“Comité del Partido Socialista Democràtico. De izq a derecha: Sra Holgado, Celina Martinez de Gonzalez Rivero ( mi abuela), Amèrico Ghioldi y Teodoro Bronzini. Aprox 1958”. Carlos Valentín González Rivero.
La Moral de la Constitución
Juan B. Justo y la Crítica Social
1933
Juan B. Justo
1934
Jornadas Laicas
1939
Síntesis de la Posición Política del Socialismo Democrático
1942
Oportunidad de Formación Profesional para los Jóvenes
1944
Sarmiento. Fundador de la Escuela Popular
Bases de la Pedagogía Constitucional
1945
Palabras a la Nación
1946
El Socialismo en la Evolución Nacional
Alpargatas y Libros en la Historia Argentina
Dos Fechas 4 de Junio – 24 de Febrero
1948
La Situación Económica (1948)
1950
Marxismo, Socialismo, Izquierdismo, Comunismo y la Realidad Argentina de Hoy
Historia Crítica de la Revolución del 43
Actualidad de Juan B. Justo
1951
Conciencia Obrera y Fracaso Peronista
1953
La Argentina Tiene Miedo
1956
Cayó la Dictadura ¿ahora qué? De la Tiranía a la Democracia Social
1957
Más allá de la Revolución
1958
Sarmiento en las Crisis Argentinas
1962
El Mito de Eva Duarte
1965
Cambios de Estructura e Inteligencia Argentina
1967
Ejército y Política. El Golpe del 28 de Junio de 1966
1970
Desarrollo económico y política institucional
Una incómoda referencia en la historia del socialismo
La figura de Américo Ghioldi (1899- 1984) se nos recorta a partir de tres registros interconectados:
La retórica política, las historias partidarias, la historia de las ideologías.
En la retórica política contemporánea, Ghioldi aparece como el arquetipo de la intolerancia e incomprensión del antiguo Partido Socialista Argentino frente a la irrupción del peronismo. Sus juicios sobre los fusilamientos de junio de 1956, se imprimieron con fuerza en una tradición peronista que se forjaría bajo la fórmula de la resistencia. Su derrotero público en la segunda mitad del siglo XX, avaló el negativo juicio que actualmente pesa sobre su figura, pues no sólo ofreció ambigüedad ante la “Revolución Argentina” de 1961 sino que, durante su vejez, participó del último gobierno militar ocupando el cargo de Embajador en Portugal. Si nos referimos a la historia partidaria de las izquierdas, con anterioridad a que tal singular itinerario se completara, había sido el propio Partido Socialista quien desde la escisión de 1958, prescindió del perdurable liderazgo intelectual de Ghioldi. La estrategia argumental de quienes pasaron a integrar el naciente Partido Socialista Argentino, consistió en presentar a la intervención de aquél como una desviación de las tareas eminentemente socialistas de un partido nacido para la defensa de los trabajadores. Para otras fuerzas, por el contrario, el ghioldismo venía a resultar una suerte de coronación, o rigurosa aplicación, del ideario de Juan B. Justo. Sea como socialismo evolutivo, liberal y bernsteiniano ,para la nueva izquierda, o como cipayismo librecambista y antipopular, para la izquierda nacional, se tomó de alguna manera a Ghioldi ,al pie de la letra, pues sólo se invirtió su valoración de la tradición: Ghioldismo era igual a Justismo. Cuando a mediados de los años ochenta José Aricó reinterpretó la obra de Juan B. Justo en términos de un marxismo heterodoxo, pluralista y democrático para la Argentina del Centenario, la figura de Américo Ghioldi no fue incluida en el nuevo canon socialdemócrata argentino.Tal ausencia, necesaria para toda renovación doctrinaria e ideológica, deja no obstante en pie el problema de la conformación de una identidad cerradamente antiperonista y problemáticamente liberal al interior del socialismo argentino. Finalmente, en la historia conceptual de las ideologías políticas, la matriz interpretativa que más se ha afirmado es la que analiza la expresión ideológica oficial del Partido Socialista ,las editoriales de Américo Ghioldi en La Vanguardia son la fuente privilegiada, como reconversión de una posición antifascista en una más específica antiperonista. En tal sentido, afirma Andrés Bisso que la identidad antifascista constituyó en los años de la Segunda Guerra una auténtica prenda de unidad doctrinaria y diferenciación para el Partido Socialista, mostrando dramáticamente sus límites para los años de gobierno peronista. Carlos Miguel Herrera8 propone que entre 1943 y 1946, Ghioldi gesta una matriz conceptual perdurable: piensa al peronismo excluyentemente como aplicación criolla del fascismo y del totalitarismo. La denomina: hipótesis Ghioldi, parafraseando a José Aricó y su hipótesis Justo. Javier Burdman, releyendo las editoriales de Ghioldi entre 1943 y 1945, encuentra el despliegue de al menos tres operaciones: la renuncia a la representación proletaria; el recurso a la idealidad de las luchas sociales; el consecuente desdoblamiento de la justicia social “efectiva” entre una válida y otra inaceptable.
