Quinto año B del Colegio Santa Cecilia. Año 1946. En la foto Beatriz Bonomi, Renee Fortuna, Magdalena Olivieri, Mary Bobadilla, María Goicoechea, Beatriz Ranieri, Lola Rabino, Trini Arias, Elsa Lucarno, Marta Larrida, Beatriz Aliende, Mirydee Begué, María Gutierrez, Dominda Schort, Marta de la Plaza, Dolly Galdós, Clyde Alvarez, Marta Pera, Queta Spini, Amelia Cabana, Carola Malone y Rosa Zoriant. Enviada por Lidia Chacón de Ameztoy.
-Recuerdos del colegio-Los 100 años del Instituto Santa Cecilia-
Mar del Plata es una ciudad con raíces propias y sin duda uno de los pilares de la historia marplatense es la Iglesia de la loma,como se conoció a través de los años a la obra que bajo el amparo de la familia Peralta Ramos llevaron a cabo las Hermanas del Huerto. +Fue a través del compromiso educativo de la congregación que en 1901 se emplazó el Colegio Santa Cecilia en ese legendario lugar.
Pasó un siglo desde aquel nacimiento y desde entonces,año tras año,por el colegio pasaron cientos de alumnas.Y para recordar esa historia viva,lo mejor es escuchar a quienes,con voz propia,nos cuentan sus experiencias de alumnas en el tradicional instituto.
Algunos de los cambios que vivieron las distintas generaciones de estudiantes que cursaron el Santa Cecilia,como se lo conoce coloquialmente,fueron las normas en cuanto el uniforme.Todas las chicas del grupo ansiábamos eliminar esas odiosas medias negras, dice Marta Talau,de profesión museóloga,quien desde 1997 dirige el Museo Municipal de Arte Juan Carlos Castagnino.Ella refresca sus primeros años en el colegio,cuando era Escuela Normal,a mediados de la década del cuarenta. No puedo creer que ahora las chicas las usen como la última moda.
Marta es balcarceña,egresó del colegio en 1950 luego de pasar seis años en el Santa Cecilia.Eso la estimuló a radicarse en Mar del Plata,pero debió esperar para cumplir su anhelo.Es viuda del primer médico pediatra nativo de Balcarce,Miguel Daguerre.Crió cuatro hijos,de quienes tiene catorce nietos,y después comenzó estudios de Guía de Turismo y Museología,en la Universidad de La Plata.
Marta formaba parte del grupo de jóvenes que llegaban desde las localidades vecinas y se internaban como pupilas para estudiar la carrera docente.Nos bañábamos con camisa de baño cerrada con espacios laterales donde metíamos las manos para poder lavarnos,no entendía cuál era la idea,tal vez el respeto al cuerpo,recuerda.
Eran otros tiempos.Y en más de un sentido: las chicas usaban papeles de diarios debajo del uniforme para el abrigo clandestino durante los desfiles en la Plaza San Martín.El clima de Mar del Plata era totalmente distinto,el frío se sentía mucho más,dice Marta.De los dos años de pupila recuerdo las noches en esos salones inmensos,los azotes del viento en las ventanas supongo que eran más fuertes porque en la loma no habían otros edificios,hacía tanto frío que dormía con guantes y gorra.Luego fui a vivir con mis tíos,la familia Berois,entonces para ir al colegio con mi amiga Marta Rabini cruzábamos la Plaza San Martín que estaba completamente cubierta de escarcha y veníamos rompiéndola con los pies,las mañanas eran realmente heladas,cuenta.
¿Y las docentes? Marta recuerda que habían otras profesionales además de las hermanas: creo que la profesora de matemática era la hermana Antonia,pero la más querida y que conocieron muchas generaciones fue María Ester Biadas que daba Ciencias de la Educación y Didáctica, falleció hace poquito.Los vínculos entre docentes y alumnos es otro de los cambios que advierte en la educación: “las relaciones eran más distantes en la comunicación,confiesa.
El día de Marta como pupila comenzaba al alba con una misa diaria de 6 a 7 de la mañana,una hora de estudio,las clases,labores y a las 19 se apagaban las luces.Todas estaban muy mal y yo estaba muy divertida, recuerda con una sonrisa.A mi me encantaba porque tenía 13 años y estaba en contacto con chicas mayores,para mi era un mundo diferente al que podía tener en mi casa,charlaban de los novios,accedía a un mundo prohibido en esa época.
Marta confiesa su grato asombro por las transformaciones que se vinieron en el tradicional establecimiento.Las coreografías que hacen las chicas en los actos hoy son maravillosas pero no puedo creer que salgan con esas mallas cuando a nosotras nos daban gimnasia vestidas de pollera y bombachudos,haciéndonos mover únicamente los brazos hacia arriba,no se qué pensarían que se nos podría ver.Para mi volver al colegio después de todos estos años es encontrar un mundo diferente.
