Felices imágenes de uno de los veraneos de Beryl Mackintosh junto a sus hermanos y amigos en Playa de los Ingleses. (Información completa en la foto 8328). Material suministrado por Federico Morgan, nieto de Beryl.
Tengo la convicción -que sospecho la comparten otros foristas de FdF- de que ese fantástico Álbum de Beryl Mackintosh debiera integrar el patrimonio histórico y cultural de MdP, aunque no tengo idea de cómo podría llevarse eso a la práctica. O por lo menos una copia de alta calidad de todo ese valioso material. Esta es sólo una idea que tiro desde la distancia que, de encontrar eco, habría de gestionarse sin la menor imposición a la familia de Beryl, en especial a su nieto señor Federico Morgan, quien tan generosamente ha permitido que nos estemos deleitando con esas imágenes. Atentamente, Lafra.
Los álbumes de fotos cuentan los secretos de familia ; así fuimos , así seremos.
“Hay una identidad familiar que se intuye, pero que resulta difícil explicar con palabras. Pasa por formas de mirar, de organizarse, de privilegiar ciertos temas frente a otros. Para el colombiano Armando Silva -sociólogo, con posgrado en la Ecole des Hautes Etudes de Paris-, una parte significativa de esa identidad se transmite a través de los álbumes de fotos. En general, es una mujer la que decide qué imágenes merecen guardarse y formar parte de la historia.
Silva decidió investigar esa zona tan cotidiana como prohibida y buceó las lógicas con que se construyen los relatos familiares a partir de pedacitos de realidad impresos en papel. Su trabajo derivó en una tesis doctoral en los Estados Unidos que fue considerada la mejor de 1995 en California. Ahora, en una versión menos académica, sus ideas aparecen en el libro Album de familia (Editorial Norma) que acaba de ser publicado en la Argentina.Cómo se le ocurrió estudiar la manera en que la gente construye sus álbumes de fotos?-Empecé a partir de una razón personal: el nacimiento de mi hija se dio en la misma época que la muerte de mis padres. Ahí entendí la esencia de un álbum: preservar la gente que uno quiere y registrar la vitalidad de los que llegan. Me di cuenta de que los álbumes cuentan la historia y los secretos de una familia.
¿Qué características se pueden llegar a conocer a través de las imágenes?-Algunos elementos de la cultura familiar aparecen apenas uno abre el álbum. Existen, por ejemplo, familias muy obsesionadas por el orden. En estos casos, las imágenes muestran jerarquías muy claras, en especial en las grandes fotos familiares. Cada miembro ocupa un lugar predeterminado; se intuyen códigos rígidos. Hay otros álbumes donde la sonrisa tiene que estar siempre presente: ahí uno puede preguntarse si esa familia logra mostrarse como es, sin artificios. En mi país, Colombia, los álbumes tienen una tradición muy fuerte, mayor que la que encontré en la
Argentina.
Para nosotros son como un registro de la historicidad familiar.¿Cómo evolucionaron los álbumes de familia en las últimas décadas?-Cambiaron los protagonistas. Hasta los años 50, la mayor parte de las fotos que se incorporaban a los álbumes eran de personas mayores, con una clara primacía del hombre de la familia en su rol de jefe. En los 60 y en los 70 hubo un desplazamiento hacia la mujer, que empezó a mostrar su cuerpo. Las mallas se achicaron, surgieron los bikinis, se permitieron poses más sugerentes. Antes aparecía acompañada del esposo o de los hijos, raramente sola.¿Cuál es la característica de los álbumes de los 90?-Aparecen los chicos como personajes principales; los abuelos y los padres pasan a un rol secundario. Los niños juegan, comen, protestan o no hacen nada pero allí están, omnipresentes a través de centenares de imágenes.
