– Construcción del Monumento a la Bandera en Plaza San Martín. Año 1938. Foto que ilustró un artículo publicado por LA CAPITAL por Costanza Addiechi, Directora Coordinadora de Restauración de Monumentos Históricos de la Municipalidad de General Pueyrredon. A continuación, el texto completo.
La historia casi desconocida de
nuestro Monumento a la Bandera
¿Còmo atravesar la plaza San Martìn sin alzar la mirada hacia nuestra Bandera? . Cada vez que cruzo la manzana que està frente a la Municipalidad mis ojos se elevan para contemplar esos colores que nos representan y dan sentido de pertenencia.
El monumento que la sostiene y la enaltece a 30 metros de altura fue pensado un par de años antes de ser erigido en 1938, año que aparece nuevamente para recordarnos su importancia en la historia de Mar del Plata.
Fue a mediados de 1936 cuando eligieron el sitio destinado a su emplazamiento. Para ello era necesario retirar el busto de Juan Martìn de Pueyrredon que ocupaba este lugar de privilegio dentro de la plaza y frente al edificio municipal, alegando su “modesto” tamaño, su antigüedad de 40 años y que la memoria del destacado pròcer serìa conservada a travès de la creaciòn de una pieza escultòrica de mayores proporciones.
Llegado el año 1938 se decidiò un nuevo diseño de la Plaza Luro (hoy San Martìn) para acompañar el notorio crecimiento que experimentaba Mar del Plata.
La idea de la construcciòn del Monumento a la Bandera comenzó a plasmarse en bocetos que se discutieron entre los responsables de mostrar una ciudad en pleno progreso.
Un basamento recubierto con piedras de nuestras canteras sostendrìa el imponente màstil. De este modo inició la obra que se completarìa meses màs tarde con la vereda circundante.
Todo debìa estar listo para la celebraciòn del dìa de la Patrona de Mar del Plata, Santa Cecilia, el 22 de Noviembre de aquel año, en coincidencia con la inauguración de la
nueva escultura a Juan Martìn de Pueyrredon y del actual Palacio Municipal diseñado por el arquitecto Bustillo, identificado como uno de los exponentes arquitectònicos màs destacados del nuevo concepto que se imponìa.
En un multitudinario acto el vicario capitular y Obispo auxiliar de La Plata , monseñor Anunciado Serafini, bendijo el monumento y en medio de un emotivo aplauso fue el gobernador, doctor Manuel Fresco, quien izó por primera vez la flamante Bandera.
Los monumentos nos acercan el pasado a nuestros dìas, son obras que han quedado como testimonio de momentos resonantes de Mar del Plata y estàn allì en cada plaza esperando ser descubiertas y apreciadas. Conozcamos estos fragmentos de la historia y estaremos preservando asì la identidad de la ciudad.
Festejemos el Dìa de la Bandera honrando el emblema que nos distingue.
Siendo profesor en historia, sólo recientemente me enteré, o bien lo había olvidado, que el Día de la Bandera es tal, justamente, desde una ley sancionada el 8 de junio de 1938.
De modo que el texto del epígrafe estaría sugiriendo que esta iniciativa surgió un tiempo antes de dicha fecha en la ciudad, y que el monumento se construyó también en coincidencia con ese clima, que llevó a la sanción del feriado del 20 de junio.
Cordiales saludos.
El Día de la Bandera nació en 1938 como un acto de desagravio:
Aunque pocos lo saben,el Día de la Bandera se instituyó en 1938,luego de 2 años de intensos debates,y surgió como un acto de desagravio impulsado por jóvenes argentinos “afectados e indignados por frecuentes manifestaciones extranjeras” en los tiempos de la Guerra Civil Española.
Así,durante 122 años -entre 1816 y 1938- el calendario nacional le había negado un día festivo para rendirle tributo a la enseña patria creada por Belgrano,sancionada como emblema nacional de los argentinos en el Congreso de Tucumán.El resarcimiento llegó sólo el 9 de Junio de 1938, cuando por iniciativa de los diputados nacionales Sánchez Sorondo, Eguiguren,Landaburu y Palacios,entre otros,se aprobó la ley 12.361,por la cual se decretaba por primera vez un “feriado en todo el territorio nacional el 20 de Junio”.
Tensiones en la ciudad: La historia cuenta que el 1° de Mayo de 1936 las calles de Buenos Aires se poblaron de banderas de los grupos que enfrentaban a republicanos y nacionalistas en España y que tuvieron en el alzamiento de Franco en Marruecos el cruento inicio de la Guerra Civil Española.Un grupo de jóvenes argentinos,”afectados e indignados por frecuentes manifestaciones extranjeras portando símbolos exóticos de nuestra nacionalidad y que desfilaban impunes por las calles de Buenos Aires”,resolvió entonces donar una bandera a la Municipalidad,a manera de desagravio,para rendirle tributo el 20 de Junio de 1936,en un nuevo aniversario de la muerte de Belgrano.l grupo,perteneciente a la cofradía Comité de la Juventud Argentina,estaba integrado por el Dr. Luis Agote Robertson,el Capitán de Fta. Eduardo Videla Dorna (encargado posteriormene de redactar el texto de la ley que proclamó el Día de la Bandera),Luis María Ferraro,el diputado nacional Daniel Videla Dorna, Ramón Oscar Castilla,el Dr. Carlos Rojas Torres,Raúl y Alfredo Etcheverry,Jorge Seré y Ricardo Alberti.Los jóvenes se reunieron en la casa de este último y allí acordaron,mediante la redacción de un acta, iniciar un proyecto de ley ante las cámaras.El objetivo era establecer un día específico y feriado nacional para homenajear a la bandera.Pero al gesto le faltaba la carga simbólica,que manifestara de manera simple pero contundente el sentimiento de amor a la patria y el culto a la enseña nacional.En la tradicional Casa Vaca,de la calle Carlos Pellegrini,a metros de la avenida Santa Fe,con los aportes de otros entusiastas jóvenes,el grupo compró la más grande y suntuosa bandera en exhibición.De 15 m de largo x 10 m de ancho,confeccionada en gros de seda,sólo el sol central,bordado en hilos de seda dorados,pesaba 8 kgs.
