Estimado Enrique, seguramente el amigo Eduardo Russo que habitualmente nos deleita con las hermosas vivencias de su infancia como habitante de el Faro podrá darnos referencias sobre estas torres, que bien conoce, porque según nos relató en alguna foto anterior, siendo muy pequeño anduvo haciendo turismo de aventura por una de ellas…tan de aventura que tuvo que ser rescatado. Cordiales saludos.
El faro todavía estaba pintado con franjas negras. Según me dijeron cambiaron por el color rojo cuando creció la vegetación de la zona y necesitaron un color que contrastara más para que fuera visto desde el mar. Muy bueno el espacio.
Gracias por recordarme señor Aníbal. Efectivamente, “esa” es precisamente la torre a la que mi hermanita y yo nos trepamos cuando ecasamente teníamos aproximadamente entre 4 y 5 años. El pequeño techo que se observa apenas entre los árboles cerca del vehículo(¿Chevrolet’36, amigo José Lago?), era el sitio desde donde se practicaba tiro al blanco una vez por semana.
La lámpara original de Punta Mogotes, que giraba sus sistemas ópticos con un mecanismo de relojería que pesaba 120 kilos, tenía cinco mechas que quemaban gas de querosén y emitían luz cada 10 segundos.
En 1916, se agregó una “sirena de niebla” al faro.
En 1928 llegó la última palabra en iluminación: lámparas suecas AGA alimentadas a gas acetileno, que tenían un alcance óptico de 33,8 millas náuticas.
En 1938 se instaló el radiofaro, que emitía una señal de dos minutos de duración, muy útil para la navegación cuando hay niebla, las letras “PM” en morse.
En 1975 se instalaron los equipos de iluminación actuales, eléctricos, lámparas de descarga.
Justamente, mi papá se hizo cargo del Radiofaro entre 1945 al ’48 (en que se retiró de la Armada). Yo subía de vez en cuando al faro al aterdecer con el farero de guardia y él encendía la “camisa” tipo Sol de Noche dentro de la enorme bocha de cristal de aumento con el gas de acetileno. Después se cerraba el “ojo de buey” que oficiaba de puertita de unos 30 cm. y comenzaba a girar. Yo me quedaba extasiado mirando cómo iba aumentando su volumen y brillo a medida que pasaban los minutos. Esa bocha de cristal que tenía como un metro de diámetro, giraba por medio de un sistema mecánico y relojería que debía ser atendida permanentemente por la guardia para evitar cualquier inconveniente; ya sea por la parte lumínica como por la mecánica. Recuerdo que a la sirena de niebla le decíamos “La Vaca”, por el sonido que emitía durante las jornadas de niebla.
El sistema implementado actualmente, está compuesto de seis paneles de aproximadamente 2,00 x 0.80 mts. y con 32 faros redondos “tipo camión” con lámparas H7 CRYSTALVISION o similar de 230 W, tres encendidas y el resto en reserva en cada panel que tienen un alcance de 45 km; Frecuencia de destellos: 1,5 s, eclipse 17,5 s. claro que también giran a una velocidad regular para su identificación nocturna.
Algun datos de las características de la torre que vemos a la izquierda, radio faro, comunicaciones…
Atte.: Enrique Mario Palacio.
Estimado Enrique, seguramente el amigo Eduardo Russo que habitualmente nos deleita con las hermosas vivencias de su infancia como habitante de el Faro podrá darnos referencias sobre estas torres, que bien conoce, porque según nos relató en alguna foto anterior, siendo muy pequeño anduvo haciendo turismo de aventura por una de ellas…tan de aventura que tuvo que ser rescatado. Cordiales saludos.
El faro todavía estaba pintado con franjas negras. Según me dijeron cambiaron por el color rojo cuando creció la vegetación de la zona y necesitaron un color que contrastara más para que fuera visto desde el mar. Muy bueno el espacio.
Gracias por recordarme señor Aníbal. Efectivamente, “esa” es precisamente la torre a la que mi hermanita y yo nos trepamos cuando ecasamente teníamos aproximadamente entre 4 y 5 años. El pequeño techo que se observa apenas entre los árboles cerca del vehículo(¿Chevrolet’36, amigo José Lago?), era el sitio desde donde se practicaba tiro al blanco una vez por semana.
http://www.lacapitalmdp.com/contenidos/fotosfamilia/fotos/6001
La lámpara original de Punta Mogotes, que giraba sus sistemas ópticos con un mecanismo de relojería que pesaba 120 kilos, tenía cinco mechas que quemaban gas de querosén y emitían luz cada 10 segundos.
En 1916, se agregó una “sirena de niebla” al faro.
En 1928 llegó la última palabra en iluminación: lámparas suecas AGA alimentadas a gas acetileno, que tenían un alcance óptico de 33,8 millas náuticas.
En 1938 se instaló el radiofaro, que emitía una señal de dos minutos de duración, muy útil para la navegación cuando hay niebla, las letras “PM” en morse.
En 1975 se instalaron los equipos de iluminación actuales, eléctricos, lámparas de descarga.
Atte.: Enrique Mario Palacio.
Justamente, mi papá se hizo cargo del Radiofaro entre 1945 al ’48 (en que se retiró de la Armada). Yo subía de vez en cuando al faro al aterdecer con el farero de guardia y él encendía la “camisa” tipo Sol de Noche dentro de la enorme bocha de cristal de aumento con el gas de acetileno. Después se cerraba el “ojo de buey” que oficiaba de puertita de unos 30 cm. y comenzaba a girar. Yo me quedaba extasiado mirando cómo iba aumentando su volumen y brillo a medida que pasaban los minutos. Esa bocha de cristal que tenía como un metro de diámetro, giraba por medio de un sistema mecánico y relojería que debía ser atendida permanentemente por la guardia para evitar cualquier inconveniente; ya sea por la parte lumínica como por la mecánica. Recuerdo que a la sirena de niebla le decíamos “La Vaca”, por el sonido que emitía durante las jornadas de niebla.
El sistema implementado actualmente, está compuesto de seis paneles de aproximadamente 2,00 x 0.80 mts. y con 32 faros redondos “tipo camión” con lámparas H7 CRYSTALVISION o similar de 230 W, tres encendidas y el resto en reserva en cada panel que tienen un alcance de 45 km; Frecuencia de destellos: 1,5 s, eclipse 17,5 s. claro que también giran a una velocidad regular para su identificación nocturna.
Cordialmente
Eduardo