Un perito oficial analizó la vaina servida hallada en la escena del homicidio de Mauricio Grasso (40) y la comparó con las balas secuestradas en la vivienda del imputado, Jonathan Buezas (33). Así, descubrió que los proyectiles habían pasado por la recámara del arma, que no fue hallada, y presentaban las mismas marcas.
El peritaje balístico realizado en el marco de la investigación del homicidio del turista Mauricio Grasso (40), ocurrido en la madrugada del 5 de febrero último en el macrocentro, complicó aún más la situación procesal de Jonathan Buezas (33), el único detenido e imputado por el hecho.
Según pudo saber LA CAPITAL tras consultar distintas fuentes del caso, un perito oficial analizó la vaina servida hallada en la escena del crimen y la comparó con las balas secuestradas en la vivienda del acusado. Así, descubrió que los proyectiles habían pasado por la misma recámara ya que presentaban marcas idénticas.
Si bien el arma homicida no fue encontrada, el dictamen del especialista de la Policía Científica, Ángel Perfumo, fue concluyente al considerar que las municiones que estaban en el cargador incautado en el inmueble de Buezas son compatibles con los restos del proyectil perteneciente a la pistola calibre 9 milímetros desde la cual se efectuó el disparo que le ocasionó la herida mortal a Grasso.
Jonathan Buezas fue detenido el miércoles 7 de febrero.
Por otra parte, la situación procesal del presunto autor del homicidio se agravó debido a que Mauricio Varela, el abogado particular que había contratado, abandonó la defensa debido a un desacuerdo con la familia en torno a la estrategia de representación que pretendía llevar adelante en la causa.
Vale recordar que Buezas permanece alojado en la Alcaidía Penitenciaria Nº 44 de Batán desde que la policía lo detuvo cuando arribaba a la heladería de Colón al 2200 donde trabajaba, el miércoles 7 de febrero a la tarde. Al otro día, se negó a declarar ante la fiscal del caso, María Florencia Salas.
En ese contexto, su vivienda fue allanada y se descubrió allí el cargador con las cuatro municiones, que quedó secuestrado al igual que una motocicleta marca Benelli de 125 cilindradas.
Mauricio Grasso había viajado a Mar del Plata desde Moreno con dos amigas comediantes que iban a dar un show en Mar del Plata. Fueron a Santa Teresita, pasaron por un campo de girasoles y disfrutaron de una tarde en Chapadmalal.
El crimen se produjo en la madrugada del lunes 5 de febrero, a las 4.10, cuando la víctima, una amiga suya de 39 años oriunda de su misma localidad, y dos amigos de Mar del Plata se retiraron del boliche Momentos, en Bolívar y Santa Fe.
Grasso y su amiga iban en el asiento de atrás, mientras que como acompañante del conductor lo hacía un empresario gastronómico quien al llegar a Independencia vio que dos motocicletas, una de ellas con una pareja y otra de mediana cilindrada con un hombre se les colocaba a la par. En esos momentos, conforme la declaración de los testigos, el motociclista que iba solo aceleró varias veces causando contraexplosiones que el empresario elogió, más por la desconfianza que le causaba la situación. “Bien ahí, rey”, le dijo.
Mauricio Grasso en su viaje a Mar del Plata.
Todo parecía haber quedado allí y la camioneta avanzó por Bolívar hasta 20 de Septiembre. Poco antes de ese cruce la mujer que iba con Grasso miró por la luneta y vio al motociclista persiguiéndolos y con un arma en la mano. Alcanzó a gritar una advertencia, pero entonces se escuchó una detonación. Era un disparo y el proyectil ingresó por el vidrio trasero de la camioneta e impactó en la frente de Grasso, que un segundo antes había girado la cabeza para ver.
Luego fue todo desesperación. Los ocupantes de la Toyota Hilux pidieron ayuda a un patrullero que estaba a solo una cuadra de allí y de inmediato se convocó a una ambulancia del SAME. Una médica constató poco después el fallecimiento de Grasso.