Para resguardar la enseña hicieron construir un cofre de cristal,cuyas ocho manijas de bronce provinieron de la fundición de uno de los cañones usados en la campaña del Alto Perú,que comandó el general Belgrano.Con los restos de esa misma fundición se confeccionó una placa que rezaba: “Al general Belgrano: homenaje de la juventud argentina de Buenos Aires en el 116° aniversario de su fallecimiento y como creador de la bandera nacional”. La donación de la bandera desembocó en una multitudinaria ceremonia,signada por el fervor popular,del que dio cuenta la primera página del diario La Nación.Ante el presidente Agustín P. Justo, ministros,gobernadores de provincias,autoridades eclesiásticas y enormes formaciones escolares,el grupo le entregó en la Plaza de la República la custodia del pabellón el 20 de Junio al intendente de Buenos Aires, Mariano de Vedia y Mitre.Bendecida el día anterior en la Catedral,fue llevada luego al pie del mausoleo del general San Martín al son de la marcha de Ituzaingó.Al día siguiente,”a las 7 en punto,hora exacta de la salida del sol -de acuerdo con la crónica de la época-,un cadete de la Escuela Naval la enarboló en el mástil elevado al lado del Obelisco en la Plaza de la República,a escasa distancia del sitio donde estaban emplazadas las torres de la iglesia de San Nicolás de Bari.Allí,el 12 de Agosto de 1812,había flameado por primera vez el pabellón nacional.Los diarios de aquella jornada hablan de una ceremonia convulsionada por el fervor popular: “Todo el centro de la ciudad vio ayer profundamente alterada su fisonomía -informaba La Nación.No era la de los días hábiles ni la de las fiestas ordinarias,ni tampoco la del 25 de Mayo o 9 de Julio”.”En efecto más que por los preparativos militares de los desfiles,lo que animó ayer el centro de la ciudad,imprimiéndole un particular carácter,fue el ir y venir de columnas escolares,niñas de guardapolvos blancos, óvenes de rostro imberbe y entusiasta,abanderados con sus escoltas,directoras,profesoras apuradas y cuidadosas del orden de las concentraciones diversas.La gran cantidad de banderas,su disposición en forma solar,con 31 rayos,en torno al Obelisco;la ubicación de los jóvenes y niñas a lo largo de la calle Corrientes,demoró largo tiempo y congestionó el tránsito”,añade la crónica.Esa misma bandera fue izada más tarde en el mástil de la Plaza de Mayo.Hoy se mantiene en custodia en el Museo Histórico Nacional,gracias a las gestiones que en 1960 realizó su director Humberto Burzio,quien vio en esa enseña los méritos suficientes como para ser resguardada y exhibida. La discusión en el Congreso.La ceremonia de entrega de aquella bandera y el fervor popular que la acompañó actuaron como preludio de la discusión parlamentaria que decretaría dos años más tarde el feriado nacional dedicado al Día de la Bandera.El proyecto pasó por el Senado el 7 de Junio de 1938 y fue vehementemente objetado por el senador Rothe,quien observó que instituir un feriado todos los 20 de Junio “sería recargar el calendario de festividades,habiendo ya otros 2 días destinados a celebraciones patrias”.Rothe propuso,en cambio,designar el 3er. domingo de Junio como festividad para la bandera.Pero Sánchez Sorondo pidió que se decretara feriado el 20 de Junio,pues no concebía que se rindiera homenaje a la bandera en un día de trabajo.Un ríspido debate se desarrolló en torno de si para la festividad debía proclamarse o no el feriado nacional y finalmente fue votado el artículo con la modificación propuesta que decreta el feriado “para todo el territorio nacional”.En 1996,casi 6 décadas después y sin tanto debate,el gobierno de Menem dispuso por decreto que la fecha patria de homenaje a Belgrano pasara a celebrarse definitivamente el 3er. lunes de Junio,consolidando en el calendario un fin de semana largo.El cambio no generó entonces mayores rechazos y fue bien recibido por el turismo.
(la Nación 20-7-2004)
Realmente da vértigo o temor mirar esa precaria estructura en la que los obreros trabajaron a 30 metros de altura. En uno de los parantes verticales se ven maderas clavadas. Supongo que serían los escalones que usaban para subir y bajar. Increible.