Creo que esto se vincula con la muerte de la familia tradicional: los matrimonios ya no son una institución permanente. La gente se separa, se vuelve a juntar, convive con hijos propios y ajenos. El centro pasan a ser los chicos. Antes se ubicaban en un lugar distinto dentro de la escala social; tenían que crecer para lograr mayor protagonismo.Algunos álbumes, incluso, ya han incorporado las fotos de las ecografías y de los partos.-Sí. Creo que esto se inscribe en la misma idea de que el chico es el nuevo héroe del álbum y a veces llega a límites llamativos. He visto fotos, algunas extraídas de videos, en las que se ven distintas tomas de la madre momentos antes de que nazca el bebé, hasta que finalmente aparece una imagen con la cabecita.¿El álbum de familia incluye sólo fotos de personas vivas o también de los seres queridos que acaban de morir?-Le cuento los casos de Colombia y de México, que conozco con más detalle. En estos países -ambos con una fuerte tradición de álbumes familiares- los muertos aparecieron sólo durante dos épocas en lo que va del siglo. Una fue en las primeras décadas, cuando pagar un fotógrafo se consideraba símbolo de status. Las familias tradicionales solían llevar a alguien para que tome imágenes de la ostentación del velorio: grandes coronas, autos o carruajes especiales, gente vestida con compleja ropa de luto. Sin embargo no aparece el cadáver sino todo lo que lo rodea.
La otra etapa es más actual y se da mucho en los nuevos ricos, que han recreado la misma costumbre. Se puede ver en gente vinculada al narcotráfico u otras actividades que permiten juntar enormes fortunas en poco tiempo. Respecto de la muerte, hay otro tema interesante: encontré muchos casos en que se sacaban del álbum las fotos de las personas que morían.Es extraño. El álbum es la conservación de la historia, no su destrucción.-En realidad la foto vuelve al álbum después de un tiempo. Pero hay una etapa que produce espanto ver sonriente a la persona que se acaba de enterrar. Es como un período de duelo, hasta que la familia toma conciencia de que el muerto se fue para siempre. Ahí puede volver la imagen.Cuando hay peleas familiares, ¿es común que se reestructure el álbum para privilegiar la parte buena de la mala?-Eso lo he constatado muchas veces. Las personas que entran en desgracia dejan de tener derecho a estar en el álbum. Existen distintas graduaciones, según cada familia. Van desde la no incorporación de nuevas fotos de los malos hasta sacar todas las imágenes de ellos.
He encontrado, incluso, algunos casos muy llamativos. En un álbum vi una foto antigua que era muy apreciada, pero en la que figuraba alguien no querido. La persona a cargo del álbum recortó su cara y puso otra encima. Rehizo la imagen a su gusto.Las hojas de la vida¿Hay un momento en que los álbumes de familia empiezan a incorporar animales?-Ya aparecen en los años 20 y 30. Encontré una clara segmentación según el nivel socioeconómico de la familia. El caballo es el animal de la clase alta y puede estar solo o montado por alguna persona significativa. En los álbumes de clase media reinan los perros y los gatos. Y en los sectores populares, los pollos, las gallinas y los conejos. Esto tiene que ver con el ambiente y el paisaje de cada sector social. Para personas de nivel alto, ver un pollo vivo no es algo común. Sólo ven la pechuga servida en el plato.
Hasta hace unos años, sacar fotos no era barato. Ahora el valor de las copias bajó y mucha gente saca centenares de tomas en un par de días de vacaciones. ¿Tanta sobreabundancia de imágenes no puede colapsar los álbumes tradicionales?-Creo que el álbum que conocimos hasta ahora va a desaparecer. Ese conjunto de hojas que formaban parte de un mismo cuerpo e historiaban épocas muy amplias está dejando paso a los albumcitos de plástico que entregan gratis las mismas casas que revelan los rollos. Las diferencias son claras: estos nuevos álbumes no son una reliquia, sino una manera de administrar el momento, el tiempo presente.
¿Llegó la posmodernidad al archivo de fotos? Ya no hay un lugar único, jerarquizado, sino una dipersión de imágenes que no mantiene un orden fijo y que se puede dividir, tirar o reacomodar.-Sí, esa pérdida del centro afecta a muchos ámbitos. Las ciudades ahora no tienen un solo centro sino varios y el más antiguo suele quedar fuera de competición. Pasa también con las comidas, donde la idea de entrada, plato y postre es reemplazada en muchos casos por tapas o por la moda del sushi: cada plato se forma a gusto del consumidor, no hay dos iguales.¿Cómo se decide quién administra el álbum en una familia?-Las mujeres son las que dominan este oficio. Eso pasa en casi todas las culturas: en Colombia hay reglas de herencia muy claras que determinan quién está a cargo.