Para el primero y segundo registro discursivo, el Justismo de Ghioldi aparece como probado por su apelación estratégica y su recepción privilegiada del legado de Justo. Una lectura en clave de historia intelectual, debe interrogarse por las específicas operaciones retóricas por las cuales el autor produce efectos de tradición en la validación de sus intervenciones. La tradición de socialismo liberal, de la que Ghioldi se presenta como heredero, ofrece una construcción conceptual e historiográfica no reductible a la serie de acciones partidarias. Analizaremos aquí dos dimensiones de tal intervención: la construcción socialista de una tradición liberal argentina, y la apelación a un vínculo entre pedagogía y política, como clave de tal continuidad.
Paradigmas éticos del socialismo reformista:
Fue Américo Ghioldi un hombre de partido: desde 1917, hasta su muerte en 1985, integra las filas del socialismo bajo diversas nomenclaturas. De origen poco acomodado, egresa tempranamente como docente de nivel medio: es Profesor Normal de Ciencias desde 1920. Rápidamente encuentra su lugar en el PS: su rol principal es como editor y luego director del periódico La Vanguardia. Articulista de renombre, publica una cantidad muy importante de libros, inicialmente sobre temas de educación y pedagogía, para volcarse luego a la labor de opinión sobre problemas políticos argentinos e internacionales. Pedagogía y política son así, terrenalmente, sus dos profesiones. Entre 1925 y 1930, ejerce como Concejal en la Ciudad de Buenos Aires, y entre 1936 y 1943, como Diputado Nacional por ese distrito. Su extensa obra de publicaciones,se distribuye sobre todo en el período 1930-1955, cuando se editan la mayoría de sus libros. Varios de ellos son publicados primeramente como artículos periodísticos o folletines, para luego llegar compilados al volumen. Más allá de eso, importa recalcar lo que señala Altamirano: en calidad y en cantidad, Ghioldi es uno de los más relevantes intelectuales antiperonistas y su figura es clave para pensar el deslinde desde el antifascismo hacia el antiperonismo. En tal sentido, el inicio de la Segunda Guerra Mundial lo encuentra dispuesto a exponer la tarea del Partido Socialista en tiempos de crisis de las democracias liberales. Es en la propia Europa donde este giro del socialismo reformista hacia el liberalismo se explicita, y puede reconocerse cómo Ghioldi toma de los diversos escenarios del antifascismo socialista varios ejes teóricos. Atraído por el laborismo inglés, le resulta ejemplar la intervención de un intelectual socialista como Harold Laski en el fundamentación ética de un modelo de Estado de Bienestar Democrático. Del socialismo francés ,además de la intención de replicar el concepto de Frente Popular, toma su orientación jauresiana, que de hecho influía en nuestro medio tras la muerte de Jean Jaurès en 1914, y sobre todo desde la renovación filosófica ejercida por Alejandro Korn. El filósofo platense, es clave en el cambio argumental que sufre el pensamiento socialista entre 1916 y 1936. Si el socialismo de Juan B. Justo refiere a una teoría biológica de la historia, el universo del antipositivismo busca prescindir del modelo de socialismo objetivista-economicista, para orientar su fundamentación hacia teorías idealistas de la historia. Tal ajuste, sincera el dualismo constitutivo del socialismo justiano:
Pues no se postula una garantía cientificista del advenimiento de la sociedad de libre cooperación, sino que se reposiciona al socialismo como un ideal regulativo. Korn representa un giro, más filosófico que doctrinario, hacia el socialismo ético, exhibiendo, no obstante, tal adecuación en un sentido de continuidad y tradición:
Pues describe a Justo ya como un representante de dicha variante de socialismo. Socialista tardío, es el Maestro Filosófico de la generación de jóvenes que hacen el tránsito del reformismo universitario hacia el PS luego del golpe de 1930. Su influencia sobre Ghioldi ,refractario a las expectativas de máxima del reformismo universitario, es palpable a nivel conceptual, referencial e incluso personal:
Delfina Varela Domínguez, esposa del dirigente, integra el grupo de los más cercanos colaboradores académicos de Alejandro Korn. La tercera influencia teórica, refiere al ámbito italiano: de Benedetto Croce, toma el concepto de historia como aventura de la Libertad. No se trata de presentar la historia como un despliegue de la libertad hacia el final de los tiempos; tampoco de pensar su ineficacia frente al éxito de modelos de acción irracionalistas. La noción de aventura y de hazaña, implica la necesidad ética, pero justamente no óntica, de la encarnación del ideal de la libertad como fundamento de la lucha por su realización. Las fuerzas que encarnan la libertad son las progresistas, pero su triunfo no está garantizado:
Gestar su triunfo constituye un acto creativo y libre. Así, Planismo democrático, Socialismo ético y Libertad Creadora, son las rápidas coordenadas de este cuadro de afinidades.
Magisterio socialista y continuidad liberal:
Provisto de este bagaje filosófico, Ghioldi se considera listo para adecuar el socialismo argentino a la crisis de su tiempo. En sus obras, encontramos referencias permanentes a Laski, Croce, León Blum y a Jean Jaurès. No obstante, debe atenderse a la economía argumental de tales usos, combinados en rigor con otros. Pues Ghioldi apela a la autoridad intelectual de aquellos referentes europeos, tanto como a la selección de una tradición argentina, en la que buscará hacer confluir socialismo y liberalismo. De hecho, si Juan B. Justo deplora tanto la incumbencia de la filosofía como la adopción de un ilusorio pacificismo ético como nueva bandera socialista, fueron necesarias varias torsiones argumentales para llegar a la supuesta autoconsciencia liberal del socialismo. En Ghioldi, el modo de nivelar las rupturas argumentales es través de la figura del magisterio socialista. Justo, era para Korn un Maestro del pueblo argentino. Ambos lo son para Ghioldi, pero de un modo equivalente al que lo son también Rivadavia, Sarmiento, Mitre y aun Roque Sáenz Peña.
Postula, así, una línea intelectual de constancia liberal, cuestión difícilmente asumida por el socialismo del Centenario. Pese a compartir, con el ala liberal del régimen conservador, los marcos de un reformismo social, en Justo ,y mucho más en aquellos situados a la izquierda de su pensamiento, el liberalismo decimonónico constituía un legado más asimilado que reivindicable:
Quizá por su necesidad de constituirse, retóricamente, como una fuerza absolutamente singular.
