Sr. Pablo. Estoy agradecido por traer estos recuerdos, hoy nos quedan los pilares de entrada como mudo testimonio del lugar que ocupo el Estadio San Martin. Calle Alvarado Esquina Av. Champagnat, ademas lo rodeaban las calles Garay Y Bahia Blanca. Atte. Lo saluda Jose Alberto Lago.
Yo tuve la suerte de poder jugar un partido de fútbol en el estadio en el 63 o 64 y fue a la semana siguiente de haber sido sobre el césped que piso Pele en un partido exibicion.
En este estadio convirtio por primera dos goles como profesional Diego Armando Maradona. jugando para Argentinos Jrs. contra San Lorenzo de Mar del Plata el partido termino 5 – 2 para los “bichitos´´.
Otro crimen contra Mar del Plata, haber perdido este estadio que bien conservado y con los adelantos propios hoy sería una joya. No sólo lamento su historia sino la utilidad que se le podría haber dado. El dinero de la venta se repartió entre los clubes de Mardel…que recibieron monedas. Fue una pérdida innecesaria.
Nota escrita en la Revista Toledo con todos por el periodista deportivo y relator futbolístico Juan Carlos Morales antes de la demolición del estadio:
El querido estadio San Martin
Será muy pronto del pasado. Como el estadio Bristol, la vieja cancha de Quilmes o la de Ministerio de Obras Públicas, se transformará en una plaza, un circo o un supermercado. Empresarios de moda, vendedores de futuro y modernismo avanzarán, una vez más, sobre la historia. Pero no podrán destruirla ni hacerla olvidar. Porque el San Martín nos regalará, por siempre, recuerdos indestructibles.
La chaplinesca figura de Herminio Antonio González dibujó inolvidables jugadas, con la roja casaca de la selección marplatense.
El negro Pelé convocó una multitud cuando en 1965 visitó su césped con el incomparable Santos. Diego Maradona marcó sus primeros dos goles oficiales para sufrimiento de Rubén Lucangioli, por entonces arquero de San Lorenzo. Luisito Artime aún boy rememora un atardecer del verano de 1969 en el primer torneo internacional organizado por el gordo Martínez, al convenir cuatro goles contra el Palmeiras de Brasil.
Mar del Plata obtuvo su único título argentino al derrotar a Mendoza con la conducción de Abel Alberto Pacheco.
Daniel Pasarella e hizo conocer ante el gran público en recordado debut frente a Boca, en el River de Néstor Raúl Rossi marcando la punta izquierda millonaria en el lateral de la tribuna Carlos Várela. Mascareño, Loyola y Eresuma entusiasmó multitudes ganándole a River (2-1». San Lorenzo de Almagro (4-3) y Estudiantes de la Plata (2-1), luego de sobresaliente campaña en el Campeonato Nacional. También en el ’70 surgió el Kimberley de Roberto Saba y un histórico 5-0 sobre Independiente de Avellaneda. Algunos, simplemente algunos momentos de un pedazo gigantesco de la historia del fútbol de Mar del Plata.
Todo esto y mucho más ocurrió en el predio de Champagnat y Alvarado: el Estadio General San Martín.
UNA HISTORIA MUY PARTICULAR
Víctima ahora del progreso j el modernismo, dejará paso a una actividad comercial que. de ninguna manera, borrará recuerdos y hechos impactantes. Desde comienzos de la década del ‘50 a hoy. el San Martín fue un referente muy particular de los latidos del fútbol ciudadano. Solamente relegado por la majestuosidad del Mundialista a partir del ’78. Pero protagonista central de sus mejores momentos. Cuando un partido entre Mar del Plata y Tandil completaba su capacidad. Al igual que las visitas veraniegas de los equipos grandes o los primeros años del Campeonato Nacional.
El San Martín nació con los duelos del Quilmes de Cándido González y el River de Pirosanto, Walter Della Torre y Neri. Conoció las más grandes exhibiciones del San Lorenzo de Ludovico Avio y Modesto Benítez. Descubrió el Independiente de Julio Cozzi, Roberto Saba y Juan Manuel Romay. Disfrutó de los grandes partidos de Al Ver Verás del mocho Viola y cuando aún la tribuna de cemento de Alvarado estaba en paralelo al largo del campo de juego y las cabeceras eran de madera, le dio la bienvenida al Nacional de Valentín Suárez. Así fue que en 1967, el San Lorenzo de Almagro de Toscano, Rendo y el lobo Fischer y el marplatense de Pacheco, Avio, Modesto Benítez, Calandra y motoneta Nardiello se cruzaron frente a una multitud ansiosa y entusiasmada por recibir el fútbol grande.
La historia más reciente (fue reestructurado en 1969 por iniciativa de Alberto J. Armando, presidente de Boca Juniors) trajo torneos de verano, alguno de ellos internacionales, campeonatos nacionales (ya con la irrupción de Aldosivi) y no faltó tampoco algún partido internacional de la Argentina. Como aquel de la selección campeona del mundo en 1978 con los futbolistas agremiados de Uruguay o el de 1970 entre Argentina y Francia, cuando el equipo nacional era conducido por Juan José Pizzuti.
