Foto de la Agrupación Hijas de Maria en el patio del Colegio Jose Manuel Estrada Obra Don Orione año 1937.
Segunda fila de uniformes blanco desde la derecha la primera mi tia Elvira Bordi la segunda mi madre Maria Ercilia Aguero. Foto enviada por : Jorge Eduardo Aguero
“…NO DEBEN OLER DEMASIADO A SACRISTÍA…”
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“…Transcurridos 5 años por el expreso pedido del Padre Juan Luis Orione, nace la escuela primaria con el nombre José Manuel Estrada. Así, en febrero de 1937, bajo la intendencia de José Camusso, Don Orione bendice las primeras aulas de la escuela y deja su mensaje fundacional: “nuestras escuelas deben rebosar de espiritu cristiano y religioso, pero no deben oler demasiado a sacristía”, lo que seguramente motivo que le pusiera por nombre José Manuel Estrada y no San José como seguramente todos esperaban.
En marzo de 1937, se inauguraron las clases en el nuevo colegio, los primeros maestros fueron los clerigos, Juan Attilia, que más tarde sería su activo director, y Santiago Dalia Costa.
Finalmente el dia 21 de septiembre de 1937 la escuela es formalmente reconocida mediante el expediente 2690/37.
En el momento de su inauguración la escuela contaba con 5 aulas, una dirección, un recibidor, una cocina y sanitarios.
Este primer año de actividad escolar comenzó con apenas 17 alumnos de primer grado, pero al finalizar el curso ya contaba con 33, que al año siguiente ascendió a 84.
Unos años más tarde fue posible instalar en la escuela misma, la residencia de los religiosos docentes, que hasta ese momento viajaban desde el Puerto.
Los primeros educadores de la institución definieron a la misma como “un establecimiento de enseñanza primaria, dirigido por religiosos de la Pequeña Obra de la Divina Providencia, que tiene por finalidad asegurar a los alumnos una educación esencialmente cristiana y una instrucción sólida mediante la formación intelectual y moral, para que en el tiempo sean hombres útiles a la sociedad, sostén y honor de sus familias…”
FUENTE : codigomardelplata.com
Prof. Julián Mendozzi.
Sin animo de cuestionar, si de consultar, me surge una duda, La congragacion Hijas de Maria corresponde a la obra Salesiana, y de hecho la primera junto a la religiosa es mi madre Sara Nelida Morales quien pertenecio a este grupo desde que fuera fundado por el padre David Ortega desarrollando siempre su trabajo en el colegio Don Bosco,¿podria ser esta foto de alguna visita a la Sagrada Familia?
Sr.Somma.
Hasta ahora he tratado de disimular la molestia que me produce su intolerancia. Cada vez que alguien en el blog expresa algún comentario sobre algo que Ud. ya ha mencionado con anterioridad, Ud. responde de una manera absolutamente desubicada e irrespetuosa. Me refiero, por citar uno de los tantos casos, al comentario que Ud. vierte en la foto N° 9089. donde he transcripto un artículo de la revista “Toledo Con Todos”, y Ud. responde que ya lo ha hecho con anterioridad. Está absolutamente de más ese comentario. Con ese criterio no se podrían publicar fotografías de la misma vista, del mismo lugar, de los mismos personajes… Debe considerar que siempre hay nuevos lectores del blog, que no saben lo que sucedió antes y qué comentarios se hicieron… No les resultaría fácil recorrer las más de 9.000 publicaciones con sus respectivos comentarios. En definitiva le digo que el único que puede objetar o censurar algún comentario es el moderador, no Ud. ni mucho menos con la arrogancia que lo caracteriza (cosa que no invento, sino que me han comentado lectores y seguidores de este sitio).
Sr. Dilosa , buenas tardes ; mis disculpas de antemano por entrometerme sin conocer la respuesta a su consulta ni el tema en detalle .
Simplemente destacar que evidentemente algún tipo de inconsistencia ha de existir .
En el momento de publicar mi comentario de mas arriba y contrastar éste con la imagen propiamente dicha algo “me hizo ruido” ; y tanto mas ahora tras conocer su duda ( vemos que la imagen corresponde al año 1937 , mismo año en que en el texto verificamos la inauguración de “las primeras aulas” ; y ciertamente las estudiantes retratadas no parecen ser niñas pequeñas como se podría esperar de una primer “camada” ; y menos aun en el año inaugural).