En Ghioldi, se registra una afirmación distinta:
El socialismo es un despliegue necesario del republicanismo, como en Jean Jaurès. Su argumento sobre el socialismo liberal ,la doctrina que postula la coincidencia de fines entre la filosofía política liberal y el socialismo como movimiento de reivindicaciones progresivas,no es abstracto sino histórico:
Busca establecer su linaje en la Historia Argentina, y a la vez inscribir al socialismo reformista en el lugar más alto y puro de aquél. Se trata así de una operación genealógica, de construcción de una tradición. Tal operación se apoya en un hilo conductor trascendente: la pedagogía del pueblo argentino. El Pueblo, es el protagonista de las hazañas de la Libertad, y es él quien conduce al país con potencia creadora a través de las crisis. Pero en dicha construcción ideal del sujeto de la historia, la operatividad oscila entre tal potencia popular y el protagonismo más tangible de las minorías creadoras. El rol de un Partido Socialista ,más relevante en su actividad cultural que en su efectiva cosecha de voluntades, busca reorientarse en tal perspectiva. Para ello, se ha tenido que inscribir su doctrina en los términos de una filosofía de la historia antipositivista. Dicha operación, como contrapartida, redunda en la pérdida de un bastión clave del socialismo reformista. Si el socialismo en Justo era la acción que pugnaba por incrementar constantemente el bienestar cuantificable de la población, en Ghioldi será primordialmente otra cosa:
La conciencia de la Historia Argentina de la Libertad y la guía del sujeto de la misma, el pueblo. El deslizamiento desde una población como objeto, hacia un pueblo como sujeto, no implica un aumento del protagonismo de las mayorías:
Más bien indica, como afirma Burdman, el viraje desde una postura representativa hacia una educativa. El interlocutor anónimo y abstracto de la fuerza política, no es quien manifiesta su adhesión a legar su mandato,sino un colectivo que, al afirmar su autonomía política, adquiere una mayoría de edad, no ya económica sino moral.
Resolución pedagógica de la política, y la pedagogía como respuesta política-
Hacia 1943,con la Revolución de junio y con la Guerra Mundial en desarrollo,Ghioldi y Perón ocupan los polos de un mismo espacio discursivo.Dos modos de concebir la política, en torno a la relación entre psicología de las masas y estado. Por un lado, ambos coinciden en un diagnóstico espiritualista:
Propone Ghioldi que la crisis de este tiempo no es económico,objetiva, sino más bien político-moral. La revolución del ’43, habría sido un intento de superación, pero que prontamente habría de fracasar por su orientación retrógrada. Considera, Ghioldi, que el pueblo argentino se ha sumido progresivamente en un estado de confusión desde la década del ’20, fomentado por la reacción de élites tradicionalistas e irracionalistas. Los problemas objetivos de esta crisis espiritual, se ejemplifican en el preocupante deambular de la juventud: afirma en un anteproyecto parlamentario de 1941, que más del sesenta por ciento de los adolescentes no estudia ni trabaja. Es éste el campo de aplicación del totalitarismo:
Hitler Jugend y ragazzi di Mussolini. Opone, en torno al problema, dos modelos de acción: la Técnica de Conducción totalitaria y la Pedagogía de la Libertad. El primero se vale del conocimiento de los resortes psicológicos de la acción juvenil ,la propensión a la acción grupal, necesidad de líderes, movilización por fines corporales para sustraer sus personalidades en germen para fines dictatoriales. El segundo, propone un penoso pero noble camino de conformación personal. Aquí, el maestro ejemplifica con su propia vida, ya que muestra y enuncia el camino pero no lo transita por el otro: deja que el alumno sufra el duro precio de sus errores. El resultado final, bastará el esfuerzo: habrá adquirido la madurez personal, fortalecido en sus metas y principios.
