Sra. Nogues Miguens , permítame decirle que éste documento es verdaderamente interesante , al menos en cuanto a mi respecta , ya que visto desde la perspectiva de nuestros días resulta una muy interesante fuente para el estudio de las relaciones socio-laborales de aquella época .
Resulta de particular interés para la observación la nota al pie aclaratoria que marcaba claramente y sin lugar a interpretaciones erradas el ya conocido exclusivismo del Club y qué lugar ocupaba cada quien en las estructuras familiares.
Si bien la “Gobernanta” (o “Ama de Llaves”) resultaba un individuo destacado y con voz de mando dentro del ámbito de desempaño laboral del personal de servicios dentro de una casa de familia destacándose en cierto modo del “resto” de sus pares , evidentemente aquella prerrogativa no la eximía de las “generales de la ley” dentro de tan selecto Club.
Muy interesante documento.
Agradecido por su amabilidad al compartirlo.
Profesor Mendozzi: comparto con Ud el interés de este documento de claro significado social, al extremo de aclarar puntualmente en qué circunstancias podía ser empleado (para acompañar a los niños en fiestas infantiles). Se trata de una suerte de “pase”, muy disímil al carnet oficial que ostentaban quienes accedían a los núcleos sociales más selectos que se organizaban como clubes. También agradezco este aporte a la Sra Suka.
-El poder de la palabra-La herramienta básica del lenguaje ha moldeado muchos prejuicios sobre la mujer.
Es verdad que Freud señalaba que las feministas estaban guiadas por la envidia en sus reivindicaciones,y que los lacanianos,con complicadas explicaciones,sostienen que la mujer no existe,de modo que no debería sorprendernos excesivamente esta discreta retracción del campo psicoanalítico con respecto a estos problemas.
García Meseguer,en su interesante libro El Diccionario de la Academia y la discriminación sexual,señala las palabras halconera,verdulera,fulana, moza,entretenida,pupila,coja,y manceba,que todas significan nociones degradantes para la mujer,cuando sus masculinos no las conllevan.
Lo mismo ocurre con las expresiones mujer pública,de punto,del partido,del arte,que significan todas “ramera”,mientras sus equivalentes masculinos son positivos o neutros.La mujer termina censurada o castigada:
de inspiradora o musa pasa a ser la loca.Siempre existe esa ambivalencia sorprendente.La discriminación sexual en el diccionario es notable.La misma palabra dirigida a un hombre o dirigida a una mujer cambia de significado.Por ejemplo: “gobernante” alude a un cargo público de gobierno,pero “gobernanta” es la mujer que cuida a los niños.
Cuando una mujer alcanzó por primera vez la magistratura presidencial en nuestro país, se desató un debate acerca de si debía decirse presidente o presidenta.Como lo hice notar en un artículo en esa época,nadie se había molestado previamente porque a las sirvientas se las llamara como tales,y no sirvientes.Claramente,lo que los partidarios de la presidente defendían era la masculinidad propia e imperdible del cargo supremo,en una sociedad todavía tan patriarcal como la nuestra.Estas actitudes tan reveladoras en el uso del lenguaje muestran a las claras cómo influyen los prejuicios en la conformación de nuestra conciencia cultural,y qué difícil es escapar a los mandatos ancestrales que todavía intentan reducir a la mujer,a pesar de tantos innegables progresos, a un papel secundario en nuestra sociedad. (Pàrrafos de lo escrito por Ivonne Bordelois/10-2009/Rp./Internet nº 45)
A partir de la segunda década del siglo XX,el servicio doméstico estuvo integrado mayormente por mucamas niñeras,gobernantas,mozos de café, ordenanzas,porteros y serenos.La proporción del sexo femenino era preponderante con un 87%.Las mujeres mejoraban su posición casándose con un proveedor o un compañero de trabajo,alejándose de la casa de sus patrones.Los sirvientes formaban largas colas,a la hora de solicitar trabajo.Algunas ofertas eran francamente llamativas:
“Valet de chambre afeitado buena presencia,elegante,italiano,hablando francés y español,muy buena letra,educado,inteligente con óptimos informes de su escrupulosa honradez apto para encargos de confianza y responsabilidad se ofrece.Esmeralda 992”.
