Raúl Russo(Buenos Aires,29-12-1912-París,1984)
Estudia en la Escuela Nacional de Bellas Artes,egresando en 1931.En 1932 realiza cursos en la Escuela Superior de Bellas Artes Ernesto de la Cárcova,donde es discípulo de pintura de Emilio Centurión y de pintura mural y grabado de Alfredo Guido.En esa época comienza a frecuentar el taller de Jorge Larco.Desde 1929 concurre a distintos salones provinciales. En 1942 realiza su primera exposición individual en Asociación de Amigos del Arte,seguida por varias exposiciones en diferentes galerías,museos e instituciones en Buenos Aires y en Mar del Plata,Avellaneda,Córdoba, Tucumán.También interviene en exhibiciones en el exterior como en la Exposición Panamericana de Nueva York (1946),la Bienal de San Pablo en (1953, 1963),la Bienal de Venecia (1954,1956,1962) y la Feria Internacional de Bruselas (1958).
A partir de 1948 se desempeña como docente de la Facultad de Arquitectura de la Universidad de Buenos Aires y desde 1955 de la Escuela Nacional de Bellas Artes Manuel Belgrano.
En 1946 y 1949 obtiene el Primer Premio del Salón de la Sociedad de Acuarelistas y Grabadores dedicado al tema Ciudad de Buenos Aires;en 1960 obtiene el Gran Premio del Salón Nacional y el Premio de Honor en el Salón Municipal de Buenos Aires.Participa de la exposición Pintura y Escultura argentinas del Siglo XX,en 1952-1953.En 1961,obtiene el Premio Palanza.En 1968 es nombrado Miembro de Número de la Academia Nacional de Bellas Artes.
En 1963 aparece el estudio monográfico sobre su obra escrito por Manuel Mujica Láinez y 1982,la Editorial Dos Amigos publica un libro sobre su trayectoria artística,con investigación y textos de Martha Nanni.
En 1968 realiza el gran vitral de la entrada de la Parroquia Nuestra Señora Madre de los Inmigrantes en la calle Necochea del Barrio de La Boca,en Buenos Aires.Desde 1976 reside en París,hasta su fallecimiento,el 5 de Diciembre de 1984.En 1991 el Museo Nacional de Bellas Artes le organiza una exposición homenaje.En la muestra inaugural del Pabellón de las Bellas Artes de La Universidad Católica Argentina,en 2003,obras de Russo junto a las de Presas,Rosso y Victorica,entre otros artistas,integran la exhibición Arte Sacro Argentino.En 2005,la misma institución le dedica una exposición antológica.Sus pinturas integran el patrimonio del Museo Nacional de Bellas Artes;del Museo Municipal de Artes Plásticas Eduardo Sívori;del Museo Provincial de Bellas Artes de Buenos Aires,en La Plata;del Museo Provincial de La Rioja y del Museo Municipal de Bellas Artes de Córdoba, entre otras instituciones.(cvaa/Biografias)
Un homenaje al pintor argentino que halló el equilibrio entre la sensualidad,la inteligencia y un refinado lirismo.La vigencia de Russo mantiene intactos los valores y la lozanía que le valieron participar de las Bienales de San Pablo (1953) y Venecia (1954,1956 y 1962)
Russo perteneció a una generación de coloristas excepcionales.Destacó entre pares de la talla de Enrique Policastro,Marcos Tiglio,Carlos Torrallardona, Enrique Policastro,Luis Seoane y Leopoldo Presas.
La pintura de Russo es un oficio de celebración de la vida,pero su exaltación del color nunca incurrió en desbordes o gestos ampulosos.
En la madurez Russo alcanzó el perfecto dominio de los elementos plásticos. Cada segmento de la composición, cada mancha de color,estaba “sabiamente controlada”,como señaló el crítico Albino Diéguez Videla.Sin embargo la contención intelectual no amenguaba la libre y gozosa expresión de su armonía interior.De la formación académica asimiló el rigor de la composición y el dibujo,el ejercicio de la afinación cromática y las sutilezas del grabado.Fue discípulo de Emilio Centurión,Angel Guido y Alfredo Larco.Hizo su primera muestra personal en 1942,en la Asociación Amigos del Arte.Tenía 30 años y sólo en 1959 hizo su primer viaje a Europa.
