El hombre que fue detenido por tener la computadora de Elizabet Othondo (81) reconoció que se la había entregado el exconvicto imputado por el homicidio para desbloquearla. Si bien seguirá imputado por "encubrimiento", recuperó la libertad tras su declaración.
El hombre de 27 años que había sido detenido por haber tenido las computadoras de las dos ancianas asesinadas en sus casas declaró que la perteneciente a Elizabet Othondo (81) se la había dado Jonathan Cáceres, el exconvicto imputado por el crimen que se encuentra alojado en la Unidad Penal 44 de Batán.
Este sábado, el imputado por “encubrimiento agravado” fue trasladado desde la Unidad Penal 44 de Batán, donde había pasado la noche, hasta Tribunales para declarar ante el fiscal Leandro Arévalo. El hombre podía optar por guardar silencio o explicar, y desligarse, por qué había tenido en su poder las computadoras que pertenecían a Othondo y a María Angélica Rossi (74), las dos jubiladas asesinadas en Mar del Plata en mayo y junio.
El detenido optó por hablar y le explicó al fiscal Arévalo que, efectivamente, la computadora que fue hallada en su vivienda, perteneciente a Othondo, se la había dado Cáceres para que se la desbloqueara, pero que al no poder hacerlo la dejó “tirada por ahí”.
Con respecto a la computadora que pertenecía a Rossi, y que él había vendido, solo dijo que se la había dado “un trapito“, que no recordaba bien quién era y no aportó más detalles. Sí negó que hubiese sido también Cáceres el que le dejara esa computadora.
Luego de la declaración, el fiscal Arévalo resolvió dejar en libertad al hombre al entender que no tuvo participación en el crimen, pero remarcó que seguirá imputado en la causa por “encubrimiento agravado”.
Esta prueba robustece aún más la acusación contra Jonathan Cáceres, el exconvicto que, como peón de techista, realizó trabajos en la casa de Othondo y también en la de Rossi.
Además, cabe recordar que esta semana una familiar de Othondo reconoció que un reloj que se halló en el cuarto de Cáceres de un hostel cercano a la Ferroautomotora pertenecía a la mujer de 81 años.
Si bien aún no hay pruebas para que la Justicia pueda atribuirle el crimen de Rossi, que es investigado por la fiscal Florencia Salas, con los elementos recolectados hasta ahora -imágenes de cámaras de seguridad, testimonio y los objetos robados- la autoría de Cáceres en el crimen de Othondo parecería indudable y se trata de un delito por el que podría recibir la pena de prisión perpetua.