Y en el San Martín inició su trayectoria como lateral derecho. con la casaca de Alvarado, quien once años después (1978) sería cam peón del mundo: Jorge Mario Olguín. Y en Peñarol, como defensa central lo hizo Jesús Martínez, actual manager del Valencia y ex integrante de la selección española. No faltaron hechos de violencia, grandes polémicas (como aquella de 1971. cuando San Lorenzo ganó un campeonato frente a Kimberley por discutible penal sancionado por el juez José Francisco Bugedo) y dos sucesos que aunque distantes enlutaron el fútbol: la muerte del por entonces puntero de General Urquiza, Valsecchi (1967), y la del joven Látigo Bes de Alvarado (1994).
Cuatro décadas salpica de goles, grandes jugadas, emociones y pasión construyen la historia del Eso dio más importante de este sector de la provincia Buenos Aires hasta la aparición del Mundialista. Sitio donde tampoco faltaron los hechos curiosos, como la frustrada final entre Necochea y Mar del Plata, con un simulacro futbolístico donde por imperio de un error reglamentario los locales evitaban convertir un gol y sus adversarios querían a toda costa hacerla contra su arco. O la presencia de los cronometristas quienes desde su palco de la prensa -silbato por medio-marcaban el final de cada tiempo. Un apresurado pitazo, cuando una pelota viajaba a la red, precipitó la abolición del método.
EL ESTADIO Y LA GENTE
El San Martín enhebró ui trazo muy grande de la historia futbolística de la ciudad. Unió generaciones. Muchos hinchas de Alvarado no olvidan que en el mismo estadio, donde se frustró el sueño del Nacional B con Arsenal de Sarandí, treinta años atrás festejaron el ascenso con Julián Zibecchi, Miguel Anee Lhommy y Ever García en 1976, un título de primera con recordado gol Víctor Tamagnone.
Y los de Aldosivi, que conocieron el Nacional a mediados del 70, también recuerdan los duelos con Talleres cuando el Puerto se conmovía, a fines del ‘50. Algo parecido ocurrió con los de Kimberley. Entusiasmaron con la dimensión del equipo del ’70 en el Nacional, y bailaron en las tribunas de cemento de Alvarado hasta agotarse cuando en 1962 se quedaron con el campeonato local frente a Al Ver Verás. .
La historia y los recuerdos i son muy fuertes. En el San Martín relatamos nuestro primer partido. Allí también, en los viejos vestuarios de Alvarado. Miramos asombrados a figuras como Amadeo Carrizo. Humberto Maschio, Antonio Ubaldo Rattín, Raúl Emilio Bernao, José Rafael Albrecht o monstruos como Pelé y Gigi Riva, un italiano goleador que vino a Mar del Plata con el Cagliari en 1966.
Y ya más cerca, descubrimos la magia de Diego Armando B Maradona la tarde que en 45 minutos hizo 2 goles (frente a San Lorenzo, en el Nacional), y así inició su carrera goleadora en el fútbol profesional.
También en el San Martín gritamos por Mar del Plata cuando le ganó al Palmeiras de Artime por 2-1, en 1969, con la increíble calidad de Luisito Cardozo en la defensa. Fueron muchos años de gratos momentos. Incontables E domingos de goles y gambetas. Demasiados para resistirnos al adiós. Hasta una noche de Boca-Santos (1970), mientras relatábamos nos sorprendió un diluvio, nos sorprendió en la cabina la visita de Joan Manuel Serrat, el genial cantautor catalán, quien silenciosamente no quería perderse ni un segundo del partido. Desde las viejas cabinas que daban a Alvarado, hasta las actuales sobre Cham-pagnat. desfilan en nuestra memoria muchísimas transmisiones.
Varias, como oyentes de Raúl Ramírez y Helmer Uranga – infaltables cada sábado de la “B”-, y otras ya en la profesión, en los mismos pupitres en que relataron maestros como Fioravanti, Bernardino Veiga y José María Muñoz.
O donde escribieron sus crónicas Osvaldo Ardizzone y Juvenal, o comentaron Enzo Ardigó, Mario Trueco, Cholo Ciano y Horacio García Blanco. Costará bastante tomar la avenida Champagnat y no ver, a la altura de Garay, el Estadio General San Martín. Tanto como entender que el modernismo y el futuro pueden acabar con la historia y los recuerdos. Pero lo vivido en la niñez, adolescencia y en la definición de la carrera, enlazado con la pasión por el fútbol, hacen que siempre, cuando asome la rotonda Champagnat y Alvarado, escuchemos un grito de gol, un alarido y mirando al costado sigamos viendo un gol de Cándido, una gambeta de Pieriño, un pase de Ludovico, una pared de Romay y el colorado Rossi, un quite de Pocho Leccese, la figura serena del negro Pacheco en la mitad de la cancha, un golazo de Eresuma, una apilada de Mustico, una genialidad de Loyola, una atajada del gordo Videla. los gritos de Pepe Barreiro desde la línea de cal, la fidelidad de Valentín Guerrero, el eterno canchero, un arabesco de Victorio Casa, algún pique de Pedrito Gómez, el ida y vuelta de Pinino Palacios, un córner de Branciforti, un tiro libre de Picabe, un cabezazo de Rulo Moreno y, por sobre todas las cosas, un pedazo de historia grande del fútbol hasta que con la venta trató de salvar errores del pasado.