El contacto con la obra de Bonnard,Vuillard,los fauvistas y Henri Matisse confirmaron las intuiciones y búsquedas maduradas en su país.
Russo mantuvo siempre el contacto con la naturaleza,aún en sus obras lindantes con la abstracción.Mantenía la referencia esencial con los datos preceptuales que fundamentaban sus audacias.Respetaba la luz y el color pero abandonó el volumen y la perspectiva cómplices de la ilusión figurativa.La tela era el campo de juego de formas,arabescos y armonías cromáticas.Evolucionó hacia síntesis cada vez más audaces,más austeras en recursos que potenciaban su poética.La excusa inicial era mínima,dentro de la temática del paisaje,la naturaleza muerta y,en menor frecuencia, retratos y desnudos.Era también dibujante superior,dueño de la línea que fluye y revela la forma.Esta cualidad se transfirió al arabesco en negro que solía delimitar las áreas de color.Pero lo más empinado del colorista que fue Russo surge en sus producciones de madurez,donde las zonas cromáticas se contrastan y complementan sin el recurso de demarcación a la manera del vitraux.Una vez más el artista ganaba en sutileza.Alcanzó a entonar el color en afinación perfecta y logró “acordes profundos, imperiosos,definitivos”así estimados por el crítico francés Pierre Restany.
Russo no formó parte de grupos ni cofradías.Su obra se impuso por la gravitación del talento.Así obtuvo el Premio Dr. Augusto Palanza (1961) y fue designado miembro de la Academia de Bellas Artes en 1966.En 1976 se instaló en París donde trabajó hasta su muerte en 1984.
El Museo Nacional de Bellas Artes presentó en 1991 una retrospectiva curada por Martha Nanni.
(Infobae/exposición galería Palatino/Agosto de 2004)
Raúl Russo(Buenos Aires,29-12-1912-París,1984)
Estudia en la Escuela Nacional de Bellas Artes,egresando en 1931.En 1932 realiza cursos en la Escuela Superior de Bellas Artes Ernesto de la Cárcova,donde es discípulo de pintura de Emilio Centurión y de pintura mural y grabado de Alfredo Guido.En esa época comienza a frecuentar el taller de Jorge Larco.Desde 1929 concurre a distintos salones provinciales. En 1942 realiza su primera exposición individual en Asociación de Amigos del Arte,seguida por varias exposiciones en diferentes galerías,museos e instituciones en Buenos Aires y en Mar del Plata,Avellaneda,Córdoba, Tucumán.También interviene en exhibiciones en el exterior como en la Exposición Panamericana de Nueva York (1946),la Bienal de San Pablo en (1953, 1963),la Bienal de Venecia (1954,1956,1962) y la Feria Internacional de Bruselas (1958).
A partir de 1948 se desempeña como docente de la Facultad de Arquitectura de la Universidad de Buenos Aires y desde 1955 de la Escuela Nacional de Bellas Artes Manuel Belgrano.
En 1946 y 1949 obtiene el Primer Premio del Salón de la Sociedad de Acuarelistas y Grabadores dedicado al tema Ciudad de Buenos Aires;en 1960 obtiene el Gran Premio del Salón Nacional y el Premio de Honor en el Salón Municipal de Buenos Aires.Participa de la exposición Pintura y Escultura argentinas del Siglo XX,en 1952-1953.En 1961,obtiene el Premio Palanza.En 1968 es nombrado Miembro de Número de la Academia Nacional de Bellas Artes.
En 1963 aparece el estudio monográfico sobre su obra escrito por Manuel Mujica Láinez y 1982,la Editorial Dos Amigos publica un libro sobre su trayectoria artística,con investigación y textos de Martha Nanni.