De todos modos es de destacar que en el epígrafe aportado por el Sr. Aguero no dice que las niñas “pertenecen” al Colegio Estrada , sino simplemente que se encuentran allí , con lo cual resulta cierta la posibilidad de una visita.
En el siguiente enlace directo a la página web de la Obra Don Orione en la Ciudad de Mar del Plata podemos hallar mas información al respecto.
http://www.donorionemdp.org.ar/a75-estrada/
Lo saludo cordialmente.
Prof. Julián Mendozzi.
En el siguiente link podemos ver un Video no comercial sobre la vida de Josè Manuel Estrada:
http://www.youtube.com/watch?v=ZG9IH8ww9HQ
Josè Manuel Estrada:
Pretender referirse a la obra de José Manuel Estrada en el marco del Vº Encuentro Nacional de Docentes Universitarios Católicos,implica el riesgo de transitar caminos que otros muchos recorrieron en profundidad.Evocarlo como arquetipo de maestro,como estadista,como legislador,como publicista que vivió siendo ejemplo de virtud para la Patria,no significaría –en todo caso– un aporte para quienes conocen su ínclita existencia.Pero hechas estas salvedades,parece todavía oportuno abordar la tarea de Estrada como historiador,para ahondar en lo que debe ser el papel de un estudioso de nuestro pasado,más allá de las ideologías en boga en cada época.Fue la historiografía su prístina vocación.A los 12 años escribió una monografía sobre el Descubrimiento de América,y siete años más tarde su primera obra de profunda investigación histórica relativa a la Revolución de los Comuneros del Paraguay.Sus Lecciones de Historia fueron dictadas cuando contaba con poco más de 23 años,y constituyen a nuestro juicio la culminación de su muy temprana y enjundiosa obra historiográfica.Ellas quedaron grabadas en la memoria de sus alumnos,para advertencia de las generaciones venideras.Este maestro de maestros,nombrado en 1869 –cuando solamente contaba con 27 años– al frente del Departamento General de Escuelas de la Provincia de Buenos Aires,y al poco tiempo –por decreto del Presidente Sarmiento– profesor de Instrucción Cívica en el Colegio Nacional de Buenos Aires,del que llegaría a ser rector en 1876, fue historiador, publicista,pero sobre todo docente; autor de una silenciada obra que consta de doce tomos,entre la que se destacan –en lo que hace a la investigación universitaria– sus Lecciones de Derecho Constitucional que aún hoy mantienen actualidad e interés científico.De esas obra completas,teniendo a la vista la edición príncipe,esta comunicación se propone destacar los hitos de la labor historiográfica de Estrada,ya que un análisis de toda ella excedería los acotados márgenes de este trabajo,y también la capacidad expositiva del autor de estas líneas.Fue uno de los primeros historiadores argentinos,y desde allí señaló las funestas consecuencias de lo que se llamó en nuestra historia “el crimen de Navarro”,ciudad bonaerense en la que se segó la vida del héroe precursor del federalismo argentino: el legítimo Gobernador de la Provincia de Buenos Aires,Coronel don Manuel Dorrego.Octavio R. Amadeo,en su obra Doce Argentinos,evocando al Estrada historiador de los primeros años,escribe acerca del juicio de este ante el magnicidio: Juzgando el drama de Navarro,recordó la nota de Lavalle que terminaba así: El coronel Dorrego acaba de ser fusilado por mi orden.La historia juzgará señor ministro,si el coronel ha debido o no morir. …Y bien,señores –dijo oportunamente Estrada– la historia ha juzgado ya que el Coronel Dorrego no ha debido morir.Este juicio es compartido hoy por muchos argentinos que, respetuosos de las instituciones republicanas,vemos en aquella cruenta asonada de Diciembre de 1828 un triste anticipo del sino trágico que nos tocó recorrer como nación a lo largo de nuestra historia.Pero decirlo así,cuando aún no habían transcurrido cuatro décadas de los hechos,demostraba una claridad conceptual y una valentía difícilmente igualables.Superador de falsas antinomias,recurrió siempre al diálogo constructivo sin renunciar en un ápice a sus ideales.De allí la omisión de su nombre en muchos testimonios que cantan loas