Juan Carlos Morales
PD: Esta nota va dedicada a todos los que nos dieron tardes de fútbol inolvidable en el San Martín, y para aquellos que donaron su jornal para la construcción del Estadio.
Artículo publicado en la página del Círculo de Periodistas Deportivos de Mar del Plata.
ESTADIO GENERAL SAN MARTÍN
Un escenario con historia, rica historia. Un escenario que reunió a multitudes, que tuvo dos orientaciones, y que hoy tiene como simple recuerdo, la tradicional arcada de ingreso al mismo. Un simbolismo. En su momento de esplendor, cobijó hasta el mismísimo Edson Arantes do Nascimento, en la cúspide de Pele con la casaca del Santos de Brasil.- Fue escenario de Campeonatos Argentinos de Fútbol, fue participe de la consagración de Mar del Plata como campeón nacional, de clásicos de Talleres y Aldosivi, de la definición a estadio lleno del fútbol local con Independiente y General Urquiza.- Fue escenario de Torneos de Verano, un clasico con la organización de Oscar Martínez, un visionario a la hora del campeonatos que hoy día tienen su continuidad –con otra forma, con otra estructura- en el “José María Minella”.- De las frustrada aspiración de Alvarado de ascender al círculo superior con su frustrante derrota ante Arsenal de Sarandi
A los marplatenses nos envuelve la melancolía cuando se habla del estadio General San Martín, que era cita de doble jornada del fútbol local de la divisional “B” de los sábados, tan importante como el campeonato superior.- Por sus cabinas centrales de cemento, pasaron los relatos de Raúl Ramírez, los comentarios de Helmer Antonio Uranga, Raúl Justo Calvo, Mario Trucco…
El puntapié inicial para la construcción del estadio General San Martín estuvo a cargo de don Tomas Stegagnini –por entonces presidente de la Liga Marplatense de Fútbol- y fue inaugurado el 4 de mayo del año 1952, después de seis años donde la ciudad tuvo mucho de protagonismo para su construcción.- El partido inaugural contó con la presencia de Independiente, aquel conjunto “rojo” que tenia como principales figuras a Ernesto Grillo y Michelli y del partido fueron partícipes todos los equipos marplatenses, en un torneo relámpago.- Al principio tenia una tribuna central de cemento (denominada tiempo mas tarde “Tomas Stegagnini”) mas una popular de madera en el sector opuesto y otra similar en el arco que daba espaldas a la avenida Venerable Marcelino Champagnat.- El progreso adicionó –posteriormente- una de cemento en el arco a espaldas a la calle Tres Arroyos (que llevó el nombre de Carlos Varela, uno de los jugadores locales de mayor renombre)- y otras laterales –también de cemento- paralelas a la tribuna central, llevando su capacidad a 22 mil espectadores.-
Era común advertir la presencia -en la rotonda de Champagnat y Alvarado en los partidos de gran concurrencia- de las bicicletas en sentido invertido, dando un espectáculo fuera de lo común.- La bicicleta –por entonces- era un transporte muy tradicional para la época.-
La incursión de Alberto J. Armando –por entonces presidente de Boca Juniors de AFA- y Oscar Martínez –en su carácter de “manager” en la organización de los Torneos de Verano- posibilitaron sustanciales reformas en el estadio General San Martín. Se cambió su orientación –la cancha paralela a la avenida Champagnat- se construyeron nuevas plateas centrales (que recordaron a don Fernando Catuogno, presidente de la Liga Marplatense de Fútbol) y otra a espaldas de la calle Garay.-
En 1970 el estadio General San Martín fue escenario de una de las mayores epopeyas del fútbol marplatense: la consagración de Mar del Plata como campeón argentino, derrotando en el cotejo decisivo a Mendoza por 2 a 1, con una multitud en sus tribunas. Aquel mes de diciembre será difícil de olvidar, porque hubo un antes y un después de esa consagración.-
Frustrante fue la marginación del General San Martín como sede del Campeonato Mundial de 1978. Mas allá de la presentación de una maqueta con potenciales reformas, fue desechado por factores de ubicación. Ello dio paso a la construcción del “José María Minella” y el “requiem” para el San Martín, que tuvo como último gran acontecimiento aquella recordada final entre Arsenal y Alvarado el 25 de Mayo de 1992, que frustró el ascenso del conjunto marplatense al círculo superior.- El tiempo y la falta de equipos marplatenses en los máximos torneos de AFA, provocó un vaciamiento de aficionados, que sólo tenía como alternativa los frágiles torneos locales.
