La ordenanza del 29 de 0ctubre de 1932,en su art. 5° dice:
“Dase el nombre de Tornquist a la calle actualmente sin designación,existente entre el Boulevard Patricio Peralta Ramos (Costado Este de la Plaza Colón)y la calle paralela a la Rambla Brístol que queda designada,con el nombre de Adolfo E. Dávila según el artículo 3°…”
Podemos agregar sobre el tema la foto n° 4660,enviada por el Sr. Enrique M. Palacio:
“Es digna de destacar la figura de un hombre enamorado de la nueva villa veraniega: Ernesto Tornquist, porteño, hijo de un norteamericano de origen sueco. Tornquist -en cuya casa se hablaba corrientemente alemán- fue llamado el deus ex machina de Mar del Plata, es decir el dios que baja mediante un movimiento de sogas al escenario de un teatro y soluciona todos los problemas de la pieza presentada.
Tornquist, empresario, banquero, industrial, tuvo una casa delos años ’80, sobre la plaza Colón, llamada la quinta Vieja de Tornquist, y luego mandó construir un fastuoso palacio, en Arenales desde el Bulevar Marítimo hasta Colón. Cerca había hecho edificar, en 1904, su famosa cochera, en la que había boxes para ocho caballos y lugar para varios coches…
…Ernesto Tornquist fue el propulsor de la parquización del Paseo General Paz y la Plaza Colón, por lo que la Municipalidad decidió bautizar una calle de la zona -hoy desaparecida- con el nombre de avenida Tornquist.
…En 1899 ae designó con su nombre una avenida -desaparecida en 1911 con la construcción de la rambla Bristol- que prolongaba hacia el mar la diagonal E-O de la plaza Colón.”
Peste de cartulina; guaranguería impertinente; recuerdo poco amable, la tarjeta postal es un modo zafio de eludir la carta calurosa, que trasmite el lejano eco de amor o de amistad. Todo aquel que viaja y que no quiere molestarse elucubrando hondo, envía la postal consabida, con algún pensamiento cursi o enteco. Es el mejor medio de hacer público lo que no se experimenta y el método eficaz de demostrar, “urbi et orbe”, incapacidad ortográfica. Una tarjeta postal es como leve guiñada al pasar; nos deja fríos, indiferentes, indemnes de toda emoción. Ni inspira, ni seduce, porque en su vulgar síntesis no denota ni ingenio, ni arte. Si recibimos una postal, apenas la leemos, seguros de que, quien nos la envía, no nos estima, ni desea en su corazón. “¿ Te escribió Fulano?” “Sí; una postal nada más…”Ese mensaje contiene el esbozo de un afecto, intento comunicativo, egoísmo social, pero carece de amplitud epistolar. Nunca he escrito postales, porque avergonzaríame de ellas. Los turista de Mar del Plata rebalsan los buzones del correo con sus postales.
Es una manía invencible, grotesca, “snobista” y pesada, complemento vanidoso y prolongación grafológica de muchas inepcias. Las tarjetas postales del balneario no tienen relieve artístico; buscad y rebuscad en todos los muestrarios gusto, evocación panorámica, mérito litográfico y no lo encontraréis; he visto alguna que aun ostentan antiguallas de la Rambla Vieja, escenas de pesca, modas históricas, todo lo cual se difunde con ardor por los que adolecen de pereza o apatía para redactar una carta. Esas postales chillonas y antiestéticas, son indicios arqueológicos, elementos de museo, nunca el reflejo cabal y agradable de esta ciudad, que es, por su belleza, cuadro riente y seductor. Si yo ejerciera alguna autoridad o censura sobre los álbums impresos, secuestraría esos miles de postales, que empobrecen a Mar del Plata con su arcaísmo fotográfico.
En un café de la Rambla, el veraneante pide tinta y lapicera y entre sorbo y sorbo de “vermouth”, firma cien postales para cien amigos. Allá van, como hojas al viento, difundiendo las palideces de una lama enteca, de una explanada gibosa, de un mar gris y difuso, como laguna mediterránea. Nada dirá al que recibe el presente que tan menguado panorama es mentira; producto de la deficiencia con que se confecciona la pequeña carta; si existe una causa de descrédito, es esta, eficacísima para el objeto negativo a que se le dedica.