al desarrollo argentino de la generación del 80;de allí la dificultad de acceder,aun en los medios en los que desarrolló su magisterio,a los 12 tomos que constituyen su obra.Podemos decir –sin equivocarnos– que a través de la preterición de esta,se intenta borrar su memoria de historiador,de publicista, y de maestro.A propósito de ello,ya el 16 de Julio de 1904,en conferencia pública,decía el doctor Enrique de Vedia,entonces Rector del Colegio Nacional de Buenos Aires,refiriéndose a los hombres que como Estrada fueron cruzados del derecho,de la justicia y de la paz… [que] nos han dejado luminosos libros que a hurtadillas,acaso, se leen,ya que no forman en los catálogos del exotismo literario que nos nutre…En este Siglo XXI,donde algunos llegan a adjudicarse títulos académicos que no tienen para parecer,podemos ver en Estrada a quien no necesitó contar con ninguno para ser.En su formación autodidacta pero erudita,machacaron los formalistas de entonces,que como sucede también hoy,suelen ser los primeros en no respetar las formas que la verdad revela en la ontología de las cosas,para removerlo de los cargos a los que su vocación docente lo había llevado.De estos agravios que el régimen le infligió,poco se habla en nuestros medios políticos.Quiero traer como ejemplo de esta afirmación la Declaración que el Senado de la Nación quiso dedicarle a Estrada durante el año 2005.Nada se dice en ella de las persecuciones que debió enfrentar,provenientes de quienes detentaban el poder;de su inalterable actitud en defensa de las libertades públicas.Allí se lo recuerda laudatoriamente como a uno de los pilares fundamentales de nuestra identidad nacional.Historiador,periodista,profesor,político,diputado constituyente provincial,diputado nacional,funcionario,diplomático,afirmando que …todas estas funciones las desempeñó con la más alta responsabilidad.Pero fue seguramente su férrea defensa de los principios de fe que profesaba,lo que distinguió a este importante ciudadano argentino.Su pensamiento está tan vigente hoy como ayer, ese es su mérito,su honor.El cariño a su familia,a su patria y su fe,fueron su distintivo,elemento este por el cual este Senado de la Nación también lo honra.En dicha declaración se comienza señalando que el 13 de Julio de 1842 nace uno de los intelectuales argentinos más notables de la segunda mitad del siglo XIX. Se destaca su personalidad avasalladora, sus eximias dotes de orador,de profundo conocedor de la historia,y su férrea defensa del catolicismo a través de su pluma,de su oratoria y de su calidad de católico combativo.Se pasa somera revista a su formación fundamentalmente autodidacta;a su paso por el Colegio de San Francisco,donde tuvo directa relación con la filosofía,la teología,la religión,y las ciencias humanas;y a sus primeros trabajos como estadista e historiador.Respecto de esta faceta de su personalidad se recuerda su primera obra de investigación,que data de 1865, titulada Ensayo histórico sobre la revolución de los comuneros del Paraguay en el Siglo XVIII,mencionándose también las Lecciones sobre la Historia de la República Argentina,las que serían recopiladas en un libro por la Revista Argentina,empresa editora fundada por Estrada.Octavio R. Amadeo afirma que pueden señalarse tres décadas definidas en la vida pública de este verdadero héroe de la patria argentina: desde 1860 a 1870 prima el historiador;del 70 al 80 el maestro,y del 80 hasta el 90 el orador político.Esa personalidad se había templado en los libros y en la práctica docente.A los quince años ya enseñaba las primeras letras en diversos centros asistenciales;siendo su vocación primera el estudio de la Historia Argentina.En 1858,cuando solamente contaba con dieciséis años,escribió una monografía sobre el descubrimiento de América,y siete años más tarde su primera obra de profunda investigación histórica ya mencionada,relativa a la revolución de los comuneros del Paraguay,habiendo resultado importante la influencia que en su vocación tuvo la Historia de Belgrano y de la Independencia Argentina,de Bartolomé Mitre.