Como una puñalada del tiempo, el San Martín cerró sus puertas en enero de 1996. Queda como una estela de gratos recuerdos, la presencia en su verde césped, de figuras relevantes. Los dos primeros goles de Diego Armando Maradona en la divisional superior vistiendo la casaca de la Asociación Atlética Argentinos Juniors; Kimberley y San Lorenzo, en clásicos “picantes” del fútbol local; el debut de Daniel Alberto Pasarella en la primera de River; de Herminio Antonio González, Ludovico Avio, Modesto Obdulio del Rosario Benitez, Abel Alberto Pacheco, el “Bicho” Mosconi, Jorge Davino, José Luis Lccese, Hugo Sangorrín, los clásicos Talleres-Aldosivi, la final de Independiente-General Urquiza, el día que Montero no lo dejo mover al mismisimo Pele.- La consagración de Mar del Plata campeón argentino en 1970, la presencia de la selección argentina de César Menotti antes del Mundial 1978; la goleada de Kimberley a Independiente 5 a 0 por el Nacional de fútbol.- Recuerdos, simplemente recuerdos de algo que ya no está. Solo una arcada, que ojalá el tiempo no logre destruir.
La calle Garay, uniéndose a ello vestuarios mas modernos, que cambiaron totalmente esencia inicial, para convertirlo en un escenario dinámico, que posibilitó –posteriormente- la presencia de los exponentes de mayor jerarquía del fútbol mundial. Sólo basta recordar la actuación –en un mismo torneo- del Rápid de Viena, el MTK de Hungría, al Palmeiras de Brasil y él Slovan Bratislava.- Ese torneo de 1969 se recordará por los cinco goles convertidos en uno de los cotejos por él juninense Luis Artime, por ese entonces defensor de la casaca del Palmeiras de Brasil.-
Hermosos recuerdos de este memorable estadio.Todavia recuerdo el olor y el sabor ,de esos riquisimos panchos y hamburguesas que comiamos en el descanso de los partidos.Yo vivia a tres cuadras del estadio,y unas veces me llevaba mi viejo y otras nos colabamos por la tribuna descubierta,cuando ibamos con los amigos.Impresionantes tardes nos brindaban tanto Kimberley ,San Lorenzo,Alvarado,Aldosivi,etc.Tambien fui testigo del debut en 1ºA del genio Diego A. Maradona con Argentinos Juniors.En fin gracias por publicar esta foto,que ha echo revivir tan hermosos recuerdos.Pablo.
Pele no solo jugó en partidos exibición, también jugó alguna Copa de Verano con el Santos. En los 60 era habitual que el torneo de verano lo protagonizaran equipos internacionales con los principales de nuestro país.
Saludos
si jugo PELE con el SANTOS de BRASIL en las copas de verando, obviamente MARADONA, aca jugo el BOCA campeón del 69 en el nacional que venció a SAN LORENZO con el gool de hombre de color ORLANDO MEDINA, el resultado BOCA 1 SAN LORENZO 0 en un partido nocturno que tuve el gusto de ver, al igual que el 5 a 0 de KIMBERLEY sobre INDEPENDENDIENTE del PEPE SANTORO, PAVONI, YAZALDE y TARABINI
Yo vivía y sigo viviendo a unas diez cuadras del estadio y recuerdo la aventura que significaba ir hasta el los fines de semana para ingresar por la buena voluntad de algún vecino a ver los partidos del fin de semana. Una pena haber perdido ese símbolo de la zona.
Que linda imagen del San Martín. Mi padre, defensor de Al Ver Verás, me contó muchas historias, de sus partidos jugados en el viejo estadio marplatense, del mocho Viola, de los torneos de la ciudad. Un lindo homenaje a un estadio que fue “llevado” a la eternidad, por cosas del progreso. Saludos.
Mi querido Estadio San Martín: Ahí estuve como locutor comercial por unos años. Viví la magia de Pelé y del Diego, la inolvidable campaña de Kimberley, las fiestas que significaban los torneos de verano, haber sido protagonista junto a mi amigo César De Vincenzo del histórico cambio de banderas entre las hinchadas de Racing e Independiente. Enormes recuerdos. Cada vez que paso por Makro, veo con mucha nostalgia aquella entrada que es lo único que permanece en pie de ese inolvidable monumento al fútbol.
Con cuatro añitos que contaba yo por esas fechas, mis hermanos mayores me llevaron a ver el partido inaugural del Estadio San Martín: Selección Marplatense versus Independiente de Avellaneda. No sé por qué extraño mecanismo cerebral, se me quedó grabada la formación del “rojo”: Abraham; Barraza y Violini; Britos, Varacka y Varacka; Michelli, Cecconato, Bonelli, Grillo y Cruz.
Como detalle anecdótica, la delantera es la misma que íntegró la Selección Nacional Argentina
Un saludo.