Cierto caballero que dejó a su novia en Trenque Lauquen, mostróme una postal donde se reproducen grupos de damas en la Rambla de madera, durante 1910, con sus modas despampanantes.
“Te envío mi alma en esta líneas. Fíjate como se visten las mujeres en Mar del Plata. Ninguna tiene tu elegancia, ni tu sencillez parisina”.
No sé qué habrán dicho en Trenque Lauquen al recibir la breve tarjeta.
Una niña distraída mandó otra con la vista del Torreón, e informaba a su destinataria:
“Te saludo desde el Palomar de la Rambla. Creo que as´´í se llama esta fortaleza”
Manuel María Oliver 1924 Gotas de agua salada. Motivos de Mar del Plata
El señor Oliver no estaba de acuerdo con el envío de tarjetas postales, y tenía sus razones, pero que hubiéramos hecho nosotros en este blog sin ellas…
Con la misma imagen se imprimimieron postales,en los “Talleres Argentinos Peuser” y llevaban el n° 574 A,luego fueron reimpresas,comprando los derechos para editarlas,la “Librería Rey” de la calle San Martín 2564 de MdP.Las primeras llevaban en color rojo,en la parte inferior,las palabras “Mar del Plata-Avenida Tornquist”
La ordenanza del 29 de 0ctubre de 1932,en su art. 5° dice:
“Dase el nombre de Tornquist a la calle actualmente sin designación,existente entre el Boulevard Patricio Peralta Ramos (Costado Este de la Plaza Colón)y la calle paralela a la Rambla Brístol que queda designada,con el nombre de Adolfo E. Dávila según el artículo 3°…”
Podemos agregar sobre el tema la foto n° 4660,enviada por el Sr. Enrique M. Palacio:
http://www.lacapitalmdp.com/contenidos/fotosfamilia/fotos/4660
Toma similar en tarjeta postal editada por otra casa :
http://4.bp.blogspot.com/-NXqRn6SqhLg/Ud7NmhUsZCI/AAAAAAAAFeM/tsgJlfgXLVg/s1600/4758-%E2%80%9CPlaza+Col%C3%B3n+por+Av.+Torquinst+%28calle+que+delimitaba+la+mitad+de+la+plaza%29.+Calle+que+se+ve+a+la+derecha+es+la+actual+Bolivar%E2%80%9D.+Enviada+por+Renzo+Moreno+Paz..jpg
JuliánMendozzi.
“Es digna de destacar la figura de un hombre enamorado de la nueva villa veraniega: Ernesto Tornquist, porteño, hijo de un norteamericano de origen sueco. Tornquist -en cuya casa se hablaba corrientemente alemán- fue llamado el deus ex machina de Mar del Plata, es decir el dios que baja mediante un movimiento de sogas al escenario de un teatro y soluciona todos los problemas de la pieza presentada.
Tornquist, empresario, banquero, industrial, tuvo una casa delos años ’80, sobre la plaza Colón, llamada la quinta Vieja de Tornquist, y luego mandó construir un fastuoso palacio, en Arenales desde el Bulevar Marítimo hasta Colón. Cerca había hecho edificar, en 1904, su famosa cochera, en la que había boxes para ocho caballos y lugar para varios coches…
…Ernesto Tornquist fue el propulsor de la parquización del Paseo General Paz y la Plaza Colón, por lo que la Municipalidad decidió bautizar una calle de la zona -hoy desaparecida- con el nombre de avenida Tornquist.
…En 1899 ae designó con su nombre una avenida -desaparecida en 1911 con la construcción de la rambla Bristol- que prolongaba hacia el mar la diagonal E-O de la plaza Colón.”