Predominaban los inmigrantes españoles.Se ofrecían matrimonios donde ella actuaba como cocinera y él,como mucamo.De acuerdo con las memorias del Departamento de Migraciones,era importante conocer el grado de discriminación existente: ”a la raza latina se la mira con cierta tolerancia;a los irlandeses con simpática compasión;con repugnancia a los habitantes del Celeste Imperio y con desagrado a los israelitas,gitanos y brasileiros”.Por medio de contactos personales,agencias o avisos clasificados,el personal doméstico acordaba con sus patrones.Era un régimen generalmente paternalista,amable o asfixiante,donde se corría el riesgo del abuso de amas de llaves,miembros de la familia y señoritos seductores y prepotentes.Muchas de las sirvientas provenientes de España, llegaban al país endeudadas,y todo lo que ganaban durante los dos primeros años de su estadía,estaba destinado a pagar el viaje a la Argentina.Era común tratar a la servidumbre como integrantes de la familia y ayudarlos a que prosperaran.El personal doméstico era muy respetuoso,en especial con los adultos mayores.Se les decía “niña”,hasta los 90 años.Las mucamas salían los domingos,después de almorzar y regresaban a la noche.Así funcionaba el servicio doméstico en ese Buenos Aires que se fue.
(Carlos Araujo/Monografìas/12-4-2012).
Acerca de entradas, carnets y salvoconductos. En la 4274 hay una curiosa caricatura donde se ve al gerente del Casino que funcionaba en el Bristol asediadio por “socios” que quieren su carnet. Ocurre que el juego no estaba legalizado y sólo podía practicarse en al estructura de un club que otorgara parte de las ganancias a tareas benéficas. Así funcionóel Casino Pueyrredon en el Bristol Hotel. Por supuesto, los que en la caricatura reclaman el carnet no son “socios” sino apostadores que quieren entrar a jugar.
Sra. Nogues Miguens , permítame decirle que éste documento es verdaderamente interesante , al menos en cuanto a mi respecta , ya que visto desde la perspectiva de nuestros días resulta una muy interesante fuente para el estudio de las relaciones socio-laborales de aquella época .
Resulta de particular interés para la observación la nota al pie aclaratoria que marcaba claramente y sin lugar a interpretaciones erradas el ya conocido exclusivismo del Club y qué lugar ocupaba cada quien en las estructuras familiares.
Si bien la “Gobernanta” (o “Ama de Llaves”) resultaba un individuo destacado y con voz de mando dentro del ámbito de desempaño laboral del personal de servicios dentro de una casa de familia destacándose en cierto modo del “resto” de sus pares , evidentemente aquella prerrogativa no la eximía de las “generales de la ley” dentro de tan selecto Club.
Muy interesante documento.
Agradecido por su amabilidad al compartirlo.
Atte. Prof. Julián Mendozzi.
Profesor Mendozzi: comparto con Ud el interés de este documento de claro significado social, al extremo de aclarar puntualmente en qué circunstancias podía ser empleado (para acompañar a los niños en fiestas infantiles). Se trata de una suerte de “pase”, muy disímil al carnet oficial que ostentaban quienes accedían a los núcleos sociales más selectos que se organizaban como clubes. También agradezco este aporte a la Sra Suka.
-El poder de la palabra-La herramienta básica del lenguaje ha moldeado muchos prejuicios sobre la mujer.
Es verdad que Freud señalaba que las feministas estaban guiadas por la envidia en sus reivindicaciones,y que los lacanianos,con complicadas explicaciones,sostienen que la mujer no existe,de modo que no debería sorprendernos excesivamente esta discreta retracción del campo psicoanalítico con respecto a estos problemas.
García Meseguer,en su interesante libro El Diccionario de la Academia y la discriminación sexual,señala las palabras halconera,verdulera,fulana, moza,entretenida,pupila,coja,y manceba,que todas significan nociones degradantes para la mujer,cuando sus masculinos no las conllevan.