En una familia tipo, la mujer lleva el álbum y si ella muere pasa en forma casi automática a la hija mayor que empieza a tener la obligación de continuar la historia. En principio, hubo durante mucho tiempo una diferencia clara entre el hombre que sacaba la foto -el contacto con la tecnología aparecía como un espacio masculino- y la administración de la foto ya impresa, que corrrespondía a la mujer.En realidad, la administradora del álbum hereda un espacio de poder: el de contar la saga familiar.-Mire, tanto es así que hasta hay un poder que se delimita físicamente. En general el álbum se guarda en una cómoda o en un placard que está en el dormitorio de la mujer: el acceso no es libre. Para verlo, es necesario pedir permiso. Y administrarlo significa construir los relatos de una familia. Según qué foto quede afuera, qué personaje ocupe un lugar más importante o quién aparezca más o menos sonriente, la tradición de la familia se va a inclinar hacia uno u otro lado.
¿El álbum de familia no sólo habla del pasado sino que también anuncia a las nuevas generaciones cómo deben ser, a quién tienen que parecerse?-Aquí se plantea un tema interesante. En un momento en que la industria y el marketing intentan crear cosas nuevas todo el tiempo, el álbum de familia hace todo lo contrario. No anuncia nada desconocido sino que refuerza los mandatos y el ritual familiar.
A través de sus imágenes se subraya una tradición que va más allá del tiempo o de las modas. Es como un documento que dice así fuimos, así debemos ser en el futuro. Claro que las poses o los modelos corporales pueden cambiar, pero hay identidades básicas que perduran”.
AUTOR : Silva , Armando (Sociólogo).
FUENTE : Diario “Clarín” del día 30-08-1998.
Tengo la convicción -que sospecho la comparten otros foristas de FdF- de que ese fantástico Álbum de Beryl Mackintosh debiera integrar el patrimonio histórico y cultural de MdP, aunque no tengo idea de cómo podría llevarse eso a la práctica. O por lo menos una copia de alta calidad de todo ese valioso material. Esta es sólo una idea que tiro desde la distancia que, de encontrar eco, habría de gestionarse sin la menor imposición a la familia de Beryl, en especial a su nieto señor Federico Morgan, quien tan generosamente ha permitido que nos estemos deleitando con esas imágenes. Atentamente, Lafra.
UN TESORO FAMILIAR ; EL ÁLBUM .
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Los álbumes de fotos cuentan los secretos de familia ; así fuimos , así seremos.
“Hay una identidad familiar que se intuye, pero que resulta difícil explicar con palabras. Pasa por formas de mirar, de organizarse, de privilegiar ciertos temas frente a otros. Para el colombiano Armando Silva -sociólogo, con posgrado en la Ecole des Hautes Etudes de Paris-, una parte significativa de esa identidad se transmite a través de los álbumes de fotos. En general, es una mujer la que decide qué imágenes merecen guardarse y formar parte de la historia.
Silva decidió investigar esa zona tan cotidiana como prohibida y buceó las lógicas con que se construyen los relatos familiares a partir de pedacitos de realidad impresos en papel. Su trabajo derivó en una tesis doctoral en los Estados Unidos que fue considerada la mejor de 1995 en California. Ahora, en una versión menos académica, sus ideas aparecen en el libro Album de familia (Editorial Norma) que acaba de ser publicado en la Argentina.Cómo se le ocurrió estudiar la manera en que la gente construye sus álbumes de fotos?-Empecé a partir de una razón personal: el nacimiento de mi hija se dio en la misma época que la muerte de mis padres. Ahí entendí la esencia de un álbum: preservar la gente que uno quiere y registrar la vitalidad de los que llegan. Me di cuenta de que los álbumes cuentan la historia y los secretos de una familia.