Roberto Osvaldo Cova 1997 Mar del Plata
“Tarjetas Postales
Peste de cartulina; guaranguería impertinente; recuerdo poco amable, la tarjeta postal es un modo zafio de eludir la carta calurosa, que trasmite el lejano eco de amor o de amistad. Todo aquel que viaja y que no quiere molestarse elucubrando hondo, envía la postal consabida, con algún pensamiento cursi o enteco. Es el mejor medio de hacer público lo que no se experimenta y el método eficaz de demostrar, “urbi et orbe”, incapacidad ortográfica. Una tarjeta postal es como leve guiñada al pasar; nos deja fríos, indiferentes, indemnes de toda emoción. Ni inspira, ni seduce, porque en su vulgar síntesis no denota ni ingenio, ni arte. Si recibimos una postal, apenas la leemos, seguros de que, quien nos la envía, no nos estima, ni desea en su corazón. “¿ Te escribió Fulano?” “Sí; una postal nada más…”Ese mensaje contiene el esbozo de un afecto, intento comunicativo, egoísmo social, pero carece de amplitud epistolar. Nunca he escrito postales, porque avergonzaríame de ellas. Los turista de Mar del Plata rebalsan los buzones del correo con sus postales.
Es una manía invencible, grotesca, “snobista” y pesada, complemento vanidoso y prolongación grafológica de muchas inepcias. Las tarjetas postales del balneario no tienen relieve artístico; buscad y rebuscad en todos los muestrarios gusto, evocación panorámica, mérito litográfico y no lo encontraréis; he visto alguna que aun ostentan antiguallas de la Rambla Vieja, escenas de pesca, modas históricas, todo lo cual se difunde con ardor por los que adolecen de pereza o apatía para redactar una carta. Esas postales chillonas y antiestéticas, son indicios arqueológicos, elementos de museo, nunca el reflejo cabal y agradable de esta ciudad, que es, por su belleza, cuadro riente y seductor. Si yo ejerciera alguna autoridad o censura sobre los álbums impresos, secuestraría esos miles de postales, que empobrecen a Mar del Plata con su arcaísmo fotográfico.
En un café de la Rambla, el veraneante pide tinta y lapicera y entre sorbo y sorbo de “vermouth”, firma cien postales para cien amigos. Allá van, como hojas al viento, difundiendo las palideces de una lama enteca, de una explanada gibosa, de un mar gris y difuso, como laguna mediterránea. Nada dirá al que recibe el presente que tan menguado panorama es mentira; producto de la deficiencia con que se confecciona la pequeña carta; si existe una causa de descrédito, es esta, eficacísima para el objeto negativo a que se le dedica.
Cierto caballero que dejó a su novia en Trenque Lauquen, mostróme una postal donde se reproducen grupos de damas en la Rambla de madera, durante 1910, con sus modas despampanantes.
“Te envío mi alma en esta líneas. Fíjate como se visten las mujeres en Mar del Plata. Ninguna tiene tu elegancia, ni tu sencillez parisina”.
No sé qué habrán dicho en Trenque Lauquen al recibir la breve tarjeta.
Una niña distraída mandó otra con la vista del Torreón, e informaba a su destinataria:
“Te saludo desde el Palomar de la Rambla. Creo que as´´í se llama esta fortaleza”
Manuel María Oliver 1924 Gotas de agua salada. Motivos de Mar del Plata
El señor Oliver no estaba de acuerdo con el envío de tarjetas postales, y tenía sus razones, pero que hubiéramos hecho nosotros en este blog sin ellas…
Una imagen similar que enviara el Sr. Renzo en la foto (4758)
http://www.lacapitalmdp.com/contenidos/fotosfamilia/fotos/4758
Atte.: Enrique Mario Palacio
Con la misma imagen se imprimimieron postales,en los “Talleres Argentinos Peuser” y llevaban el n° 574 A,luego fueron reimpresas,comprando los derechos para editarlas,la “Librería Rey” de la calle San Martín 2564 de MdP.Las primeras llevaban en color rojo,en la parte inferior,las palabras “Mar del Plata-Avenida Tornquist”