Ana María Schnar dirige el centro de ex alumnas del Santa Cecilia hace 30 años.Nació en Tandil,aunque desde los tres años se radicó en Mar del Palta junto a su familia.Conoció el Santa Cecilia en el secundario y desde entonces forma parte de él.Tiene tres hijos varones y una nieta. En el colegio se recibió de Maestra,luego ejerció su título durante veintidós años y en la misma institución también fue vicedirectora otros veintidós años.Quiero con toda mi alma este colegio,es una parte importante de mi vida,dice con énfasis.
Nos reunimos todos los segundos sábados de noviembre festejando las promociones de egresadas cada cinco años y otorgando medallas a las que cumplen 25 y 50 años.
La trayectoria de Ana María le permitió ser testigo privilegiada de numerosos cambios generacionales,incluso las que tocaban a tradiciones y tabúes muy arraigados en las religiosas del instituto.Cuando estudiaba ellas no comían con la gente,después viví el cambio cuando se diluyó esa pared.Me acuerdo por ejemplo cuando estudiábamos con la hermana Trinidad Trivalto,que al llegar en el libro de puericultura al parto y la concepción,nos cerró el libro,esa misma hermana volvió con los años y dio clases de educación sexual en el 60,yo la veía con los ojos abiertos sin terminar de creerlo.
Ana María rescata aquellos años en que las profesoras acompañaban a las alumnas al picnic del día del estudiante ibamos a la estancia de la familia Juárez en el cerro La Bachicha,en la ciudad de Balcarce,algo que para nosotros era toda una aventura,cuenta.Los primeros bailes de egresadas se realizaban en el Club Mar del Plata.El grupo de Ana María prefirió conocer la nieve de Bariloche.
Elegimos viajar con tres profesores,pero como no pudieron ir todas con el dinero que sobró hicimos un baile de traje de calle en el Pigeon frente al Torreón.
Por su lado,Anabela Pagni egresó con la promoción de 1972.Pertenece a una familia de cuarta generación en Mar del Plata y le gusta contar una anécdota: mi bisabuelo,con cajones de manzana,ayudó a hacer uno de los altares del colegio. Está casada y tiene dos hijos,de 18 y 8 años de edad.Es productora de televisión y su cara es muy conocida por su labor en la pantalla chica y en la organización de desfiles de moda.
Los recuerdos de Anabella alcanzan a reflejar el espíritu de las religiosas con su tiempo: cuando hicimos la fiesta de 15 la hermana Crucifijo se puso a bailar tango ante el asombro de todas las alumnas. Era divina en ese año creo que Estudiantes (de La Plata) salió campeón del mundo y ella se lanzó al patio con un cartel de estudiante a festejar a los saltos.
Anabella dice que el varón fue uno de los grandes cambios en el colegio.Recuerdo que venían del industrial los chicos a gritar y nosotras colgadas de los barrotes nos asomábamos en un hecho insólito pero divertido.Creo que este colegio tiene una particularidad: dedicarse a la parte humanística.Las mujeres egresadas tienen que ver con lo cultural,la justicia o la política.
Los recuerdos se suman uno tras otro conformando una interminable lista de relatos variados.Vivencias que tal vez se repiten en otros lugares. Sólo una impronta las hace peculiares: sus protagonistas continúan ineludiblemente arraigadas al colegio que las vio crecer,acunadas por los afanes de las hermanas del huerto.Los encuentros de las ex–alumnas se repiten en las obras esparcidas por todo el mundo,en el mes de agosto un encuentro internacional las convocó en Paraná,cosechando muchas historias más.
Las Hermanas hijas de María Santísima del Huerto realizan su labor evangelizadora en la comunidad marplatense desde 1901.fueron convocadas por el fundador de la ciudad,Don Patricio Peralta Ramos,y comenzaron su labor educativa en el terreno lindero a la Capilla Santa Cecilia. Peralta Ramos la hizo construir en 1873 y la donó para establecer un colegio para niñas.
La misión educativa de las religiosas la estableció el sacerdote Antonio María Gianelli.En 1829 creó en Italia el Instituto de Hijas de María,para formar buenas maestras y directoras para niñas.Así nació la congregación.En 1856 las hermanas del huerto llegaron a América, haciéndose cargo del Hospital Rivadavia y la Casa Cuna de Buenos Aires, en 1859.En 1863 fundaron establecimientos educativos en Santa Fe, Rosario y otros 27 puntos del país.
Al comienzo el Instituto Santa Cecilia era exclusivo para chicas,hasta que años después los varones se sumaron en el Jardín de Infantes y luego pasaban al Instituto Peralta Ramos de los Hermanos Maristas.
Finalmente en 1993 los chicos se sumaron en todos los niveles, convirtiéndose en un colegio mixto.El sistema de pupilas funcionó desde el principio hasta que en las ciudades vecinas se crearon establecimientos educativos y dejó de cumplir sus objetivos.