La Pedagogía de la Libertad ghioldiana apela, utilizando consignas de Laski y Croce, a una suerte de religión laica de la Libertad. Si este ideal ha guiado la historia de los pueblos, lo ha sido tomando carnadura objetiva. La Constitución es para Ghioldi el hito de nuestra historia: ella condensaría la vida y el pensamiento de la nación. La pedagogía de la Constitución, consiste en auscultar los principios que la sostienen, y a la vez los valores que engendra y garantiza. Actuar guiados por la moral constitucional es la guía espiritualista para salir de la larga crisis con una democracia fortalecida. Educar a los jóvenes en esta moral, es la tarea que se propone un Ghioldi que, hacia 1945, todavía cree que la salida del gobierno revolucionario ,esto es, los comicios de febrero de 1946, redundará en el triunfo de la posición política que él aspira a encarnar en términos discursivos.
La victoria peronista de 1946, implicó un duro golpe a las aspiraciones políticas socialistas: pero lejos de generar una revisión de sus esquemas comprensivos de la relación sociedad-poder en la coyuntura nacional, supuso una radicalización de lo que Herrera denomina “la hipótesis Ghioldi”. Se impugnará por vicios éticos a las efectivas consecuencias de la aplicación de un modelo de Estado de Bienestar:
Calificadas como prendas de fortalecimiento de la tiranía, interpretará a las mejoras cuantificables, como estímulos a la dimensión meramente animal de la población. Por el otro, tramitará el lugar cada más vez alejado del socialismo respecto a las mayorías, como la deriva de un gran error del pueblo. La dolorosa salida que prevé para el peronismo ,en su explícita y temprana convocatoria hacia el golpe de Estado, la ubicará a la vez en esta matriz político-pedagógica. La sangre derramada servirá en su interpretación de sano y educador ejemplo.(Fuente:Manuel Viana)
Lo que se publica sobre la biografía de Américo Ghioldi en diversos sitios de internet:
Américo Ghioldi nació el 23 de mayo de 1899 en Buenos Aires,y falleció en marzo de 1985, fue un político socialista y maestro argentino. Era hermano de los dirigentes comunistas Rodolfo y Américo Ghioldi.
El profesor Américo Antonio Ghioldi era un excelente orador, y un ferviente defensor de la libertad de expresión. Fue cuestionado sobre el final de su vida por haber sido funcionario durante la dictadura militar del 1976. Encabezó el Partido Socialista Democrático durante la división del socialismo.
En vida de su fundador Juan B. Justo fue designado por el Partido Socialista director del diario La Vanguardia en 1927, cuando tenía Ghioldi 28 años.
Fue concejal porteño en la elección de 1931 y diputado nacional en las elecciones de 1938 y 1942.
Decidió partir al exilio en Montevideo durante el gobierno peronista, luego de ser encarcelado varias veces, al igual que muchos compañeros de su partido, como el Dr. Alfredo Palacios.
Ghioldi tiene muchos detractores y se debe fundamentalmente al hecho de haber sido un político antiperonista, esto explica algunas decisiones de orden político que tomó a partir de los años 50, en la que se destaca su respaldo al fusilamiento de obreros y militares peronistas sublevados en junio de 1956. En ese contexto Americo Ghioldi respaldó al gobierno militar afirmando que “se ha acabado la leche de la clemencia”.
En 1957 fue convencional constituyente que realizó la Reforma Constitucional de 1957.
En 1958 fue protagonista de la división del Partido Socialista de Argentina. Ghioldi encabezó la fracción que se organizó como Partido Socialista Democrático.
En 1963 fue elegido nuevamente diputado nacional por la Capital Federal.
Fue designado como miembro de número de la Academia Nacional de Educación. Participó en la Confederación Nacional de Maestros. Fue profesor en las Universidades de Buenos Aires y La Plata.
En 1976, apoyó la dictadura militar llamada Proceso de Reorganización Nacional (1976-1983) y aceptó la designación como embajador en Portugal. Cabe decir que, luego, fue el primero de los políticos conocidos que pidió regresar a la democracia en un discurso en el Hotel Savoy de Buenos Aires en marzo de 1977 donde dijo: “El proceso está terminado, los militares deben volver a los cuarteles”.
Murió en una situación económica no acorde a su profesión, sin muchos lujos.
