Familia de veraneo en la Bristol (1957). Papá: Oscar Ignacio Mendive – Mamá: Maria Izilda Alberto – Hijos: Roberto Ignacio y Maria Izilda. Gentileza María Izilda Mendive. Envía Pablo Valaco.
LA BRISTOL ES LA BRISTOL .
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Ya no entra nadie más en Mar del Plata. En verano la gente se aplasta, se agolpa, se apretuja, y hay que tener muchos códigos para sobrevivir a la sobrepoblación. Es lo que pasa, por ejemplo, en la Bristol: de lejos, el sitio más poblado por metro cuadrado de toda la costa argentina.
Basta recorrerla para ver que, separados por 12 centímetros, personas que no se conocen comparten juntos unas vacaciones que prometen ser inolvidables.
-Yo no cambio esta playa por nada- dice una mujer de 60 años y bikini amarillo, que le esparce bronceador a su nieto en mitad de la playa. A pocos centímetros una pareja toma mate, al otro costado alguien se empina una cerveza y más allá dos niños suben un barrilete.
Un viejo de bermudas marrón y vecino de Mar del Plata de toda la vida me recuerda, con orgullo, que antes esta era la playa más exclusiva de todo el país. Como si estuviera mirando una película en blanco y negro, donde se proyecta la Argentina del pasado, cuenta que las mejores familias se instalaban en esta zona, que llegaban en coches de primera clase del tren, que traían baúles llenos de ropa europea.
De pronto, vuelve a enfocar a la playa, al multicolor de la Bristol hoy, y entonces sube los hombros y con voz resignada balbucea un:
-No sé lo que pasó
Algunos dicen que la historia de la Bristol es la historia de país, aunque uno no lo debiera tomar tan literal: a los argentinos casi todo les parece una metáfora nacional. Sin embargo, no deja de sorprender la cantidad de gente apiñada en esta playa. Una multitud que corre a buscar los regalos de algún candidato, para volver a su sombrilla para continuar la charla con el vecino.
La Bristol es la única playa donde este fin de enero será una fecha anecdótica, que no variará en nada la multitud que pasará por acá hasta mediados de marzo. Dicen que en Argentina la playa se hizo más democrática, gracias a la Bristol. También dicen que muchos escaparon hacia Punta del Este, gracias a la Bristol.
Cualquieran sean las responsabilidades que le carguen, la playa más popular de Argentina parece tener vida propia y sus códigos:
-Aquí todos nos respetamos, como una gran familia. Más que en ningún otro lado- comentan dos mujeres de pesado tonelaje que no paran de brillan, a causa de litros de aceite que se han esparcido sobre su bien nutrida humanidad
¿La Bristol es la playa con más códigos?
POR : Meneses , Juan Pablo
EN : Crónicas Argentinas ; weblogs.clarin.com ; 19/01/2010.
LA BRISTOL ES LA BRISTOL .
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Ya no entra nadie más en Mar del Plata. En verano la gente se aplasta, se agolpa, se apretuja, y hay que tener muchos códigos para sobrevivir a la sobrepoblación. Es lo que pasa, por ejemplo, en la Bristol: de lejos, el sitio más poblado por metro cuadrado de toda la costa argentina.
Basta recorrerla para ver que, separados por 12 centímetros, personas que no se conocen comparten juntos unas vacaciones que prometen ser inolvidables.
-Yo no cambio esta playa por nada- dice una mujer de 60 años y bikini amarillo, que le esparce bronceador a su nieto en mitad de la playa. A pocos centímetros una pareja toma mate, al otro costado alguien se empina una cerveza y más allá dos niños suben un barrilete.
Un viejo de bermudas marrón y vecino de Mar del Plata de toda la vida me recuerda, con orgullo, que antes esta era la playa más exclusiva de todo el país. Como si estuviera mirando una película en blanco y negro, donde se proyecta la Argentina del pasado, cuenta que las mejores familias se instalaban en esta zona, que llegaban en coches de primera clase del tren, que traían baúles llenos de ropa europea.
De pronto, vuelve a enfocar a la playa, al multicolor de la Bristol hoy, y entonces sube los hombros y con voz resignada balbucea un:
-No sé lo que pasó
Algunos dicen que la historia de la Bristol es la historia de país, aunque uno no lo debiera tomar tan literal: a los argentinos casi todo les parece una metáfora nacional. Sin embargo, no deja de sorprender la cantidad de gente apiñada en esta playa. Una multitud que corre a buscar los regalos de algún candidato, para volver a su sombrilla para continuar la charla con el vecino.
La Bristol es la única playa donde este fin de enero será una fecha anecdótica, que no variará en nada la multitud que pasará por acá hasta mediados de marzo. Dicen que en Argentina la playa se hizo más democrática, gracias a la Bristol. También dicen que muchos escaparon hacia Punta del Este, gracias a la Bristol.
Cualquieran sean las responsabilidades que le carguen, la playa más popular de Argentina parece tener vida propia y sus códigos:
-Aquí todos nos respetamos, como una gran familia. Más que en ningún otro lado- comentan dos mujeres de pesado tonelaje que no paran de brillan, a causa de litros de aceite que se han esparcido sobre su bien nutrida humanidad
¿La Bristol es la playa con más códigos?
POR : Meneses , Juan Pablo
EN : Crónicas Argentinas ; weblogs.clarin.com ; 19/01/2010.
Prof. Julián Mendozzi.