Sr. Pablo. Estoy agradecido por traer estos recuerdos, hoy nos quedan los pilares de entrada como mudo testimonio del lugar que ocupo el Estadio San Martin. Calle Alvarado Esquina Av. Champagnat, ademas lo rodeaban las calles Garay Y Bahia Blanca. Atte. Lo saluda Jose Alberto Lago.
Yo tuve la suerte de poder jugar un partido de fútbol en el estadio en el 63 o 64 y fue a la semana siguiente de haber sido sobre el césped que piso Pele en un partido exibicion.
En este estadio convirtio por primera dos goles como profesional Diego Armando Maradona. jugando para Argentinos Jrs. contra San Lorenzo de Mar del Plata el partido termino 5 – 2 para los “bichitos´´.
Tambien en este estadio ocurrio el famoso 13 a 0 !!!
con el que Aldosivi apabullo a Alvarado !!!
Otro crimen contra Mar del Plata, haber perdido este estadio que bien conservado y con los adelantos propios hoy sería una joya. No sólo lamento su historia sino la utilidad que se le podría haber dado. El dinero de la venta se repartió entre los clubes de Mardel…que recibieron monedas. Fue una pérdida innecesaria.
Nota escrita en la Revista Toledo con todos por el periodista deportivo y relator futbolístico Juan Carlos Morales antes de la demolición del estadio:
El querido estadio San Martin
Será muy pronto del pasado. Como el estadio Bristol, la vieja cancha de Quilmes o la de Ministerio de Obras Públicas, se transformará en una plaza, un circo o un supermercado. Empresarios de moda, vendedores de futuro y modernismo avanzarán, una vez más, sobre la historia. Pero no podrán destruirla ni hacerla olvidar. Porque el San Martín nos regalará, por siempre, recuerdos indestructibles.
La chaplinesca figura de Herminio Antonio González dibujó inolvidables jugadas, con la roja casaca de la selección marplatense.
El negro Pelé convocó una multitud cuando en 1965 visitó su césped con el incomparable Santos. Diego Maradona marcó sus primeros dos goles oficiales para sufrimiento de Rubén Lucangioli, por entonces arquero de San Lorenzo. Luisito Artime aún boy rememora un atardecer del verano de 1969 en el primer torneo internacional organizado por el gordo Martínez, al convenir cuatro goles contra el Palmeiras de Brasil.
Mar del Plata obtuvo su único título argentino al derrotar a Mendoza con la conducción de Abel Alberto Pacheco.
Daniel Pasarella e hizo conocer ante el gran público en recordado debut frente a Boca, en el River de Néstor Raúl Rossi marcando la punta izquierda millonaria en el lateral de la tribuna Carlos Várela. Mascareño, Loyola y Eresuma entusiasmó multitudes ganándole a River (2-1». San Lorenzo de Almagro (4-3) y Estudiantes de la Plata (2-1), luego de sobresaliente campaña en el Campeonato Nacional. También en el ’70 surgió el Kimberley de Roberto Saba y un histórico 5-0 sobre Independiente de Avellaneda. Algunos, simplemente algunos momentos de un pedazo gigantesco de la historia del fútbol de Mar del Plata.
Todo esto y mucho más ocurrió en el predio de Champagnat y Alvarado: el Estadio General San Martín.
UNA HISTORIA MUY PARTICULAR
Víctima ahora del progreso j el modernismo, dejará paso a una actividad comercial que. de ninguna manera, borrará recuerdos y hechos impactantes. Desde comienzos de la década del ‘50 a hoy. el San Martín fue un referente muy particular de los latidos del fútbol ciudadano. Solamente relegado por la majestuosidad del Mundialista a partir del ’78. Pero protagonista central de sus mejores momentos. Cuando un partido entre Mar del Plata y Tandil completaba su capacidad. Al igual que las visitas veraniegas de los equipos grandes o los primeros años del Campeonato Nacional.
El San Martín nació con los duelos del Quilmes de Cándido González y el River de Pirosanto, Walter Della Torre y Neri. Conoció las más grandes exhibiciones del San Lorenzo de Ludovico Avio y Modesto Benítez. Descubrió el Independiente de Julio Cozzi, Roberto Saba y Juan Manuel Romay. Disfrutó de los grandes partidos de Al Ver Verás del mocho Viola y cuando aún la tribuna de cemento de Alvarado estaba en paralelo al largo del campo de juego y las cabeceras eran de madera, le dio la bienvenida al Nacional de Valentín Suárez. Así fue que en 1967, el San Lorenzo de Almagro de Toscano, Rendo y el lobo Fischer y el marplatense de Pacheco, Avio, Modesto Benítez, Calandra y motoneta Nardiello se cruzaron frente a una multitud ansiosa y entusiasmada por recibir el fútbol grande.
La historia más reciente (fue reestructurado en 1969 por iniciativa de Alberto J. Armando, presidente de Boca Juniors) trajo torneos de verano, alguno de ellos internacionales, campeonatos nacionales (ya con la irrupción de Aldosivi) y no faltó tampoco algún partido internacional de la Argentina. Como aquel de la selección campeona del mundo en 1978 con los futbolistas agremiados de Uruguay o el de 1970 entre Argentina y Francia, cuando el equipo nacional era conducido por Juan José Pizzuti.