El encarcelamimento de Ghioldi durante el gobierno peronista habrá sido porque tenían algún brujo que adivinaba lo que el profesor haría en el 76?. Lopez Rega ( el que inaguró el terrorismo de estado en la Argentina) ,ya era el consejero predilecto del General??
en sus libros de Memorias, cuenta don Nicolás Repetto q fue Ghioldi el primero en presentar un plan universal de pensiones mínimas para la vejez en la Argentina, allá por 1935: todo varón mayor de 60 y toda mujer mayoir de 55 q hubiera residido 30 años en el país, cobraría 60$ mensuiales, es decir unos 500 U$S de hoy, unos 3.500 $ de hoy.
Publicaciones de Américo Ghioldi:
La Moral de la Constitución
Juan B. Justo y la Crítica Social
1933
Juan B. Justo
1934
Jornadas Laicas
1939
Síntesis de la Posición Política del Socialismo Democrático
1942
Oportunidad de Formación Profesional para los Jóvenes
1944
Sarmiento. Fundador de la Escuela Popular
Bases de la Pedagogía Constitucional
1945
Palabras a la Nación
1946
El Socialismo en la Evolución Nacional
Alpargatas y Libros en la Historia Argentina
Dos Fechas 4 de Junio – 24 de Febrero
1948
La Situación Económica (1948)
1950
Marxismo, Socialismo, Izquierdismo, Comunismo y la Realidad Argentina de Hoy
Historia Crítica de la Revolución del 43
Actualidad de Juan B. Justo
1951
Conciencia Obrera y Fracaso Peronista
1953
La Argentina Tiene Miedo
1956
Cayó la Dictadura ¿ahora qué? De la Tiranía a la Democracia Social
1957
Más allá de la Revolución
1958
Sarmiento en las Crisis Argentinas
1962
El Mito de Eva Duarte
1965
Cambios de Estructura e Inteligencia Argentina
1967
Ejército y Política. El Golpe del 28 de Junio de 1966
1970
Desarrollo económico y política institucional
Américo Ghioldi:
Una incómoda referencia en la historia del socialismo
La figura de Américo Ghioldi (1899- 1984) se nos recorta a partir de tres registros interconectados:
La retórica política, las historias partidarias, la historia de las ideologías.
En la retórica política contemporánea, Ghioldi aparece como el arquetipo de la intolerancia e incomprensión del antiguo Partido Socialista Argentino frente a la irrupción del peronismo. Sus juicios sobre los fusilamientos de junio de 1956, se imprimieron con fuerza en una tradición peronista que se forjaría bajo la fórmula de la resistencia. Su derrotero público en la segunda mitad del siglo XX, avaló el negativo juicio que actualmente pesa sobre su figura, pues no sólo ofreció ambigüedad ante la “Revolución Argentina” de 1961 sino que, durante su vejez, participó del último gobierno militar ocupando el cargo de Embajador en Portugal. Si nos referimos a la historia partidaria de las izquierdas, con anterioridad a que tal singular itinerario se completara, había sido el propio Partido Socialista quien desde la escisión de 1958, prescindió del perdurable liderazgo intelectual de Ghioldi. La estrategia argumental de quienes pasaron a integrar el naciente Partido Socialista Argentino, consistió en presentar a la intervención de aquél como una desviación de las tareas eminentemente socialistas de un partido nacido para la defensa de los trabajadores. Para otras fuerzas, por el contrario, el ghioldismo venía a resultar una suerte de coronación, o rigurosa aplicación, del ideario de Juan B. Justo. Sea como socialismo evolutivo, liberal y bernsteiniano ,para la nueva izquierda, o como cipayismo librecambista y antipopular, para la izquierda nacional, se tomó de alguna manera a Ghioldi ,al pie de la letra, pues sólo se invirtió su valoración de la tradición: Ghioldismo era igual a Justismo. Cuando a mediados de los años ochenta José Aricó reinterpretó la obra de Juan B. Justo en términos de un marxismo heterodoxo, pluralista y democrático para la Argentina del Centenario, la figura de Américo Ghioldi no fue incluida en el nuevo canon socialdemócrata argentino.Tal ausencia, necesaria para toda renovación doctrinaria e ideológica, deja