Ruta 2 km 396. A 800 m. de la ruta, y a escasos 9 kilómetros del centro de Mar del Plata, y luego de recorrer un serpenteante camino -mitad mejorado y el resto de pedregullo- se llega hasta la blanca tranquera de acceso, del viejo palomar . Este establecimiento consta de 15000 hectáreas.
Existe una matera, una antigua cochera que aún resguarda carruajes de la época, la casa del mayordomo, y la vivienda principal a dos aguas con sus amplias galerías. La casa, construida con paredes de adobe, que luego fueron sustituidas por muros de ladrillos, está cercana a todo, asociada al campo mismo. Más allá, a la vista, el potrero y otro sector donde “los chicos juegan al fútbol”. Todo está cercado por una hilera de eucaliptos.
La vivienda principal llegó a constar de un sólo cuerpo con dos extremos paralelos en sus puntas, luego fue cerrado, conformando un amplio parque central gobernado por el sólido aljibe -que aún resiste los años- y florecidas matas de magnolias. Después sufrió modificaciones hasta lo que es hoy, una amplia residencia de unos 500 metros cubiertos, en forma de ‘L’, que alberga el living, las distintas salas alineadas frente a la galería, los dormitorios y el escritorio principal, donde todavía, un viejo cuadro de Bartolomé Mitre descansa sobre la blanca pared.
La construcción que siguió a la casa central fue el galpón para esquilar, donde, desde el piso superior, y a través de amplios ventanales -hoy transformados en balcones- se recibía la lana. Sólidas vigas de hierro ocupan el centro de la planta baja, en la actualidad “la pulpería”, con el mostrador que perteneciera al almacén viejo de Vivoratá, y las mesas y sillas de madera rústica.Todo rodeado de fotos, del primer rebaño de ovejas que llegara al lugar, de familiares lejanos, y un plano que muestra las originarias 15.000 hectáreas que llegaban al mar y lindaban al norte con los campos de Cobo, incluyendo Parque Camet.
En el piso alto, al que se accede a través de una escalera caracol de madera, funciona el restaurante, desde donde, a través de los balcones, puede observarse el entorno desde una perspectiva más abarcativa.
Abajo, la pequeña planta elaboradora de dulces artesanales, con su vieja cocina con mesadas de mármol, los clásicos estantes donde se acomodan los frascos y un tradicional, aunque hoy olvidado, trinchante.
La Trinidad fue fundada por Jean Pierre Camet y Mariana Berterreche en 1826. Se la denomina “La Trinidad” porque precisamente el día de la Santísima Trinidad el señor Camet fue rescatado de las aguas del mar, donde se había internado para bañar los caballos, luego de recorrer la que sería su estancia.
El camino a Buenos Aires pasaba por su tranquera, hasta la construcción de la ruta 2.
Son seis las generaciones de una misma familia que habitaron y habitan las casas y cada una de ellas realizó modificaciones que reflejaron el encanto de los diferentes períodos. Aún viven los actuales dueños, los Bengolea, tataranietos del fundador, quién tuvo varios hijos. Entre ellos se destacaron Juan Pedro Camet, quien integró, junto a renombrados vecinos, la primigenia comisión para que se fundara, en la jurisdicción costera, el Partido de General Pueyrredón. También Félix U. Camet, intendente de Mar del Plata en 1894. Los Camet donaron el hoy Parque Camet, que era una fracción de tierra de la estancia La Trinidad, así como las tierras que con el tiempo fueron conformando los barrios La Trinidad, 2 de Abril, Félix U. Camet, El Sosiego, Las Avenidas, Pueblo Camet, el cuartel de artillería y el aeropuerto. En sus campos se cultivan manzanas, trigo, frambuesas, gladiolos, papas, etc. Su añosa arboleda y sus edificios macizos y bien plantados invitan a pasar un momento agradable.
LA ESTANCIA “LA TRINIDAD”.
