Recordando algunos de mis comentarios anteriores sobre el “El Barrio Chino”:
Durante los primeros años de nuestro balneario,fue forzoso tolerar muchas anomalías que luego constituyeron verdaderos valladares opuestos al progreso de la ciudad y originaron mas de un sonado conflicto.Las que resultaron en mayor escala en ese sentido,fueron las playas de baños que,de concesión en concesión se llegó al abuso,autorizándose una especie de monopolio que imponía la ley y que sirvió para enriquecer a unos pocos privilegiados.Los acaparadores,respaldados por el gobierno-tal era la tolerancia-reputaban intrusos y bañistas furtivos a todo ciudadano que,en uso de un derecho incuestionable tratara de utilizar el mar para darse un modesto baño,impidiendo el paso por frente a sus concesiones,como si a alguien,se le ocurriera impedir el tránsito del público por las veredas.
A este estado se había llegado.Y lo peor no es eso sino que,convencidos que el prolongado usufructo de las playas,había concluído por crearles un derecho inalienable,cuando el propio gobierno,quizo retrotaer las cosas a su estado anterior,mas de uno de los pseudos perjudicados,puso el grito en el cielo considerando que faltaban garantías y que la autoridad cometía un atropello,hablándose de dar intervención para reparar estos “abusos” de autoridad,a los representantes de colectividades extranjeras porque eran extranjeros sus protestantes.Al norte de la playa Brístol se levantaba un informe conglomerado de construcciones de madera que por lo heterogéneo,la prensa y el público en general lo bautizó con gran acierto Barrio Chino.El antiestético caserío,que ocupaba la parte mas bella del balneario constituía el adefesio mas extraordinario que concebirse pueda.
Tan despampanante era el contraste con la edificación adyacente que su mantenimiento se hizo intolerable porque importaba a un desafío al buen gusto y la grita pidiendo la eliminación de ese mamarracho,fue creciendo hasta convertirse en un verdadero clamor público.Y aquí es cuando Poseidón en un arrebato colérico,indignado por tanta incuria una noche del invierno de 1928 arremetió empleando todas sus potencias haciendo tabla rasa con un gran sector de aquella barriada,sembrando la playa de maderos,chapas y grandes cabriadas que fueron juguete de la embravecida marejada.La obra reparadora del mar,después,luego de agotados cabildeos para restaurar todo lo destruído,la completó un funcionario de la intervención nacional de 1930,devolviendo el uso y el goce de todos,ese tramo de excelente playa.(fuente: Julio C. Gascón).
PENSAMIENTOS.
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“La calma absoluta no es la ley del océano . Lo mismo ocurre en el océano de la vida”.
POR : Coelho , Paulo.
Prof. Julián Mendozzi.
El “barrio chino” cuando existía, en la foto (3920)
http://www.lacapitalmdp.com/contenidos/fotosfamilia/fotos/3920
Atte.: Enrique Mario Palacio
Importante documento, señor Darwich, que da una muestra de las capacidades del mar cuando se subestima su potencial. Muchas gracias.
Señor Julián: muy bien escogida la frase. Saludos.
Otra imagen de esta zona después del temporal en la foto (4025)
http://www.lacapitalmdp.com/contenidos/fotosfamilia/fotos/4025
Atte.: Enrique Mario Palacio
Mis respetuosos saludos de siempre para Ud. Sr. Lafra.
Julián Mendozzi.
Recordando algunos de mis comentarios anteriores sobre el “El Barrio Chino”:
Durante los primeros años de nuestro balneario,fue forzoso tolerar muchas anomalías que luego constituyeron verdaderos valladares opuestos al progreso de la ciudad y originaron mas de un sonado conflicto.Las que resultaron en mayor escala en ese sentido,fueron las playas de baños que,de concesión en concesión se llegó al abuso,autorizándose una especie de monopolio que imponía la ley y que sirvió para enriquecer a unos pocos privilegiados.Los acaparadores,respaldados por el gobierno-tal era la tolerancia-reputaban intrusos y bañistas furtivos a todo ciudadano que,en uso de un derecho incuestionable tratara de utilizar el mar para darse un modesto baño,impidiendo el paso por frente a sus concesiones,como si a alguien,se le ocurriera impedir el tránsito del público por las veredas.
A este estado se había llegado.Y lo peor no es eso sino que,convencidos que el prolongado usufructo de las playas,había concluído por crearles un derecho inalienable,cuando el propio gobierno,quizo retrotaer las cosas a su estado anterior,mas de uno de los pseudos perjudicados,puso el grito en el cielo considerando que faltaban garantías y que la autoridad cometía un atropello,hablándose de dar intervención para reparar estos “abusos” de autoridad,a los representantes de colectividades extranjeras porque eran extranjeros sus protestantes.Al norte de la playa Brístol se levantaba un informe conglomerado de construcciones de madera que por lo heterogéneo,la prensa y el público en general lo bautizó con gran acierto Barrio Chino.El antiestético caserío,que ocupaba la parte mas bella del balneario constituía el adefesio mas extraordinario que concebirse pueda.
Tan despampanante era el contraste con la edificación adyacente que su mantenimiento se hizo intolerable porque importaba a un desafío al buen gusto y la grita pidiendo la eliminación de ese mamarracho,fue creciendo hasta convertirse en un verdadero clamor público.Y aquí es cuando Poseidón en un arrebato colérico,indignado por tanta incuria una noche del invierno de 1928 arremetió empleando todas sus potencias haciendo tabla rasa con un gran sector de aquella barriada,sembrando la playa de maderos,chapas y grandes cabriadas que fueron juguete de la embravecida marejada.La obra reparadora del mar,después,luego de agotados cabildeos para restaurar todo lo destruído,la completó un funcionario de la intervención nacional de 1930,devolviendo el uso y el goce de todos,ese tramo de excelente playa.(fuente: Julio C. Gascón).