Provincia

Crearon un vino de pura cepa bonaerense

Sello Bonaerense fue elaborado por el Centro de Enólogos de Buenos Aires junto al Laboratorio de Microbiología Molecular de la UNQ, que logró aislar bacterias lácticas de la región para darle las características del territorio.

La Provincia de Buenos Aires tiene 135 municipios, posee costas, mar, ríos, llanuras, sierras, campo, industrias, rutas, autopistas y ahora, también un vino de cepa propia. La ciencia bonaerense logró aislar bacterias lácticas de la región para desarrollar un producto con las características de nuestro territorio.

En el Laboratorio de Microbiología Molecular (LMM) de la Universidad Nacional de Quilmes comenzó hace 17 años un paciente proceso de estudio de cepas enológicas de diferentes regiones de la Argentina, hasta lograr identificar y caracterizar las propias de la Provincia.

A lo largo de ese trayecto, entre otros apoyos, en 2016 obtuvieron un subsidio de la Comisión de Investigaciones Científicas que les permitió fortalecer este proceso de investigación, para iniciar el estudio de diversidad bacteriana mediante secuenciación masiva y el análisis del impacto del clima en dicha variedad microbiana, utilizando estas técnicas de última generación.

El trabajo continuó, hasta que le dieron un primer cierre: le pusieron el corcho y la etiqueta a las primeras botellas de “Sello Bonaerense”, el vino tinto casero que desarrollaron junto al Centro de Enólogos de Buenos Aires (CEBA).

“Es un Malbec inoculado con una cepa de Lactiplantibacillus plantarum obtenida a partir de un vino bonaerense de la bodega Saldungaray”, explicó Gabriel Rivas, Licenciado en Biotecnología y Doctor en Ciencia y Tecnología, integrante del LMM, en el portal de la Comisión de Investigaciones Científicas (CIC) del gobierno de la Provincia de Buenos Aires.

Según detalló, en este caso trabajaron “por primera vez con una bodega ubicada en el sudoeste de la Provincia de Buenos Aires estudiando principalmente el varietal Malbec, del que se han realizado los aislamientos de distintas especies de bacterias de ácido láctico a partir de las cuales se seleccionaron aquellas con las mejores propiedades tecnológicas y enológicas, a fin de formular un iniciador de fermentación maloláctica”.

El LMM está dirigido por la Dra. Liliana Semorile y del proyecto participaron Gabriel Rivas, Lucrecia Delfederico, Elizabeth Tymczyszyn, Bárbara Bravo Ferrada, Natalia Brizuela, Danay Valdés La Hens, Marina Navarro, Naiquén Flores y Andrea Guillade.

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