El fiscal Leandro Arévalo remarcó que la víctima "no tenía capacidad de resistencia". Además, dijo que no se vieron aberturas forzadas en la vivienda de Rodríguez Peña al 2700.
“Un hecho de connotación violenta excesiva“. Así fue como el fiscal Leandro Arévalo se refirió al crimen de Elisabeth Othondo, la anciana que fue asesinada el pasado fin de semana a golpes durante un robo en su casa de Rodríguez Peña al 2700 por autores ignorados.
El fiscal Arévalo, en diálogo con LU6, destacó que la víctima, de 81 años, “no tenía capacidad de resistencia” y que “lamentablemente los excesos de violencia se empiezan a ver cada vez más presentes” en diferentes hechos de inseguridad que ocurren en Mar del Plata.
En cuanto a la investigación, Arévalo remarco que se trata de un “escenario complejo”, en el que ubica el crimen entre el viernes a la noche y el sábado a la madrugada. Con ese lapso de tiempo definido, espera los resultados del análisis de las cámaras de seguridad para intentar visualizar a alguien que haya entrado salido de la casa.
En cuanto a estas imágenes, las cámaras de seguridad del Centro de Operaciones y Monitoreas ya fueron entregadas por la Municipalidad y en el transcurso de este lunes el personal de la Dirección Departamental de Investigaciones recolectará las filmaciones de los comercios y cámaras privadas de la zona.
El espacio temporal en el que pudo haber ocurrido el crimen se pudo trazar, por un lado, por el estado del cuerpo y por comentario de vecinos y allegados que remarcaron haber visto por última vez a Othondo el viernes a la tarde noche y que ya, desde el sábado a la mañana, no respondía mensajes ni llamadas.
El fiscal explicó que otro dato a verificar que surgió de testimonios de vecinos es que, en la tarde noche del viernes vieron y escucharon a gente que iba puerta por puerta para vender elementos, como bolsas de basura.
Con esto en cuenta, Arévalo explicó que al no haber aberturas violentadas las dos hipótesis son o que el asesino entró en un descuido de la víctima al abrir la puerta o que era conocido de ella, algo que para el fiscal “se torna menos posible” por el reducido círculo íntimo de la anciana.
El crimen de Elisabeth Othondo se descubrió el sábado a la noche, luego de que una amiga íntima de la víctima fuera hasta la casa preocupada porque no atendía el teléfono desde esa mañana. La mujer tenía llaves y al entrar a la vivienda de Rodríguez Peña al 2700 encontró un escenario preocupante: el lugar estaba todo revuelta y había manchas hemáticas en diversos sectores, por lo que llamó al 911.
Personal policial fue hasta el lugar y halló el cuerpo de Othondo en una habitación, que tenía marcas de haber intentado ser incendiada, por lo que también convocaron a bomberos del Cuartel Central.
Un informe preliminar de autopsia confirmó que la mujer fue asesinada a golpes, principalmente en la cabeza con un objeto contundente.