Y en el San Martín inició su trayectoria como lateral derecho. con la casaca de Alvarado, quien once años después (1978) sería cam peón del mundo: Jorge Mario Olguín. Y en Peñarol, como defensa central lo hizo Jesús Martínez, actual manager del Valencia y ex integrante de la selección española. No faltaron hechos de violencia, grandes polémicas (como aquella de 1971. cuando San Lorenzo ganó un campeonato frente a Kimberley por discutible penal sancionado por el juez José Francisco Bugedo) y dos sucesos que aunque distantes enlutaron el fútbol: la muerte del por entonces puntero de General Urquiza, Valsecchi (1967), y la del joven Látigo Bes de Alvarado (1994).
Cuatro décadas salpica de goles, grandes jugadas, emociones y pasión construyen la historia del Eso dio más importante de este sector de la provincia Buenos Aires hasta la aparición del Mundialista. Sitio donde tampoco faltaron los hechos curiosos, como la frustrada final entre Necochea y Mar del Plata, con un simulacro futbolístico donde por imperio de un error reglamentario los locales evitaban convertir un gol y sus adversarios querían a toda costa hacerla contra su arco. O la presencia de los cronometristas quienes desde su palco de la prensa -silbato por medio-marcaban el final de cada tiempo. Un apresurado pitazo, cuando una pelota viajaba a la red, precipitó la abolición del método.
EL ESTADIO Y LA GENTE
El San Martín enhebró ui trazo muy grande de la historia futbolística de la ciudad. Unió generaciones. Muchos hinchas de Alvarado no olvidan que en el mismo estadio, donde se frustró el sueño del Nacional B con Arsenal de Sarandí, treinta años atrás festejaron el ascenso con Julián Zibecchi, Miguel Anee Lhommy y Ever García en 1976, un título de primera con recordado gol Víctor Tamagnone.
Y los de Aldosivi, que conocieron el Nacional a mediados del 70, también recuerdan los duelos con Talleres cuando el Puerto se conmovía, a fines del ‘50. Algo parecido ocurrió con los de Kimberley. Entusiasmaron con la dimensión del equipo del ’70 en el Nacional, y bailaron en las tribunas de cemento de Alvarado hasta agotarse cuando en 1962 se quedaron con el campeonato local frente a Al Ver Verás. .
La historia y los recuerdos i son muy fuertes. En el San Martín relatamos nuestro primer partido. Allí también, en los viejos vestuarios de Alvarado. Miramos asombrados a figuras como Amadeo Carrizo. Humberto Maschio, Antonio Ubaldo Rattín, Raúl Emilio Bernao, José Rafael Albrecht o monstruos como Pelé y Gigi Riva, un italiano goleador que vino a Mar del Plata con el Cagliari en 1966.
Y ya más cerca, descubrimos la magia de Diego Armando B Maradona la tarde que en 45 minutos hizo 2 goles (frente a San Lorenzo, en el Nacional), y así inició su carrera goleadora en el fútbol profesional.
También en el San Martín gritamos por Mar del Plata cuando le ganó al Palmeiras de Artime por 2-1, en 1969, con la increíble calidad de Luisito Cardozo en la defensa. Fueron muchos años de gratos momentos. Incontables E domingos de goles y gambetas. Demasiados para resistirnos al adiós. Hasta una noche de Boca-Santos (1970), mientras relatábamos nos sorprendió un diluvio, nos sorprendió en la cabina la visita de Joan Manuel Serrat, el genial cantautor catalán, quien silenciosamente no quería perderse ni un segundo del partido. Desde las viejas cabinas que daban a Alvarado, hasta las actuales sobre Cham-pagnat. desfilan en nuestra memoria muchísimas transmisiones.
Varias, como oyentes de Raúl Ramírez y Helmer Uranga – infaltables cada sábado de la “B”-, y otras ya en la profesión, en los mismos pupitres en que relataron maestros como Fioravanti, Bernardino Veiga y José María Muñoz.
O donde escribieron sus crónicas Osvaldo Ardizzone y Juvenal, o comentaron Enzo Ardigó, Mario Trueco, Cholo Ciano y Horacio García Blanco. Costará bastante tomar la avenida Champagnat y no ver, a la altura de Garay, el Estadio General San Martín. Tanto como entender que el modernismo y el futuro pueden acabar con la historia y los recuerdos. Pero lo vivido en la niñez, adolescencia y en la definición de la carrera, enlazado con la pasión por el fútbol, hacen que siempre, cuando asome la rotonda Champagnat y Alvarado, escuchemos un grito de gol, un alarido y mirando al costado sigamos viendo un gol de Cándido, una gambeta de Pieriño, un pase de Ludovico, una pared de Romay y el colorado Rossi, un quite de Pocho Leccese, la figura serena del negro Pacheco en la mitad de la cancha, un golazo de Eresuma, una apilada de Mustico, una genialidad de Loyola, una atajada del gordo Videla. los gritos de Pepe Barreiro desde la línea de cal, la fidelidad de Valentín Guerrero, el eterno canchero, un arabesco de Victorio Casa, algún pique de Pedrito Gómez, el ida y vuelta de Pinino Palacios, un córner de Branciforti, un tiro libre de Picabe, un cabezazo de Rulo Moreno y, por sobre todas las cosas, un pedazo de historia grande del fútbol hasta que con la venta trató de salvar errores del pasado.
