"Cuando uno tiene una banda con un estilo tan marcado como Corderos, hay que ser fiel a ese estilo", evaluó Poletto. Con su identidad intacta, el grupo regresa al escenario este 10 de agosto.
Alrededor de quince años separan al primer Corderos, que sucedió en Mar del Plata a fines de la década del 90 y se extendió hasta los primeros años del nuevo siglo, del segundo, que reinició su camino en el rock en 2019.
“En la etapa actual, lo creativo y emocional sigue intacto, solo que lo tomamos de una manera más relajada“, dijo el cantante Leo Poletto en una entrevista con LA CAPITAL. El grupo volverá al escenario este sábado 10 de agosto en Vorterix Club. Preparan para esta nueva fecha “un repertorio bastante amplio”, anticipó.
El ahora trío que se completa con Tato Moizé y Fernando Cerone recorrerá “muchos temas de la vieja época, más algunos temas nuevos”. Y sumarán reversiones de clásicos de la música. “No solo será un recital, será un show, un espectáculo en el que lo visual y expresivo tendrá un lugar muy importante“, agregó Poletto.
-¿Qué diferencia esta etapa de aquella, la primera de Corderos?
-La primera etapa fue sin duda lo más emocionante que vivimos: luego de años de tocar en otros proyectos, de pronto nos juntamos y la magia sucedió, desde las canciones, la amistad y, sobre todo, la pronta respuesta y fidelidad del público. A eso hay que sumarle que Martín Carrizo quiso producir nuestro disco debut, Zeta Bosio nos invitó a ser parte de un sello discográfico internacional, conocimos y tocamos con muchas bandas nacionales. Ni hablar que el rock marplatense estaba en una etapa altísima de calidad y ebullición. Se dio todo y lo pudimos aprovechar. Y en la etapa actual, lo creativo y emocional sigue intacto, solo que lo tomamos de una manera más relajada, pero el lugar de la música en nuestras vidas sigue siendo el mismo: no es lo que hacemos, es lo que somos.
“La poesía, el rock y la canción nunca morirán”
-¿En este momento de la vida esperan otras cosas de la música?
-Sé que los chicos coincidirán: la música me dio todo: mi carrera, mi trabajo, mis amigos, sean músicos o no. Siempre la música fue el vínculo o la excusa para charlar un rato e ir forjando, a través de los gustos y las canciones, una gran amistad que perdura en prácticamente cada caso, hasta el día de hoy. La música es fundamental para nosotros, es una forma de expresar emociones, es una forma de salud mental, es ese momento de paz y de emoción, también de reflexión y lo notamos a través de las letras, que dejan de ser de corte social, como fue en la primera época, a una cosa un poco más existencialista o filosófica.
-¿Qué tan abiertos están a mixturarse con otros géneros? ¿Quieren salir del rock más puro, que es casi su sello?
-Si hay algo que aprendimos es que uno debe ser lo que es. A mí me gusta un montón de géneros, o varios por lo menos, pero no creo que sea útil incorporarlo en Corderos que tiene su huella, su estilo. Eso es lo que nos hace distintivos y por lo cual la gente nos escucha y elige.
-¿Corderos se mantiene fiel a su identidad?
-Entiendo que la música es parte del negocio del espectáculo, lo que lleva a muchos artistas a generar material fuera de su estilo por una cuestión de moda o tendencia, a nosotros no nos sale muy bien eso, lo que obviamente nos acota el radio de acción con las nuevas generaciones. De todas formas, todo es cíclico, estoy seguro de que las modas pasan y las tendencias cambian y vuelven, aggiornadas para no repetirse o ser un ‘revival’. No hay que generalizar a los jóvenes, con que solo escuchan ritmos urbanos, no es así. Cuando uno tiene una banda con un estilo tan marcado como Corderos, creo que hay que ser fiel a ese estilo, con las diferencias que puede llegar a ocurrir desde la composición o los arreglos, pero tiene que mantenerse fiel a ese sonido y a esa identidad, porque es una forma de ser fiel a los oyentes y al público, también a la música que amamos y disfrutamos tocar. Sean todos bienvenidos, la poesía, el rock y la canción nunca morirán.