La pesca como fuente e trabajo, curiosamente se inicia con la presencia de los primeros veraneantes. Pescadores que se han establecido en la Boca o en el Tigre, inician un desplazamiento que sería en el futuro. En verano vienen a MdP, para vender el producto a los hoteles. Y allí van con sus canastas recorriendo las casas del pueblo, las primeras mansiones.
Francisco Pelusso, Juan Polverino, Vicente Tesoriero, Francisco Sinagra, José La Cava, Genaro Di Lernia, (que llega solo y luego reúne el dinero para costear el pasaje a su hijo Sabino de 10 años), Juan Pellissi Bronzini,Palestini, Sasso, estos y otros con apellidos de origen italiano, son los pescadores que en la Playa Brístol ofrecen un pintoresco espectáculo. Las redes son improvisadas, hasta que Juan Pellegrino, hacen traer de Europa una de trasmallo; Y los métodos de pesca surgen de acuerdo a las posibilidades;algunos de ellos se atan un estremo de la red a la cintura, nada mas allá de las rompientes, y regresa haciendo un semicírculo. Ahí está la cosecha;la riqueza ictícola ha sido generosa; las primeras lanchas, unas, luego de un corto recorrido no muy lejos de la costa, son izadas por el guinche del Muelle Luro; otras son arrastradas por yuntas de caballos desde la orilla hasta lugar seguro, hay que evitar las crecientes nocturnas.
Los veraneantes, desde la Rambla de madera,asisten a esos esfuerzos, ellos toman baños frente al Brístol Hotel, y frente a la plaza Colón los pescadores guardan sus enseres en las casillas.
La actividad de los pescadores origina el establecimiento de fondas, tabucos y tabernas en el sector playero, cercano al Torreón; también del otro lado junto a la desembocadura del arroyo Las Chacras, ya conocido por Punta Iglesia, se abigarran precarias construcciones, propias del movimiento pesquero.Entre un lugar y el otro, en verano, los iniciadores del turismo comienzan una gastronomía práctica; los pescadores preparan olladas de chupines, y el aroma invade el sector de la Playa Brístol. Entonces los veraneantes se acercan donde comen los parlanchines italianos,¡Vengan, acérquense!.
La pesca produce escasas ganancias, apenas para sostenerse, de ahí que muchos como Fernando Catuogno y Nicolás Sasso, dejen las barcas para instalar casas de comida. Y prosperan aceleradamente , ya han iniciado (igual que aquellos convertidos en bañeros), un floreciente servicio turístico.Fuente: EDB-Libro Diamante- Diario LA CAPITAL.-
En 1900 el arribo de los veraneantes aumenta considerablemente; ya la colina del sur, donde luego se construirá la iglesia de Stella Maris, presenta signos de progreso, levantan su elegante arquitectura los chalets y palacetes; eso influye en el desplazamiento de los pescadores, las casitas rodantes ubicadas en la arena, para que los veraneantes cambien su ropal, han formado la primera Rambla, y exigen mas espacio,ese que ocupa el caserío de tabernas y galpones de los pescadores, un centenar de metros hacia Punta Piedras.
Y los pescadores se van, un caso testimonial: “José La cava (padre)se alojó en 1884 en la esquina de Santa Fé y Rivadavia, pasando poco después a dependencias del chalet Guerrero, en Rivadavia y Buenos Aires, hasta 1888; en ese año compró la casilla donde vivían los albañiles que construyeron el chalet de Zamboni, hasta 1907 permaneció en ese sector ribereño con su familia; luego se trasladó al lado opuesto cerca de La Perla,cuando se dispuso el desalojo de las construcciones precarias. Mas tarde trasladó su casilla, con ruedas a las calles Olavarría y Alberti”. Lo mismo sucedió con los restantes pescadores , y así nació el barrio de Tierra del fuego, se llamaba así por estar muy distante del centro.
La presencia en los veranos de familias porteñas adineradas, va originando halagadoras fuentes de ingresos, ayuda a esto la fabricación de hielo por José Deyaccobi,( pionero en la materia)para remitir partidas de pejerreyes, corvinas, besugos, palometas o según la especie que ofrezca la estación, a Buenos Aires; la misma se hace por tren, langostinos, camarones y hasta cangrejos forman parte de tales remesas. Sin embargo, las perspectivas de bienestar aparecen mas promisorias en otras actividades; Sasso y Catuogno, como se dijo instalan casas de comida y hospedajes,; Genaro Ventura se convierte en bañero, Sabino Di Lernia, se dedica al arreglo de carruajes. Los descendientes de La Cava inician su futuro logrando experiencia en materia de construcciones, otros incursionan en hoteleria como Carbone, etc. Fácil es comprobar que la mayoría de esos apellidos prolongan el basamento humano, moral y trabajador de MdP. (Fuente EDB.Libro Diamante-Diario LA CAPITAL).-
En la foto 4059, podemos ver estas lanchas a vela navegando, en el año 1910, y pertenece a una publicación inglesa, que las denomina Balandras, naves pequeñas de un solo palo utilizadas para la pesca. http://www.lacapitalmdp.com/contenidos/fotosfamilia/fotos/4059
La pesca como fuente e trabajo, curiosamente se inicia con la presencia de los primeros veraneantes. Pescadores que se han establecido en la Boca o en el Tigre, inician un desplazamiento que sería en el futuro. En verano vienen a MdP, para vender el producto a los hoteles. Y allí van con sus canastas recorriendo las casas del pueblo, las primeras mansiones.
