Thálassa,Thálassa,dijeron los soldados de Jenofonte cuando volvieron de Persia a Grecia.El Mar el Mar,dijo con esas mismas palabras Paul Groussac,uno de los primeros propagandistas de Mar del Plata.Siempre el mismo,pero siempre renovado,deleita a los hombres cuando está en calma,y los aterroriza y deslumbra,además de dañarlos,cuando se enfurece.(fuente: Las Viejas Ramblas,Fundación Bco. Boston /1990).
Sr. Simón Uriol. Agradezco el poder disfrutar de momentos ya pasados y muy interesantes que traen sus publicaciones perpetuando imagenes para los que nos gusta y las nuevas generaciones. Atte lo saluda José Alberto Lago.
Efectivamente así lucía la pedana del Torreón, con sus columnas, vigas y riostras en muy mal estado; hasta que la firma Ariel D.A.D.A.SA con presidente Domingo Parato la pusieron en valor a partir de 1980. En la foto no se aprecia porque la cubre una ola, pero la columna de la punta estaba totalmente en el aire y sin sustentación, y rellenar las “zapatas” con hormigón fue realmente un trabajo enorme. Luego se hizo la escollera de protección que demandó toneladas de piedra y cientos de viajes de camiones.
Thálassa,Thálassa,dijeron los soldados de Jenofonte cuando volvieron de Persia a Grecia.El Mar el Mar,dijo con esas mismas palabras Paul Groussac,uno de los primeros propagandistas de Mar del Plata.Siempre el mismo,pero siempre renovado,deleita a los hombres cuando está en calma,y los aterroriza y deslumbra,además de dañarlos,cuando se enfurece.(fuente: Las Viejas Ramblas,Fundación Bco. Boston /1990).
Sr. Simón Uriol. Agradezco el poder disfrutar de momentos ya pasados y muy interesantes que traen sus publicaciones perpetuando imagenes para los que nos gusta y las nuevas generaciones. Atte lo saluda José Alberto Lago.
Efectivamente así lucía la pedana del Torreón, con sus columnas, vigas y riostras en muy mal estado; hasta que la firma Ariel D.A.D.A.SA con presidente Domingo Parato la pusieron en valor a partir de 1980. En la foto no se aprecia porque la cubre una ola, pero la columna de la punta estaba totalmente en el aire y sin sustentación, y rellenar las “zapatas” con hormigón fue realmente un trabajo enorme. Luego se hizo la escollera de protección que demandó toneladas de piedra y cientos de viajes de camiones.