no obstante en pie el problema de la conformación de una identidad cerradamente antiperonista y problemáticamente liberal al interior del socialismo argentino. Finalmente, en la historia conceptual de las ideologías políticas, la matriz interpretativa que más se ha afirmado es la que analiza la expresión ideológica oficial del Partido Socialista ,las editoriales de Américo Ghioldi en La Vanguardia son la fuente privilegiada, como reconversión de una posición antifascista en una más específica antiperonista. En tal sentido, afirma Andrés Bisso que la identidad antifascista constituyó en los años de la Segunda Guerra una auténtica prenda de unidad doctrinaria y diferenciación para el Partido Socialista, mostrando dramáticamente sus límites para los años de gobierno peronista. Carlos Miguel Herrera8 propone que entre 1943 y 1946, Ghioldi gesta una matriz conceptual perdurable: piensa al peronismo excluyentemente como aplicación criolla del fascismo y del totalitarismo. La denomina: hipótesis Ghioldi, parafraseando a José Aricó y su hipótesis Justo. Javier Burdman, releyendo las editoriales de Ghioldi entre 1943 y 1945, encuentra el despliegue de al menos tres operaciones: la renuncia a la representación proletaria; el recurso a la idealidad de las luchas sociales; el consecuente desdoblamiento de la justicia social “efectiva” entre una válida y otra inaceptable.
Para el primero y segundo registro discursivo, el Justismo de Ghioldi aparece como probado por su apelación estratégica y su recepción privilegiada del legado de Justo. Una lectura en clave de historia intelectual, debe interrogarse por las específicas operaciones retóricas por las cuales el autor produce efectos de tradición en la validación de sus intervenciones. La tradición de socialismo liberal, de la que Ghioldi se presenta como heredero, ofrece una construcción conceptual e historiográfica no reductible a la serie de acciones partidarias. Analizaremos aquí dos dimensiones de tal intervención: la construcción socialista de una tradición liberal argentina, y la apelación a un vínculo entre pedagogía y política, como clave de tal continuidad.
Paradigmas éticos del socialismo reformista:
Fue Américo Ghioldi un hombre de partido: desde 1917, hasta su muerte en 1985, integra las filas del socialismo bajo diversas nomenclaturas. De origen poco acomodado, egresa tempranamente como docente de nivel medio: es Profesor Normal de Ciencias desde 1920. Rápidamente encuentra su lugar en el PS: su rol principal es como editor y luego director del periódico La Vanguardia. Articulista de renombre, publica una cantidad muy importante de libros, inicialmente sobre temas de educación y pedagogía, para volcarse luego a la labor de opinión sobre problemas políticos argentinos e internacionales. Pedagogía y política son así, terrenalmente, sus dos profesiones. Entre 1925 y 1930, ejerce como Concejal en la Ciudad de Buenos Aires, y entre 1936 y 1943, como Diputado Nacional por ese distrito. Su extensa obra de publicaciones,se distribuye sobre todo en el período 1930-1955, cuando se editan la mayoría de sus libros. Varios de ellos son publicados primeramente como artículos periodísticos o folletines, para luego llegar compilados al volumen. Más allá de eso, importa recalcar lo que señala Altamirano: en calidad y en cantidad, Ghioldi es uno de los más relevantes intelectuales antiperonistas y su figura es clave para pensar el deslinde desde el antifascismo hacia el antiperonismo. En tal sentido, el inicio de la Segunda Guerra Mundial lo encuentra dispuesto a exponer la tarea del Partido Socialista en tiempos de crisis de las democracias liberales. Es en la propia Europa donde este giro del socialismo reformista hacia el liberalismo se explicita, y puede reconocerse cómo Ghioldi toma de los diversos escenarios del antifascismo socialista varios ejes teóricos. Atraído por el laborismo