Lo mismo ocurre con las expresiones mujer pública,de punto,del partido,del arte,que significan todas “ramera”,mientras sus equivalentes masculinos son positivos o neutros.La mujer termina censurada o castigada:
de inspiradora o musa pasa a ser la loca.Siempre existe esa ambivalencia sorprendente.La discriminación sexual en el diccionario es notable.La misma palabra dirigida a un hombre o dirigida a una mujer cambia de significado.Por ejemplo: “gobernante” alude a un cargo público de gobierno,pero “gobernanta” es la mujer que cuida a los niños.
Cuando una mujer alcanzó por primera vez la magistratura presidencial en nuestro país, se desató un debate acerca de si debía decirse presidente o presidenta.Como lo hice notar en un artículo en esa época,nadie se había molestado previamente porque a las sirvientas se las llamara como tales,y no sirvientes.Claramente,lo que los partidarios de la presidente defendían era la masculinidad propia e imperdible del cargo supremo,en una sociedad todavía tan patriarcal como la nuestra.Estas actitudes tan reveladoras en el uso del lenguaje muestran a las claras cómo influyen los prejuicios en la conformación de nuestra conciencia cultural,y qué difícil es escapar a los mandatos ancestrales que todavía intentan reducir a la mujer,a pesar de tantos innegables progresos, a un papel secundario en nuestra sociedad. (Pàrrafos de lo escrito por Ivonne Bordelois/10-2009/Rp./Internet nº 45)
A partir de la segunda década del siglo XX,el servicio doméstico estuvo integrado mayormente por mucamas niñeras,gobernantas,mozos de café, ordenanzas,porteros y serenos.La proporción del sexo femenino era preponderante con un 87%.Las mujeres mejoraban su posición casándose con un proveedor o un compañero de trabajo,alejándose de la casa de sus patrones.Los sirvientes formaban largas colas,a la hora de solicitar trabajo.Algunas ofertas eran francamente llamativas:
“Valet de chambre afeitado buena presencia,elegante,italiano,hablando francés y español,muy buena letra,educado,inteligente con óptimos informes de su escrupulosa honradez apto para encargos de confianza y responsabilidad se ofrece.Esmeralda 992”.
Predominaban los inmigrantes españoles.Se ofrecían matrimonios donde ella actuaba como cocinera y él,como mucamo.De acuerdo con las memorias del Departamento de Migraciones,era importante conocer el grado de discriminación existente: ”a la raza latina se la mira con cierta tolerancia;a los irlandeses con simpática compasión;con repugnancia a los habitantes del Celeste Imperio y con desagrado a los israelitas,gitanos y brasileiros”.Por medio de contactos personales,agencias o avisos clasificados,el personal doméstico acordaba con sus patrones.Era un régimen generalmente paternalista,amable o asfixiante,donde se corría el riesgo del abuso de amas de llaves,miembros de la familia y señoritos seductores y prepotentes.Muchas de las sirvientas provenientes de España, llegaban al país endeudadas,y todo lo que ganaban durante los dos primeros años de su estadía,estaba destinado a pagar el viaje a la Argentina.Era común tratar a la servidumbre como integrantes de la familia y ayudarlos a que prosperaran.El personal doméstico era muy respetuoso,en especial con los adultos mayores.Se les decía “niña”,hasta los 90 años.Las mucamas salían los domingos,después de almorzar y regresaban a la noche.Así funcionaba el servicio doméstico en ese Buenos Aires que se fue.
(Carlos Araujo/Monografìas/12-4-2012).
En la 6652 vemos en segundo plano a una típica gobernanta…y lo peor es que parece traer una pequeña fusta en la mano.
Acerca de entradas, carnets y salvoconductos. En la 4274 hay una curiosa caricatura donde se ve al gerente del Casino que funcionaba en el Bristol asediadio por “socios” que quieren su carnet. Ocurre que el juego no estaba legalizado y sólo podía practicarse en al estructura de un club que otorgara parte de las ganancias a tareas benéficas. Así funcionóel Casino Pueyrredon en el Bristol Hotel. Por supuesto, los que en la caricatura reclaman el carnet no son “socios” sino apostadores que quieren entrar a jugar.