.

Aquel día, el incipiente pueblo marplatense (la ciudad se fundó en 1874) se reunió en la Plaza para colocar la piedra fundamental del monumento, una obra del escultor italiano Cesare Lapini, quien falleció en 1898, dos años antes de la inauguración, que se llevó a cabo en el verano del año 1900 y se vivió como una fiesta popular en la Plaza Colón.

👷🏼‍♀️💡¡Dale Play al 🎥 y conocé sobre el programa Mar del Plata Ilumina su Historia que llevamos adelante junto a @CAddiechi, dónde ya finalizamos la restauración e iluminación sobre el primer monumento conmemorativo de la ciudad: el Cristóbal Colón en la plaza que lleva su nombre. pic.twitter.com/SvRhCxiGYb

— @Emvialmgp (@EmvialMGP) May 16, 2022

Con la escultura ya de pie, la Plaza Colón lindaba con el Paseo General Paz, que desapareció a fines de la década del ’30 para construir la denominada Rambla de Bustillo.

En aquellos años, la plaza incluía un curioso molino de viento que replicaba la Torre Eiffel. Según una investigación del diario La Capital, ese molino servía para extraer agua que luego se utilizaba para regar y se cree que fue instalado en el año 1903. Si bien no hay datos concretos sobre su remoción y desaparición, se cree que la municipalidad quitó el molino en 1911, cuando se inauguró la Torre Tanque.

“Cristobalito”, el intrépido hornero, entonces, no solo construyó su hogar en un punto preferencial y con una vista privilegiada de la postal de Mar del Plata, sino que además lo hizo sobre el monumento más antiguo, según los registros históricos.

Hasta allí, lo que cuenta la historia. Sin embargo, la creatividad de este pequeño hornero es aún mayor. Dio un paso más en el incomprobable récord de la escultura de Colón: el monumento con el más amplio registro fotográfico de aves posando encima.

Volar y posarse sobre Colón para la foto

Todo monumento emblemático capta la atención de locales y visitantes e invita a ser fotografiado. Ocurre en Mar del Plata y en todo el mundo. A veces por su condimento histórico, otras por el perfil artístico.

Sin embargo, cuando una pieza de este calibre ofrece además la imagen de un ave en lo más alto de la misma, la foto parece cobrar un sentido aún mayor, como si la presencia de aves posándose encima le añadiera un toque artístico extra.

Foto: Mariano Bertarini.

Insólitamente, el monumento a Cristobal Colón de Mar del Plata, quizás por ser uno de los más antiguos, tiene esa particularidad incomprobable: hay decenas de fotos con aves en la cabeza del “conquistador” español. 

Si bien a escasos metros se ubica el monumento al fundador de la ciudad, Patricio Peralta Ramos, por algún motivo sin lógica ni explicación posible, las aves parecen preferir el de Colón.

Gracias a las redes sociales, Google Maps y sitios como Tripadvisor, es posible constatar la amplia cantidad de imágenes de la escultura de Lapini con ese detalle. Nadie, hasta ahora, se había animado a tanto como el hornero, quien lleva el mito a otro nivel.

A principios del 2021, un vecino retrató a la escultura con una paloma ubicada en lo más alto de la misma, con el clásico fondo de las palmeras de la plaza y los edificios de la calle Buenos Aires. La base del monumento está llena de grafitis.

Durante el 2021, la escultura fue intervenida y reparada por la restauradora oficial del Municipio, Constanza Addiecchi. Una fotografía, tomada en abril del año pasado, muestra a la artista trabajando en la altura sobre el torso de Colón, con un amistoso pájaro -a la vista es un gorrión- supervisando la restauración. Constanza sonríe, quizás por la presencia del curioso pájaro.

Constanza Addhiechi repara la escultura de Colón, con un pájaro posando sobre el brazo.

En abril de este año, un usuario publicó en Google Maps otra foto con el mismo detalle: Cristobal Colón y una paloma sobre su cabeza, en una jornada otoñal.

En plena pandemia de Covid-19, en agosto de 2020, otra ave se apodera del mismo monumento en una imagen captada al pasar por un marplatense en medio de las restricciones sanitarias.

Otra imagen que aviva el mito, tomada en el invierno previo a la pandemia, vuelve a mostrar al monumento con un ave en lo más alto en un nuevo día cubierto por la niebla.

Hacia atrás en el tiempo, más fotos refuerzan la incomprobable particularidad del monumento a Colón. De mañana y de tarde, una vez más, las aves posan sobre la pieza.

Dos ambientes frente al mar

Los horneros, además de la forma que le dan a sus nidos, tienen otra particularidad: es la pareja quien lo construye. El peso final de estas “casitas” es de alrededor de 5 kilos y adquiere una dureza considerable una vez seco.

Posee forma exterior redondeada con una abertura, dando acceso a un pasillo que separa mediante una pared interna al lecho o “habitación” en donde se incuban los huevos.

Y hay otra particularidad. La pareja de horneros se mantiene junta toda la vida. Llegada la primavera, la cámara del nido alberga un promedio de cuatro huevos, que incuban ambos padres de modo alternativo, durante 15 días. Cuando uno regresa, se anuncia con su canto para que el otro salga.

En la recta final de la primavera, “Cristobalito” ya tiene su “departamento” de barro con una de las mejores vistas al mar y la postal de Mar del Plata. Su hogar se ve sólido y todo indica que pasará un buen verano en la Feliz.

¿Será familiar de “Ricardito”, el hornero que veranos atrás también fue noticia por construir su casa con vista al mar?

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