Sus lecciones de historia fueron comenzadas hacia 1866 en la primera Escuela Normal Pública de Catedral al Norte,sita en la calle Reconquista 461 de la Ciudad de Buenos Aires;que hoy lleva su nombre.Paúl Groussac –su gran antagonista de los primeros tiempos– narra que ya por ese entonces,tal vez dos años más tarde,concurrió a escuchar a este joven docto desde la sustancia que era Estrada,pero que no tenía título alguno que le permitiera contentar a los burócratas que lo miraban con envidiosa desconfianza.Dice Octavio R. Amadeo: Esas lecciones nocturnas,en aquella sala mal iluminada de la antigua Escuela Normal,que el invierno enfriaba más que de costumbre,con sus absortos oyentes, algunos de los cuales eran viejos e ilustres maestros,tenían cierta dramática solemnidad.El joven profesor entraba con aire de estudiante.Era poca cosa; pero al plantarse en la tarima,erguía su noble cabeza de crespo cabello renegrido,como casco ruso de astrakán,que acentuaba el pálido marfil del rostro triangular,con breve mentón y ancha frente,sobre dos arcos negros y unos ojos que más que ojos eran miradas.Al hablar,su rostro cubríase con un halo de bondad.Entonces,su voz de barítono también parecía iluminarse y sus matices iban del dolor a la esperanza: marcaba las “erres” al pasar,con un redoble,como mordiendo las palabras.Se apoderaba de los cerebros,se instalaba en los corazones,y durante una hora dramática aquel muchacho era el dueño de todas las almas.Esta descripción puede completarse con la que Groussac relata como testimonio directo cuando nos dice: Conocí personalmente a Estrada en el año 70,en el Colegio Nacional de Buenos Aires.Antes,por el invierno de 1868 había asistido alguna vez a sus conferencias de historia,en la Escuela Normal de la calle Reconquista,y admirado la silueta esbelta,el atrevido perfil que alumbraban los ojos magníficos –algo de Condé y Pascal,en que trascendía la raza– sobre todo,la voz sonora,el verbo copioso y vibrante que difícilmente se doblegaría al medio tono ligero y al giro familiar.Hacia 1870,época en la que Groussac,con 22 años,había sido contratado para dictar dos horas de matemáticas en el Colegio Nacional,establecimiento este en el cual Estrada, que ya contaba con 28 años,había sido designado para enseñar Instrucción Cívica,ocurre el encuentro personal –como compañeros de claustro docente– entre estos dos grandes hombres de la cultura argentina.Narra Groussac que a las conferencias de Estrada solían asistir,además de sus alumnos,numerosos oyentes de la mejor clase social –aludo a la más ilustrada– muchos de los cuales no eran amigos del orador.El éxito fue considerable;más ruidoso sino más sólido,que el de las lecciones de historia argentina,a que antes me he referido.Yo asistí a varias conferencias.Además de colega,podía yo contarme entre los amigos del profesor;pero acaso sea más exacto incluirme entre los estudiantes,no solo por reconocerle maestro mío en la materia,sino porque había concurrido,cediendo en mucha parte a la solicitud afectuosa de mis alumnos del curso superior…Sin el menor llamamiento a la disciplina,la clase era un modelo de compostura;pero aun delante de la pizarra,sentíase que el orden y mutuo celo en el cumplimiento de los deberes tenía por base el afecto familiar,que de consuno dejábamos en el umbral del aula para volverlo a encontrar a la salida.Como lo recordara el doctor Horacio C. Rivarola,en un discurso pronunciado en nombre de la Universidad de Buenos Aires el 7 de Julio de 1942,para Estrada tanto la Filosofía como la Historia han de encontrar su fundamento,no en el principio utilitario o en la noción abstracta del contrato (social),sino en la ley moral,rectora del hombre y de la sociedad.La autonomía del pueblo argentino –decía Estrada– es de ayer: pero antes de ser una nación, él fue una unidad política,fue una unidad social,producida por aquella virtud de la naturaleza anterior y superior a las leyes,que da vida a los pueblos y los conserva.El Dr. Vicente Fidel López,Secretario de la Comisión del Homenaje que la Provincia de Corrientes decidió brindarle a Estrada,y homónimo del hijo del autor de nuestro Himno Nacional,dijo en el Boceto Biográfico y Crítico de José Manuel Estrada editado en 1930,que éste fue el fundador del criterio histórico argentino,significando que no se contentó con narrar hechos (en realidad decía que esto era poco atractivo para la historiografía como para la literatura) sino que fue el primero en hacer Filosofía de la Historia.Empezó a enseñarle su historia a la patria que la desconocía sentencia una frase que quisimos destacar por su acierto.El Académico Ernesto J. A. Maeder dice …el espaldarazo definitivo para su prestigio lo obtuvo con el ciclo de lecciones de historia argentina que pronunció en la Escuela Normal de Buenos Aires en 1866.Dichas conferencias tuvieron la virtud de consagrarlo como un gran orador y consolidaron definitivamente su fama de estudioso cuando dos años más tarde fundó la Revista Argentina. Estrada –dice Maeder– ya había dejado de ser una promesa de su generación para erigirse en un verdadero maestro, mirado con respeto y venerado por la juventud de su tiempo.En la Revista Argentina escribieron varios notables de la época,entre los que queremos destacar a Estanislao del Campo,Pedro Goyena,José Mármol,e incluso algunos anticatólicos como Paul Groussac y Eduardo Wilde –el mismo que luego fue Ministro de Educación y refrendó en ese carácter el nefando decreto por el que se le quitaron a Estrada todos sus cargos docentes,por oponerse al unicato instalado en el Gobierno de la Nación–.Desde la Revista Argentina afirmaba Estrada que se proponía explicar la revolución argentina…por consiguiente,he prescindido de todo detalle y de toda investigación de 2º orden,necesarios para escribir la historia,pero nocivos si se trata de enseñar su filosofía,independientemente y con claridad,como conviene con todos los trabajos destinados a la cátedra…[ellos] ensayan la primera exposición científica de la generación democrática del pueblo argentino.