Juan Carlos Morales
PD: Esta nota va dedicada a todos los que nos dieron tardes de fútbol inolvidable en el San Martín, y para aquellos que donaron su jornal para la construcción del Estadio.
Artículo publicado en la página del Círculo de Periodistas Deportivos de Mar del Plata.
ESTADIO GENERAL SAN MARTÍN
Un escenario con historia, rica historia. Un escenario que reunió a multitudes, que tuvo dos orientaciones, y que hoy tiene como simple recuerdo, la tradicional arcada de ingreso al mismo. Un simbolismo. En su momento de esplendor, cobijó hasta el mismísimo Edson Arantes do Nascimento, en la cúspide de Pele con la casaca del Santos de Brasil.- Fue escenario de Campeonatos Argentinos de Fútbol, fue participe de la consagración de Mar del Plata como campeón nacional, de clásicos de Talleres y Aldosivi, de la definición a estadio lleno del fútbol local con Independiente y General Urquiza.- Fue escenario de Torneos de Verano, un clasico con la organización de Oscar Martínez, un visionario a la hora del campeonatos que hoy día tienen su continuidad –con otra forma, con otra estructura- en el “José María Minella”.- De las frustrada aspiración de Alvarado de ascender al círculo superior con su frustrante derrota ante Arsenal de Sarandi
A los marplatenses nos envuelve la melancolía cuando se habla del estadio General San Martín, que era cita de doble jornada del fútbol local de la divisional “B” de los sábados, tan importante como el campeonato superior.- Por sus cabinas centrales de cemento, pasaron los relatos de Raúl Ramírez, los comentarios de Helmer Antonio Uranga, Raúl Justo Calvo, Mario Trucco…
El puntapié inicial para la construcción del estadio General San Martín estuvo a cargo de don Tomas Stegagnini –por entonces presidente de la Liga Marplatense de Fútbol- y fue inaugurado el 4 de mayo del año 1952, después de seis años donde la ciudad tuvo mucho de protagonismo para su construcción.- El partido inaugural contó con la presencia de Independiente, aquel conjunto “rojo” que tenia como principales figuras a Ernesto Grillo y Michelli y del partido fueron partícipes todos los equipos marplatenses, en un torneo relámpago.- Al principio tenia una tribuna central de cemento (denominada tiempo mas tarde “Tomas Stegagnini”) mas una popular de madera en el sector opuesto y otra similar en el arco que daba espaldas a la avenida Venerable Marcelino Champagnat.- El progreso adicionó –posteriormente- una de cemento en el arco a espaldas a la calle Tres Arroyos (que llevó el nombre de Carlos Varela, uno de los jugadores locales de mayor renombre)- y otras laterales –también de cemento- paralelas a la tribuna central, llevando su capacidad a 22 mil espectadores.-
Era común advertir la presencia -en la rotonda de Champagnat y Alvarado en los partidos de gran concurrencia- de las bicicletas en sentido invertido, dando un espectáculo fuera de lo común.- La bicicleta –por entonces- era un transporte muy tradicional para la época.-
La incursión de Alberto J. Armando –por entonces presidente de Boca Juniors de AFA- y Oscar Martínez –en su carácter de “manager” en la organización de los Torneos de Verano- posibilitaron sustanciales reformas en el estadio General San Martín. Se cambió su orientación –la cancha paralela a la avenida Champagnat- se construyeron nuevas plateas centrales (que recordaron a don Fernando Catuogno, presidente de la Liga Marplatense de Fútbol) y otra a espaldas de la calle Garay.-
En 1970 el estadio General San Martín fue escenario de una de las mayores epopeyas del fútbol marplatense: la consagración de Mar del Plata como campeón argentino, derrotando en el cotejo decisivo a Mendoza por 2 a 1, con una multitud en sus tribunas. Aquel mes de diciembre será difícil de olvidar, porque hubo un antes y un después de esa consagración.-
Frustrante fue la marginación del General San Martín como sede del Campeonato Mundial de 1978. Mas allá de la presentación de una maqueta con potenciales reformas, fue desechado por factores de ubicación. Ello dio paso a la construcción del “José María Minella” y el “requiem” para el San Martín, que tuvo como último gran acontecimiento aquella recordada final entre Arsenal y Alvarado el 25 de Mayo de 1992, que frustró el ascenso del conjunto marplatense al círculo superior.- El tiempo y la falta de equipos marplatenses en los máximos torneos de AFA, provocó un vaciamiento de aficionados, que sólo tenía como alternativa los frágiles torneos locales.