Si bien el título docente se dejó de otorgar hace varios años,hoy es un colegio modelo.(fuente: Revista Toledo con Todos 9-2001)
Colegio Santa Cecilia: En la última década del siglo XIX,un grupo de personas,entre las cuales se destacaba Eduardo Peralta Ramos,había gestionado ante las Hermanas del Huerto que se fundara en la ciudad un colegio para niñas.Como resultado de la iniciativa,en noviembre de 1900 llegó a Mar del Plata la reverenda madre María Isabel Pedemonte con las cinco religiosas destinadas a la fundación de colegio,a fin de iniciar los preparativos necesarios para la apertura de las clases que comenzaron el 8 de febrero de 1901,fecha que es considerada la fundación del colegio.
Siguiendo con la costumbre de la congregación,el establecimiento fue denominado Nuestra Señora del Huerto,y funcionaba en una casa alquilada,en la cual también vivían las hermanas,ubicada en La Rioja y 9 de Julio,mientras se realizaba la construcción de la sede definitiva. Este era,entonces,el primer colegio católico de Mar del Plata.
Los esposos Jacinto Peralta Ramos y Matilde Martínez Bayá donaron la capilla Santa Cecilia,la casa parroquial y el terreno para la edificación del colegio a la Asociación Civil Instituto de las Hijas de María de Nuestra Señora del Huerto,el 27 de septiembre de 1902.Todo el patrimonio objeto de la donación se encontraba en la manzana delimitada por las calles Córdoba,Santiago del Estero,Tres de Febrero y Nueve de Julio.Las condiciones de la donación eran las siguientes:
1) Las Hermanas debían ocuparse del cuidado y conservación de la capilla.
2) Establecer un colegio que se denominará Santa Cecilia,en los terrenos que son donados.
El 4 de abril de 1903,terminado ya el edificio,las Hermanas se trasladaron allí,tomando el establecimiento educativo el nombre de Santa Cecilia.Jacinto Peralta Ramos siguió protegiendo la obra y por eso en 1911 costeó la instalación de la luz eléctrica en todo el edificio.Eduardo Peralta Ramos,que fue sepultado en la capilla,hizo colocar el friso de mármol,el cielo raso de yeso y junto con su hermana Cecilia Peralta Ramos de Lestache hicieron levantar en 1914 tres salones,galería y escalinata de mármol para dictar clases gratuitas, todo ello sobre la calle Córdoba,con lo cual el edificio llegó hasta la esquina de Nueve de Julio.
La Escuela Primaria del Colegio Santa Cecilia se inició en el primer edificio con una inscripción de 50 alumnas.En 1922 se incorpora a la enseñanza oficial,dependiendo desde entonces del Consejo General de Educación de la Provincia de Buenos Aires.Más adelante se abrió también el jardín de infantes.La Escuela Normal.El gran deseo de las autoridades del Colegio era que en Santa Cecilia se formasen maestras católicas.Por eso,la Hermana Directora solicitó la autorización al ministerio de Justicia e Instrucción Pública de la Nación,la cual fue concedida el 27 de febrero de 1937.La Escuela Normal del Instituto Santa Cecilia comenzó a funcionar con 52 alumnas en primer año solamente,luego,en los años sucesivos,se agregaron los otros tres,la carrera de maestra normal era en ese entonces de cuatro años.De modo que las primeras maestras católicas de la ciudad egresaron en 1940.
El Instituto quedó incorporado a la Escuela Normal de Profesores Nro. 1 de la Capital Federal,y posteriormente a la Escuela Normal de Dolores, de donde se recibían las instrucciones y ante cuyos profesores se rendían los exámenes definitivos.
En 1938 se constituyó el Círculo interno de Acción Católica Pío XI,con el asesoramiento del capellán y de una religiosa.Las socias se consagraron a las obras de apostolado: bautismos de jóvenes y niñas, primeras comuniones,bendición de hogares,enseñanza de catecismo,misa dominical, comunión pascual.Las egresadas se incorporaban a los respectivos círculos parroquiales.
La asociación de ex alumnas realizaban múltiples tareas: taller que confeccionaba ropa para las alumnas más necesitadas o para enviar al hospital, creación de becas para las alumnas que no podían solventar las cuotas.(fuente:Gerardo Celemín)
A mi entender digno de todo elogio, sin distinción de credos o exención de los mismos. Invalorable aporte a la cultura de una comunidad y por ende a la nacional. Gracias
Don Jacinto Peralta Ramos,patrióticamente inspirado,queriendo perpetuar la memoria de su padre en MdP,resolvió habilitar un establecimiento educacional modelo,para que la juventud marplatense bendijera su nombre al cálido influjo de la educación cristina.Donó la manzana de tierra y contribuyó para que se levantara el Instituto Peralta Ramos.Doña Cecilia Peralta Ramos de Lestache,hermana de de Jacinto,alma de profunda piedad y delicadeza,que había sido,después de la muerte de su señora madre,el angel tutelar del fundador de MdP y de sus familiares,construyó por su cuenta la Capilla anexa al Colegio y la puso bajo la advocación de San Patricio,como recuerdo de su noble padre.(fuente:Roberto T.Barili)
que casualidad, ahi esta mi madre.