Se sitúa así,como ya lo adelantáramos,en el campo de la Filosofía de la Historia.Amo a la Historia –dice– pero estimo poco a la crónica.Sostenía que los hechos no explican –por sí solos– la evolución histórica; estaba convencido de que la luz viene de la filosofía de la historia,porque la filosofía es la savia de todas las ciencias.Estas precisiones las formula Estrada en la advertencia con la que inicia la publicación de sus Lecciones sobre la Historia de la República Argentina: dadas públicamente en 1868,las que –publicadas por su autor– en la Revista Argentina en 1868, ocupan los tomos II y III de sus Obras Completas,El primer tomo incluye 11 lecciones comienzan con el análisis de las condiciones políticas y sociales de España en el siglo XV ;el descubrimiento de América y en especial del Río de la Plata;y la idea general de la conquista,a la que alude con palabras tales como …la tiranía es dura como la muerte.Por eso el cuadro de nuestra infancia social es desolado.Los reyes quisieron oro; y exterminaron medio continente para adquirirlo.Se preguntaba con dolor ¿Quién devolverá a la civilización y a Dios las generaciones morales que huyeron del Evangelio porque su profesión les remachacaba en el cuello la cadena de la Encomienda?.En la Lección IV pasa prolija revista a las Leyes de Felipe II,a la aparición en la escena de la conquista americana de Hernandarias,a la gestación de la república guaraní,y por supuesto a los protagonistas de la mayor obra civilizadora que pudo haberse concebido a través de la fe,de la cultura en todas sus fases,y de la educación en particular,desde la enseñanza de las primeras letras hasta la creación de universidades en el Nuevo Mundo,me estoy refiriendo a la insigne obra de la Compañía de Jesús.Dice Estrada: Los reyes de España dieron en 1767 el decreto de su expulsión.Prescindo de las causas que lo motivaron….apenas registrará la historia acto más brutal y escandaloso de tiranía.En la Lección V analiza las instituciones indianas,abordando en la Lección VI lo atinente a la organización del Virreinato del Río de la Plata; dedicándole la Lección VII a la creación del Consulado,y al nombramiento de Secretario que la Corona le asigna a Manuel Belgrano,un prócer al que le dedicará mucha atención en su vida de historiador.En esta lección es notable el análisis que formula de la sublevación que tuvo lugar en el Alto Perú,encabezada por José María Condorcanqui (Tupac Amarú) y la brutal represión sufrida a manos de los encomenderos.
