La verdad, desconocía esa “modalidad beduina” de instalar pequeñas carpitas de lona en la arena. ¿Serían particulares o de alquiler?. Digo, porque se ven tres iguales y muy alineadas. Se ve que también eran muy útiles para secar la ropa (mirar primer carpita). Una foto de gran calidad que nos permite conocer modalidades y costumbres de la época.
Yo digo que las sombrillas de esa época, por su tamaño, peso y diseño, tendrían que estar catalogadas dentro del patrimonio arquitectónico marplatense perdido. ¿Quién no las recuerda?. Armazón de metal y lona gruesa. Los días de viento se escuchaban los “aplausos” de miles de flecos como si se hubiera perdido un chico en la playa. Inmensas…..proyectaban un cono de sombras apto para dos familias. Durante mucho tiempo traían un accesorio. Se trataba de un cordel en cuyo extremo tenía una maderita que se enterraba en la arena. Era el dispositivo de seguridad “anti voladura”. Con justa razón nadie quería cargar con semejante aparato, tarea que generalmente desarrollaba el jefe de familia.
Sr. Pitu , creo que vamos a coincidir en que mas allá del peso , la calidad y durabilidad de aquellas sombrillas era por mucho superior a las actuales.
Prof. Julián Mendozzi.
La verdad, desconocía esa “modalidad beduina” de instalar pequeñas carpitas de lona en la arena. ¿Serían particulares o de alquiler?. Digo, porque se ven tres iguales y muy alineadas. Se ve que también eran muy útiles para secar la ropa (mirar primer carpita). Una foto de gran calidad que nos permite conocer modalidades y costumbres de la época.
Yo digo que las sombrillas de esa época, por su tamaño, peso y diseño, tendrían que estar catalogadas dentro del patrimonio arquitectónico marplatense perdido. ¿Quién no las recuerda?. Armazón de metal y lona gruesa. Los días de viento se escuchaban los “aplausos” de miles de flecos como si se hubiera perdido un chico en la playa. Inmensas…..proyectaban un cono de sombras apto para dos familias. Durante mucho tiempo traían un accesorio. Se trataba de un cordel en cuyo extremo tenía una maderita que se enterraba en la arena. Era el dispositivo de seguridad “anti voladura”. Con justa razón nadie quería cargar con semejante aparato, tarea que generalmente desarrollaba el jefe de familia.
Sr. Pitu , creo que vamos a coincidir en que mas allá del peso , la calidad y durabilidad de aquellas sombrillas era por mucho superior a las actuales.
Prof. Julián Mendozzi.