¿Qué características se pueden llegar a conocer a través de las imágenes?-Algunos elementos de la cultura familiar aparecen apenas uno abre el álbum. Existen, por ejemplo, familias muy obsesionadas por el orden. En estos casos, las imágenes muestran jerarquías muy claras, en especial en las grandes fotos familiares. Cada miembro ocupa un lugar predeterminado; se intuyen códigos rígidos. Hay otros álbumes donde la sonrisa tiene que estar siempre presente: ahí uno puede preguntarse si esa familia logra mostrarse como es, sin artificios. En mi país, Colombia, los álbumes tienen una tradición muy fuerte, mayor que la que encontré en la
Argentina.
Para nosotros son como un registro de la historicidad familiar.¿Cómo evolucionaron los álbumes de familia en las últimas décadas?-Cambiaron los protagonistas. Hasta los años 50, la mayor parte de las fotos que se incorporaban a los álbumes eran de personas mayores, con una clara primacía del hombre de la familia en su rol de jefe. En los 60 y en los 70 hubo un desplazamiento hacia la mujer, que empezó a mostrar su cuerpo. Las mallas se achicaron, surgieron los bikinis, se permitieron poses más sugerentes. Antes aparecía acompañada del esposo o de los hijos, raramente sola.¿Cuál es la característica de los álbumes de los 90?-Aparecen los chicos como personajes principales; los abuelos y los padres pasan a un rol secundario. Los niños juegan, comen, protestan o no hacen nada pero allí están, omnipresentes a través de centenares de imágenes.
Creo que esto se vincula con la muerte de la familia tradicional: los matrimonios ya no son una institución permanente. La gente se separa, se vuelve a juntar, convive con hijos propios y ajenos. El centro pasan a ser los chicos. Antes se ubicaban en un lugar distinto dentro de la escala social; tenían que crecer para lograr mayor protagonismo.Algunos álbumes, incluso, ya han incorporado las fotos de las ecografías y de los partos.-Sí. Creo que esto se inscribe en la misma idea de que el chico es el nuevo héroe del álbum y a veces llega a límites llamativos. He visto fotos, algunas extraídas de videos, en las que se ven distintas tomas de la madre momentos antes de que nazca el bebé, hasta que finalmente aparece una imagen con la cabecita.¿El álbum de familia incluye sólo fotos de personas vivas o también de los seres queridos que acaban de morir?-Le cuento los casos de Colombia y de México, que conozco con más detalle. En estos países -ambos con una fuerte tradición de álbumes familiares- los muertos aparecieron sólo durante dos épocas en lo que va del siglo. Una fue en las primeras décadas, cuando pagar un fotógrafo se consideraba símbolo de status. Las familias tradicionales solían llevar a alguien para que tome imágenes de la ostentación del velorio: grandes coronas, autos o carruajes especiales, gente vestida con compleja ropa de luto. Sin embargo no aparece el cadáver sino todo lo que lo rodea.
La otra etapa es más actual y se da mucho en los nuevos ricos, que han recreado la misma costumbre. Se puede ver en gente vinculada al narcotráfico u otras actividades que permiten juntar enormes fortunas en poco tiempo. Respecto de la muerte, hay otro tema interesante: encontré muchos casos en que se sacaban del álbum las fotos de las personas que morían.Es extraño. El álbum es la conservación de la historia, no su destrucción.-En realidad la foto vuelve al álbum después de un tiempo. Pero hay una etapa que produce espanto ver sonriente a la persona que se acaba de enterrar. Es como un período de duelo, hasta que la familia toma conciencia de que el muerto se fue para siempre. Ahí puede volver la imagen.Cuando hay peleas familiares, ¿es común que se reestructure el álbum para privilegiar la parte buena de la mala?-Eso lo he constatado muchas veces. Las personas que entran en desgracia dejan de tener derecho a estar en el álbum. Existen distintas graduaciones, según cada familia. Van desde la no incorporación de nuevas fotos de los malos hasta sacar todas las imágenes de ellos.