En 1968 realiza el gran vitral de la entrada de la Parroquia Nuestra Señora Madre de los Inmigrantes en la calle Necochea del Barrio de La Boca,en Buenos Aires.Desde 1976 reside en París,hasta su fallecimiento,el 5 de Diciembre de 1984.En 1991 el Museo Nacional de Bellas Artes le organiza una exposición homenaje.En la muestra inaugural del Pabellón de las Bellas Artes de La Universidad Católica Argentina,en 2003,obras de Russo junto a las de Presas,Rosso y Victorica,entre otros artistas,integran la exhibición Arte Sacro Argentino.En 2005,la misma institución le dedica una exposición antológica.Sus pinturas integran el patrimonio del Museo Nacional de Bellas Artes;del Museo Municipal de Artes Plásticas Eduardo Sívori;del Museo Provincial de Bellas Artes de Buenos Aires,en La Plata;del Museo Provincial de La Rioja y del Museo Municipal de Bellas Artes de Córdoba, entre otras instituciones.(cvaa/Biografias)
Un homenaje al pintor argentino que halló el equilibrio entre la sensualidad,la inteligencia y un refinado lirismo.La vigencia de Russo mantiene intactos los valores y la lozanía que le valieron participar de las Bienales de San Pablo (1953) y Venecia (1954,1956 y 1962)
Russo perteneció a una generación de coloristas excepcionales.Destacó entre pares de la talla de Enrique Policastro,Marcos Tiglio,Carlos Torrallardona, Enrique Policastro,Luis Seoane y Leopoldo Presas.
La pintura de Russo es un oficio de celebración de la vida,pero su exaltación del color nunca incurrió en desbordes o gestos ampulosos.
En la madurez Russo alcanzó el perfecto dominio de los elementos plásticos. Cada segmento de la composición, cada mancha de color,estaba “sabiamente controlada”,como señaló el crítico Albino Diéguez Videla.Sin embargo la contención intelectual no amenguaba la libre y gozosa expresión de su armonía interior.De la formación académica asimiló el rigor de la composición y el dibujo,el ejercicio de la afinación cromática y las sutilezas del grabado.Fue discípulo de Emilio Centurión,Angel Guido y Alfredo Larco.Hizo su primera muestra personal en 1942,en la Asociación Amigos del Arte.Tenía 30 años y sólo en 1959 hizo su primer viaje a Europa.
El contacto con la obra de Bonnard,Vuillard,los fauvistas y Henri Matisse confirmaron las intuiciones y búsquedas maduradas en su país.
Russo mantuvo siempre el contacto con la naturaleza,aún en sus obras lindantes con la abstracción.Mantenía la referencia esencial con los datos preceptuales que fundamentaban sus audacias.Respetaba la luz y el color pero abandonó el volumen y la perspectiva cómplices de la ilusión figurativa.La tela era el campo de juego de formas,arabescos y armonías cromáticas.Evolucionó hacia síntesis cada vez más audaces,más austeras en recursos que potenciaban su poética.La excusa inicial era mínima,dentro de la temática del paisaje,la naturaleza muerta y,en menor frecuencia, retratos y desnudos.Era también dibujante superior,dueño de la línea que fluye y revela la forma.Esta cualidad se transfirió al arabesco en negro que solía delimitar las áreas de color.Pero lo más empinado del colorista que fue Russo surge en sus producciones de madurez,donde las zonas cromáticas se contrastan y complementan sin el recurso de demarcación a la manera del vitraux.Una vez más el artista ganaba en sutileza.Alcanzó a entonar el color en afinación perfecta y logró “acordes profundos, imperiosos,definitivos”así estimados por el crítico francés Pierre Restany.
Russo no formó parte de grupos ni cofradías.Su obra se impuso por la gravitación del talento.Así obtuvo el Premio Dr. Augusto Palanza (1961) y fue designado miembro de la Academia de Bellas Artes en 1966.En 1976 se instaló en París donde trabajó hasta su muerte en 1984.
El Museo Nacional de Bellas Artes presentó en 1991 una retrospectiva curada por Martha Nanni.
(Infobae/exposición galería Palatino/Agosto de 2004)
Muy probablemente se trate del antiguo paisaje que ofrecía Playa de los Ingleses, luego renominada Varese.