Francisco Pelusso, Juan Polverino, Vicente Tesoriero, Francisco Sinagra, José La Cava, Genaro Di Lernia, (que llega solo y luego reúne el dinero para costear el pasaje a su hijo Sabino de 10 años), Juan Pellissi Bronzini,Palestini, Sasso, estos y otros con apellidos de origen italiano, son los pescadores que en la Playa Brístol ofrecen un pintoresco espectáculo. Las redes son improvisadas, hasta que Juan Pellegrino, hacen traer de Europa una de trasmallo; Y los métodos de pesca surgen de acuerdo a las posibilidades;algunos de ellos se atan un estremo de la red a la cintura, nada mas allá de las rompientes, y regresa haciendo un semicírculo. Ahí está la cosecha;la riqueza ictícola ha sido generosa; las primeras lanchas, unas, luego de un corto recorrido no muy lejos de la costa, son izadas por el guinche del Muelle Luro; otras son arrastradas por yuntas de caballos desde la orilla hasta lugar seguro, hay que evitar las crecientes nocturnas.
Los veraneantes, desde la Rambla de madera,asisten a esos esfuerzos, ellos toman baños frente al Brístol Hotel, y frente a la plaza Colón los pescadores guardan sus enseres en las casillas.
La actividad de los pescadores origina el establecimiento de fondas, tabucos y tabernas en el sector playero, cercano al Torreón; también del otro lado junto a la desembocadura del arroyo Las Chacras, ya conocido por Punta Iglesia, se abigarran precarias construcciones, propias del movimiento pesquero.Entre un lugar y el otro, en verano, los iniciadores del turismo comienzan una gastronomía práctica; los pescadores preparan olladas de chupines, y el aroma invade el sector de la Playa Brístol. Entonces los veraneantes se acercan donde comen los parlanchines italianos,¡Vengan, acérquense!.
La pesca produce escasas ganancias, apenas para sostenerse, de ahí que muchos como Fernando Catuogno y Nicolás Sasso, dejen las barcas para instalar casas de comida. Y prosperan aceleradamente , ya han iniciado (igual que aquellos convertidos en bañeros), un floreciente servicio turístico.Fuente: EDB-Libro Diamante- Diario LA CAPITAL.-
En 1900 el arribo de los veraneantes aumenta considerablemente; ya la colina del sur, donde luego se construirá la iglesia de Stella Maris, presenta signos de progreso, levantan su elegante arquitectura los chalets y palacetes; eso influye en el desplazamiento de los pescadores, las casitas rodantes ubicadas en la arena, para que los veraneantes cambien su ropal, han formado la primera Rambla, y exigen mas espacio,ese que ocupa el caserío de tabernas y galpones de los pescadores, un centenar de metros hacia Punta Piedras.
Y los pescadores se van, un caso testimonial: “José La cava (padre)se alojó en 1884 en la esquina de Santa Fé y Rivadavia, pasando poco después a dependencias del chalet Guerrero, en Rivadavia y Buenos Aires, hasta 1888; en ese año compró la casilla donde vivían los albañiles que construyeron el chalet de Zamboni, hasta 1907 permaneció en ese sector ribereño con su familia; luego se trasladó al lado opuesto cerca de La Perla,cuando se dispuso el desalojo de las construcciones precarias. Mas tarde trasladó su casilla, con ruedas a las calles Olavarría y Alberti”. Lo mismo sucedió con los restantes pescadores , y así nació el barrio de Tierra del fuego, se llamaba así por estar muy distante del centro.
La presencia en los veranos de familias porteñas adineradas, va originando halagadoras fuentes de ingresos, ayuda a esto la fabricación de hielo por José Deyaccobi,( pionero en la materia)para remitir partidas de pejerreyes, corvinas, besugos, palometas o según la especie que ofrezca la estación, a Buenos Aires; la misma se hace por tren, langostinos, camarones y hasta cangrejos forman parte de tales remesas. Sin embargo, las perspectivas de bienestar aparecen mas promisorias en otras actividades; Sasso y Catuogno, como se dijo instalan casas de comida y hospedajes,; Genaro Ventura se convierte en bañero, Sabino Di Lernia, se dedica al arreglo de carruajes. Los descendientes de La Cava inician su futuro logrando experiencia en materia de construcciones, otros incursionan en hoteleria como Carbone, etc. Fácil es comprobar que la mayoría de esos apellidos prolongan el basamento humano, moral y trabajador de MdP. (Fuente EDB.Libro Diamante-Diario LA CAPITAL).-
En la foto 4059, podemos ver estas lanchas a vela navegando, en el año 1910, y pertenece a una publicación inglesa, que las denomina Balandras, naves pequeñas de un solo palo utilizadas para la pesca. http://www.lacapitalmdp.com/contenidos/fotosfamilia/fotos/4059
En la foto (5407) vemos a estas lanchas pescadoras los primeros años del siglo XX.
http://www.lacapitalmdp.com/contenidos/fotosfamilia/fotos/5407
Atte.: Enrique Mario Palacio