En plena escalada de tensión con Estados Unidos, el Ejército norcoreano llevó a cabo un lanzamiento fallido de un misil, el cual estalló casi inmediatamente de ser disparado.
por Ramón Abarca
PYONGYANG, Corea del Norte.- Un día después de mostrar al mundo su fortaleza militar, Corea del Norte continuó este domingo con su desafío armamentístico y realizó un lanzamiento fallido de un misil que coincidió con la llegada a Seúl del vicepresidente estadounidense, Mike Pence.
A primera hora de la mañana, en pleno periodo festivo del país, el Ejército norcoreano llevó a cabo desde la ciudad de Sinpo (costa oriental) una nueva prueba de un misil, que resultó fallida al estallar casi inmediatamente después de ser disparado.
La noticia la confirmaron Washington y Seúl, que no han conseguido averiguar de qué tipo de misil se trata, mientras en Corea del Norte el mutismo fue total.
El régimen acostumbra a informar de sus lanzamientos horas después e incluso al día siguiente, pero no lo hace si la prueba resulta fallida.
Las especulaciones habían corrido como la pólvora en los últimos días sobre la posibilidad de que el régimen realiza su sexta prueba nuclear o el lanzamiento de un misil, en honor al 105 aniversario del nacimiento de su difunto líder Kim Il-sung que se celebró este sábado.
Corea del Norte aprovechó esa efeméride para celebrar un gran desfile militar presidido por el líder Kim Jong-un en el que exhibió un potente arsenal de misiles entre los que se encontraba un posible proyectil intercontinental que no se había visto nunca. La respuesta al lanzamiento no tardó y el Gobierno surcoreano lo calificó como una demostración de “la amenaza que supone para el mundo entero el programa armamentístico norcoreano”, mientras que EEUU se limitó a decir que ya se esperaba la nueva provocación.
El nuevo desafío de Pyongyang se produjo horas antes de que el vicepresidente estadounidense, Mike Pence, llegara a Seúl para una visita de tres días que forma parte de una gira asiática que tendrá precisamente como punto central la tensión en la península coreana.
El Gobierno de Donald Trump además de insinuar un hipotético ataque preventivo contra Corea del Norte, ha desplegado el portaaviones nuclear USS Carl Vinson en aguas de la península en respuesta a otra prueba de misiles de Pyongyang del pasado 5 de abril.
El aumento en la escalada de tensión bélica contrastó este domingo con la tranquilidad y placidez que se vivió en la capital norcoreana sumergida en una jornada cálida y soleada en las celebraciones del “Día del Sol”.
Una larga cola se formaba en las puertas de la exposición anual dedicada en exclusiva a la orquídea Kimilsungia, cuyo nombre se inspira en el gran líder norcoreano, y que es una de los grandes eventos de las celebraciones de estos días.
La “flor eterna” regalada por Sukarno en 1965 al fundador de la dinastía Kim es la protagonista de una muestra, donde las orquídeas se exponen acompañadas de la simbología del régimen, desde los retratos de los líderes, al escudo del Partido de los Trabajadores.
Dentro de la exposición, una niña vestida con un vaporoso vestido rosa de tul observaba con detenimiento las orquídeas de un expositor. De entre las flores moradas sobresalían las maquetas de un cohete y un misil de unos dos metros de altura. Se trataba de el cohete espacial norcoreano que lanzó en febrero de 2017 el satélite Kwangmyongsong-4 (Estrella Brillante-4) y el misil balístico de medio alcance Pukguksong-2 (Estrella polar-2). “Este expositor muestra la importancia de la tecnología para acometer nuestra defensa”, explicaba un guía ataviada con el traje tradicional coreano.
La composición, que ha sido diseñado por la Organización de científicos y técnicos para la defensa nacional, atraía la atención de muchos de los visitantes, la mayoría en familia y vestidos de domingo, que no dejaban de hacer fotos con sus teléfonos inteligentes, un dispositivo omnipresente ya en Pyongyang. “Nuestro programa espacial y de misiles es clave en nuestra autodefensa. El éxito de estos cohetes son un ejemplo de la lealtad y determinación de nuestros científicos”, explicó la joven Mi-jong, calcando la versión oficial del régimen para justificar su programa armametístico.
EFE