Como una puñalada del tiempo, el San Martín cerró sus puertas en enero de 1996. Queda como una estela de gratos recuerdos, la presencia en su verde césped, de figuras relevantes. Los dos primeros goles de Diego Armando Maradona en la divisional superior vistiendo la casaca de la Asociación Atlética Argentinos Juniors; Kimberley y San Lorenzo, en clásicos “picantes” del fútbol local; el debut de Daniel Alberto Pasarella en la primera de River; de Herminio Antonio González, Ludovico Avio, Modesto Obdulio del Rosario Benitez, Abel Alberto Pacheco, el “Bicho” Mosconi, Jorge Davino, José Luis Lccese, Hugo Sangorrín, los clásicos Talleres-Aldosivi, la final de Independiente-General Urquiza, el día que Montero no lo dejo mover al mismisimo Pele.- La consagración de Mar del Plata campeón argentino en 1970, la presencia de la selección argentina de César Menotti antes del Mundial 1978; la goleada de Kimberley a Independiente 5 a 0 por el Nacional de fútbol.- Recuerdos, simplemente recuerdos de algo que ya no está. Solo una arcada, que ojalá el tiempo no logre destruir.
La calle Garay, uniéndose a ello vestuarios mas modernos, que cambiaron totalmente esencia inicial, para convertirlo en un escenario dinámico, que posibilitó –posteriormente- la presencia de los exponentes de mayor jerarquía del fútbol mundial. Sólo basta recordar la actuación –en un mismo torneo- del Rápid de Viena, el MTK de Hungría, al Palmeiras de Brasil y él Slovan Bratislava.- Ese torneo de 1969 se recordará por los cinco goles convertidos en uno de los cotejos por él juninense Luis Artime, por ese entonces defensor de la casaca del Palmeiras de Brasil.-
Hermosos recuerdos de este memorable estadio.Todavia recuerdo el olor y el sabor ,de esos riquisimos panchos y hamburguesas que comiamos en el descanso de los partidos.Yo vivia a tres cuadras del estadio,y unas veces me llevaba mi viejo y otras nos colabamos por la tribuna descubierta,cuando ibamos con los amigos.Impresionantes tardes nos brindaban tanto Kimberley ,San Lorenzo,Alvarado,Aldosivi,etc.Tambien fui testigo del debut en 1ºA del genio Diego A. Maradona con Argentinos Juniors.En fin gracias por publicar esta foto,que ha echo revivir tan hermosos recuerdos.Pablo.
Pele no solo jugó en partidos exibición, también jugó alguna Copa de Verano con el Santos. En los 60 era habitual que el torneo de verano lo protagonizaran equipos internacionales con los principales de nuestro país.
Saludos
si jugo PELE con el SANTOS de BRASIL en las copas de verando, obviamente MARADONA, aca jugo el BOCA campeón del 69 en el nacional que venció a SAN LORENZO con el gool de hombre de color ORLANDO MEDINA, el resultado BOCA 1 SAN LORENZO 0 en un partido nocturno que tuve el gusto de ver, al igual que el 5 a 0 de KIMBERLEY sobre INDEPENDENDIENTE del PEPE SANTORO, PAVONI, YAZALDE y TARABINI
Yo vivía y sigo viviendo a unas diez cuadras del estadio y recuerdo la aventura que significaba ir hasta el los fines de semana para ingresar por la buena voluntad de algún vecino a ver los partidos del fin de semana. Una pena haber perdido ese símbolo de la zona.
Que linda imagen del San Martín. Mi padre, defensor de Al Ver Verás, me contó muchas historias, de sus partidos jugados en el viejo estadio marplatense, del mocho Viola, de los torneos de la ciudad. Un lindo homenaje a un estadio que fue “llevado” a la eternidad, por cosas del progreso. Saludos.
Mi querido Estadio San Martín: Ahí estuve como locutor comercial por unos años. Viví la magia de Pelé y del Diego, la inolvidable campaña de Kimberley, las fiestas que significaban los torneos de verano, haber sido protagonista junto a mi amigo César De Vincenzo del histórico cambio de banderas entre las hinchadas de Racing e Independiente. Enormes recuerdos. Cada vez que paso por Makro, veo con mucha nostalgia aquella entrada que es lo único que permanece en pie de ese inolvidable monumento al fútbol.
nadie destaca un hecho historico el defensor ruben montero no dejo mover al gran pele uno de los pocos que historicamente anularon al rey
Con cuatro añitos que contaba yo por esas fechas, mis hermanos mayores me llevaron a ver el partido inaugural del Estadio San Martín: Selección Marplatense versus Independiente de Avellaneda. No sé por qué extraño mecanismo cerebral, se me quedó grabada la formación del “rojo”: Abraham; Barraza y Violini; Britos, Varacka y Varacka; Michelli, Cecconato, Bonelli, Grillo y Cruz.
Como detalle anecdótica, la delantera es la misma que íntegró la Selección Nacional Argentina
Un saludo.
Alvarado fue el único equipo de mar del plata que lo llenó