He encontrado, incluso, algunos casos muy llamativos. En un álbum vi una foto antigua que era muy apreciada, pero en la que figuraba alguien no querido. La persona a cargo del álbum recortó su cara y puso otra encima. Rehizo la imagen a su gusto.Las hojas de la vida¿Hay un momento en que los álbumes de familia empiezan a incorporar animales?-Ya aparecen en los años 20 y 30. Encontré una clara segmentación según el nivel socioeconómico de la familia. El caballo es el animal de la clase alta y puede estar solo o montado por alguna persona significativa. En los álbumes de clase media reinan los perros y los gatos. Y en los sectores populares, los pollos, las gallinas y los conejos. Esto tiene que ver con el ambiente y el paisaje de cada sector social. Para personas de nivel alto, ver un pollo vivo no es algo común. Sólo ven la pechuga servida en el plato.
Hasta hace unos años, sacar fotos no era barato. Ahora el valor de las copias bajó y mucha gente saca centenares de tomas en un par de días de vacaciones. ¿Tanta sobreabundancia de imágenes no puede colapsar los álbumes tradicionales?-Creo que el álbum que conocimos hasta ahora va a desaparecer. Ese conjunto de hojas que formaban parte de un mismo cuerpo e historiaban épocas muy amplias está dejando paso a los albumcitos de plástico que entregan gratis las mismas casas que revelan los rollos. Las diferencias son claras: estos nuevos álbumes no son una reliquia, sino una manera de administrar el momento, el tiempo presente.
¿Llegó la posmodernidad al archivo de fotos? Ya no hay un lugar único, jerarquizado, sino una dipersión de imágenes que no mantiene un orden fijo y que se puede dividir, tirar o reacomodar.-Sí, esa pérdida del centro afecta a muchos ámbitos. Las ciudades ahora no tienen un solo centro sino varios y el más antiguo suele quedar fuera de competición. Pasa también con las comidas, donde la idea de entrada, plato y postre es reemplazada en muchos casos por tapas o por la moda del sushi: cada plato se forma a gusto del consumidor, no hay dos iguales.¿Cómo se decide quién administra el álbum en una familia?-Las mujeres son las que dominan este oficio. Eso pasa en casi todas las culturas: en Colombia hay reglas de herencia muy claras que determinan quién está a cargo.
En una familia tipo, la mujer lleva el álbum y si ella muere pasa en forma casi automática a la hija mayor que empieza a tener la obligación de continuar la historia. En principio, hubo durante mucho tiempo una diferencia clara entre el hombre que sacaba la foto -el contacto con la tecnología aparecía como un espacio masculino- y la administración de la foto ya impresa, que corrrespondía a la mujer.En realidad, la administradora del álbum hereda un espacio de poder: el de contar la saga familiar.-Mire, tanto es así que hasta hay un poder que se delimita físicamente. En general el álbum se guarda en una cómoda o en un placard que está en el dormitorio de la mujer: el acceso no es libre. Para verlo, es necesario pedir permiso. Y administrarlo significa construir los relatos de una familia. Según qué foto quede afuera, qué personaje ocupe un lugar más importante o quién aparezca más o menos sonriente, la tradición de la familia se va a inclinar hacia uno u otro lado.
¿El álbum de familia no sólo habla del pasado sino que también anuncia a las nuevas generaciones cómo deben ser, a quién tienen que parecerse?-Aquí se plantea un tema interesante. En un momento en que la industria y el marketing intentan crear cosas nuevas todo el tiempo, el álbum de familia hace todo lo contrario. No anuncia nada desconocido sino que refuerza los mandatos y el ritual familiar.
A través de sus imágenes se subraya una tradición que va más allá del tiempo o de las modas. Es como un documento que dice así fuimos, así debemos ser en el futuro. Claro que las poses o los modelos corporales pueden cambiar, pero hay identidades básicas que perduran”.
AUTOR : Silva , Armando (Sociólogo).
FUENTE : Diario “Clarín” del día 30-08-1998.
Prof. Julián Mendozzi.