Ruta 2 km 396. A 800 m. de la ruta, y a escasos 9 kilómetros del centro de Mar del Plata, y luego de recorrer un serpenteante camino -mitad mejorado y el resto de pedregullo- se llega hasta la blanca tranquera de acceso, del viejo palomar . Este establecimiento consta de 15000 hectáreas.
Existe una matera, una antigua cochera que aún resguarda carruajes de la época, la casa del mayordomo, y la vivienda principal a dos aguas con sus amplias galerías. La casa, construida con paredes de adobe, que luego fueron sustituidas por muros de ladrillos, está cercana a todo, asociada al campo mismo. Más allá, a la vista, el potrero y otro sector donde “los chicos juegan al fútbol”. Todo está cercado por una hilera de eucaliptos.
La vivienda principal llegó a constar de un sólo cuerpo con dos extremos paralelos en sus puntas, luego fue cerrado, conformando un amplio parque central gobernado por el sólido aljibe -que aún resiste los años- y florecidas matas de magnolias. Después sufrió modificaciones hasta lo que es hoy, una amplia residencia de unos 500 metros cubiertos, en forma de ‘L’, que alberga el living, las distintas salas alineadas frente a la galería, los dormitorios y el escritorio principal, donde todavía, un viejo cuadro de Bartolomé Mitre descansa sobre la blanca pared.
La construcción que siguió a la casa central fue el galpón para esquilar, donde, desde el piso superior, y a través de amplios ventanales -hoy transformados en balcones- se recibía la lana. Sólidas vigas de hierro ocupan el centro de la planta baja, en la actualidad “la pulpería”, con el mostrador que perteneciera al almacén viejo de Vivoratá, y las mesas y sillas de madera rústica.Todo rodeado de fotos, del primer rebaño de ovejas que llegara al lugar, de familiares lejanos, y un plano que muestra las originarias 15.000 hectáreas que llegaban al mar y lindaban al norte con los campos de Cobo, incluyendo Parque Camet.
En el piso alto, al que se accede a través de una escalera caracol de madera, funciona el restaurante, desde donde, a través de los balcones, puede observarse el entorno desde una perspectiva más abarcativa.
Abajo, la pequeña planta elaboradora de dulces artesanales, con su vieja cocina con mesadas de mármol, los clásicos estantes donde se acomodan los frascos y un tradicional, aunque hoy olvidado, trinchante.
La Trinidad fue fundada por Jean Pierre Camet y Mariana Berterreche en 1826. Se la denomina “La Trinidad” porque precisamente el día de la Santísima Trinidad el señor Camet fue rescatado de las aguas del mar, donde se había internado para bañar los caballos, luego de recorrer la que sería su estancia.
El camino a Buenos Aires pasaba por su tranquera, hasta la construcción de la ruta 2.
Son seis las generaciones de una misma familia que habitaron y habitan las casas y cada una de ellas realizó modificaciones que reflejaron el encanto de los diferentes períodos. Aún viven los actuales dueños, los Bengolea, tataranietos del fundador, quién tuvo varios hijos. Entre ellos se destacaron Juan Pedro Camet, quien integró, junto a renombrados vecinos, la primigenia comisión para que se fundara, en la jurisdicción costera, el Partido de General Pueyrredón. También Félix U. Camet, intendente de Mar del Plata en 1894. Los Camet donaron el hoy Parque Camet, que era una fracción de tierra de la estancia La Trinidad, así como las tierras que con el tiempo fueron conformando los barrios La Trinidad, 2 de Abril, Félix U. Camet, El Sosiego, Las Avenidas, Pueblo Camet, el cuartel de artillería y el aeropuerto. En sus campos se cultivan manzanas, trigo, frambuesas, gladiolos, papas, etc. Su añosa arboleda y sus edificios macizos y bien plantados invitan a pasar un momento agradable.
FUENTE : http://www.oni.escuelas.edu.ar
Prof. Julián Mendozzi.
Esta imagen tambièn pertenece al establecimiento del Sr. Enrique Pucci,que inagurò en Marzo de 1934 (datos: Marcelo A. Barili).