Seguidamente,en la Lección VIII traza un exhaustivo panorama de las letras,de las ciencias y de las artes en el Plata,distinguiendo la figura de Hipólito Vieytes como promotor del avance cultural que iba a desembocar en la liberación de la patria y en su consolidación como nación,hurgando en la Lección IX en la conformación social de la Colonia a comienzos del siglo XIX.El aspecto central de la Lección X radica en ese preludio de la Revolución que fueron para Estrada las invasiones inglesas,donde destaca la figura de don Santiago de Liniers,a quien lo unían lazos familiares por línea materna.El primer tomo culmina con la Lección XI dedicada a la Semana Magna.Y es aquí donde su genio de filósofo de la historia adquiere características singulares.Al finalizar su alocución iba a preguntarles a los asistentes: ¿Sabéis por qué la gloria de Mayo es mi gloria y la nuestra?…¿Por qué fue la de nuestros padres y será la de nuestros hijos? Porque no hay nombre que profane su sacrosanto anónimo,ni caudillos ni partidos que reivindiquen sus laureles.El tomo 2º abarca la historia de la emancipación a partir de los primeros escarceos revolucionarios abordados en la Lección XII, mientras que en la Lección XIII encara el análisis de la formación de la idea de la independencia describiendo con minuciosidad a pesar de no ser este su estilo,los detalles del proceso de incorporación de los prosélitos de la Logia Lautaro.Este apartamiento estilístico denota la importancia que le asignó a esta asociación en la consolidación de la idea independentista.La Asamblea del Año XIII encuentra acogida en la Lección XIV,y dirá de ella que su obra reformista es hermosa,porque era justa,aunque reconoce que su obra fue esencialmente legislativa,haciendo alusión a la falta de logros en el plano de lo concreto.La Lección XV nos coloca frente a los gobiernos que se fueron sucediendo hasta llegar al Cabildo Abierto del 19 de Junio de 1816 en la antesala misma de la Declaración de la Independencia,gesta esta que será abordada en la Lección XVI donde escribe acerca del Congreso de Tucumán,el nombramiento de Pueyrredón como Director Supremo,y por fin la sanción de la Constitución de 1819,de la que sin desconocer la buena fe de quienes la idearon, escribirá: Tras del delirio,el desengaño y el amargo despertar;tras del Congreso,y [del] Directorio y sus leyes reaccionarias y sus constituciones quiméricas vendrá la revolución.¡1820 se acercaba!.En la Lección XVII aborda el doloroso trance de la anarquía y las 2 invasiones a Buenos Aires por parte de las fuerzas del interior (1819-1821) en ese infeliz período que desangraría a la patria,al que Estrada llama de disolución de la nacionalidad.Ello iba a traer como consecuencia lo que él denomina la dispersión provincial.Destaca entonces en la Lección XVIII la tendencia centralizadora de Rivadavia,a cuya gestión le reconoce alguna tentativa de reorganización nacional,así como señala los progresos en el campo de la cultura y de la ciencias,mencionando al periódico El Centinela,como órgano del por entonces Ministro de Gobierno del Gral. Martín Rodríguez.En honor de la objetividad histórica debemos decir que desde el mencionado diario se atacó a quien en 1821 culminaría su obra de creación de la Universidad de Buenos Aires,que no fue el Ministro Rivadavia,sino el Presbítero Dr. Antonio Sáenz.Nótese que Rivadavia antes de ser Ministro de Gobierno era uno de los 4 jefes de Departamentos de la unidad académica en cierne que Sáenz dirigía,a quien le cupo sí la suerte de refrendar el decreto de puesta en funciones de dicha casa de estudios a quince días de asumir como Ministro.Estrada señala laudatoriamente la publicación de los textos de Matemáticas de Avelino Díaz;el de Filosofía de Juan Manuel Agüero –antagonista del Rector Sáenz– y el de Derecho Civil de Pedro Somellera, pero nada dice del Curso de Derecho Natural y de Gentes que dictó como Profesor titular el Rector fundador,cuya primera parte,seguramente no alineada a los cartabones iluministas de la época (en base a lo cual disparaba sus diatribas El Centinela) fue marginado hasta hoy de las bibliotecas. De esto nada dice Estrada, y es de sentir que esto sea así.La Lección XIX trata de la República Unitaria mientras que en la Lección XX vuelve el espíritu crítico al estudiar ese doloroso proceso que iba a desembocar una vez más en la guerra fratricida,y que culminaría con el fusilamiento del Gobernador legítimo de la Provincia de Buenos Aires,el Cnl. Don Manuel Dorrego,el 13 de Diciembre de 1828.Observa con precisión lo disvalioso que fue para nuestra historia institucional este crimen más allá de los aciertos o no que pudiera haber tenido el héroe de Suipacha al frente del Ejecutivo Provincial.La última Lección,la XXI,abarca lo que Estrada denomina la Tiranía de Rosas (1835-1852),proponiéndose lograr una idea filosófica de su gobierno.Nos dice Estrada: De 1840 a 1845 una triple vertiente de sangre saturaba la corrompida sociabilidad de Rosas: Aldao y Oribe en el interior;el mismo horrendo personaje,Urquiza y sus seides en el litoral,la mazorca y la efervescencia rosina en el centro de la capital vilipendiada…para culminar con solo tres palabras: todo era terror-Las lecciones culminan aquí.No son los acotados límites de esta comunicación los apropiados para desarrollar en extenso los tópicos que como señalamientos les hicimos a ellas,pero sí resta decir que hay una obra insoslayable con la que deben completarse estas lecciones que Estrada dio entre 1867 y 1868,y son las 15 lecciones compendiadas en un libro que debe leerse tratando de despojarse de preconceptos adquiridos a partir de las ideologías de uno u otro signo Nos estamos refiriendo a La política liberal bajo la tiranía de Rosas,que consta de 405 páginas,editada en Buenos Aires en 1873.Constituye un análisis de El Dogma Socialista de Esteban Echeverría,en la que Estrada trasciende los circunstanciales hechos históricos que jalonaron el largo período rosista –sin que con esto pretendamos quitarle dramatismo– para adentrarse en lo que él ve como un programa de salvación nacional transitando los valores que estuvieron dispersos en los hombres de Mayo, y que aún están difusos en la obra que analiza.Por eso dirá que El Dogma Socialista es principalmente sentimiento,y que está en las generaciones futuras –de las que él representa la transición– llevarlas a la práctica.(Fuente: Juan Eduardo Leonetti Univ. Catòlica Argentina)
Sr. Ramonet, buenas tardes, mis disculpas por entrometerme, pero he leido su comentario dirigido al Lic. Somma, y con todo respeto le digo que me ha causado un gran disgusto y de verdad mucha molestia.
Me remití al comentario de la foto 9089 y no veo que el Lic. Somma haya estado desubicado e intolerante, y mucho menos irrespetuoso.
Sin embargo, coincido con la segunda parte de su pensamiento en relación a la dinámica a veces circular y reiterativa del blog, que es lo que lo mantiene vivo y siempre atractivo.
De paso, aprovecho la oportunidad para sugerir al moderador la posibilidad de acompañar los comentarios con alguna imagen tipo .jpg que lo harían aún más interesante y didáctico de lo que es.
Gracias y espero que se mantenga la paz que se venía viendo últimamente entre los señores foristas.
Atte.
Adhiero a los conceptos del Sr Reales, y de cualquier modo es el afán de aportar datos e imágenes el que nos encuentra y no debe ser precisamente lo contrario. Cualquier actividad humana, inclusive las recreativas como estas, delatan nuestras respectivas personalidaes. Pero que todo sea en pro del cometido de este magnífico blog. Agrego a lo que dice el Sr Reales con respecto a la inclusión de otro tipo de herramientas. Imagino que en un futuro no muy lejano todo el inmenso cúmulo de información acopiada aquí , entre fotos y ni hablar de los extensos y ricos comntarios, podrá ser ordenado y publicado en formato de papel y digital. Un saludo a todos y reine la concordia. Felicitaciones al Lic Somma y al Sr Ramonet porque ambos son fundamentales en este sitio.
Hola Jorge,muy linda la foto!! No sabia que la abuela Elvira y tu mama Ercilia eran compañeras de escuela. Seguí publicando,son lindos recuerdo de nuestra familia.
quisiera consultar al sr aguero,algun dato,que me pueda ampliar,si está a su alcance: la foto expuesta ,la he visto,cuando chico en casa,ya perdida,y me gustaria saber,si sabe,el nombre de:la madre superiora,que esta en el centro,alguna de las demas que pueda saber,y tambien la que esta sin uniforme,para da,al costado.me animaria saber,ya pasado muchos años,que está mi madre,una tia de ella,y algun pariente mas.no es poca cosa,pero dado las increibles fotos y demas,bueno sería poder ampliar el segmento .muchas gracias.
Les pido disculpas,pero mucho no puedo ampliar sobre la foto que gratamente descubri en la pagina del Colegio Jose Manuel Estrada. Si bien estuvieron en mi casa esta foto y otras de las procesiones por la calle Independencia, hoy no las tengo, lo que si puedo informarle que mi madre si pertenecía a la congregación Hijas de Maria y si bien no estudio a esta escuela, como vecina del barrio (vivia en Matheu y Dorrego)junto a otras familias colaboro en la concreción de la obra y participaba de las actividades.Años mas tarde en 1956 pude por iniciativa de mi madre, una ferviente religiosa realizar mis estudios primarios en esta escuela y integrar el Batallón de Scouts con el Padre Varetto.