inglés, le resulta ejemplar la intervención de un intelectual socialista como Harold Laski en el fundamentación ética de un modelo de Estado de Bienestar Democrático. Del socialismo francés ,además de la intención de replicar el concepto de Frente Popular, toma su orientación jauresiana, que de hecho influía en nuestro medio tras la muerte de Jean Jaurès en 1914, y sobre todo desde la renovación filosófica ejercida por Alejandro Korn. El filósofo platense, es clave en el cambio argumental que sufre el pensamiento socialista entre 1916 y 1936. Si el socialismo de Juan B. Justo refiere a una teoría biológica de la historia, el universo del antipositivismo busca prescindir del modelo de socialismo objetivista-economicista, para orientar su fundamentación hacia teorías idealistas de la historia. Tal ajuste, sincera el dualismo constitutivo del socialismo justiano:
Pues no se postula una garantía cientificista del advenimiento de la sociedad de libre cooperación, sino que se reposiciona al socialismo como un ideal regulativo. Korn representa un giro, más filosófico que doctrinario, hacia el socialismo ético, exhibiendo, no obstante, tal adecuación en un sentido de continuidad y tradición:
Pues describe a Justo ya como un representante de dicha variante de socialismo. Socialista tardío, es el Maestro Filosófico de la generación de jóvenes que hacen el tránsito del reformismo universitario hacia el PS luego del golpe de 1930. Su influencia sobre Ghioldi ,refractario a las expectativas de máxima del reformismo universitario, es palpable a nivel conceptual, referencial e incluso personal:
Delfina Varela Domínguez, esposa del dirigente, integra el grupo de los más cercanos colaboradores académicos de Alejandro Korn. La tercera influencia teórica, refiere al ámbito italiano: de Benedetto Croce, toma el concepto de historia como aventura de la Libertad. No se trata de presentar la historia como un despliegue de la libertad hacia el final de los tiempos; tampoco de pensar su ineficacia frente al éxito de modelos de acción irracionalistas. La noción de aventura y de hazaña, implica la necesidad ética, pero justamente no óntica, de la encarnación del ideal de la libertad como fundamento de la lucha por su realización. Las fuerzas que encarnan la libertad son las progresistas, pero su triunfo no está garantizado:
Gestar su triunfo constituye un acto creativo y libre. Así, Planismo democrático, Socialismo ético y Libertad Creadora, son las rápidas coordenadas de este cuadro de afinidades.
Magisterio socialista y continuidad liberal:
Provisto de este bagaje filosófico, Ghioldi se considera listo para adecuar el socialismo argentino a la crisis de su tiempo. En sus obras, encontramos referencias permanentes a Laski, Croce, León Blum y a Jean Jaurès. No obstante, debe atenderse a la economía argumental de tales usos, combinados en rigor con otros. Pues Ghioldi apela a la autoridad intelectual de aquellos referentes europeos, tanto como a la selección de una tradición argentina, en la que buscará hacer confluir socialismo y liberalismo. De hecho, si Juan B. Justo deplora tanto la incumbencia de la filosofía como la adopción de un ilusorio pacificismo ético como nueva bandera socialista, fueron necesarias varias torsiones argumentales para llegar a la supuesta autoconsciencia liberal del socialismo. En Ghioldi, el modo de nivelar las rupturas argumentales es través de la figura del magisterio socialista. Justo, era para Korn un Maestro del pueblo argentino. Ambos lo son para Ghioldi, pero de un modo equivalente al que lo son también Rivadavia, Sarmiento, Mitre y aun Roque Sáenz Peña.
Postula, así, una línea intelectual de constancia liberal, cuestión difícilmente asumida por el socialismo del Centenario. Pese a compartir, con el ala liberal del régimen conservador, los marcos de un reformismo social, en Justo ,y mucho más en aquellos situados a la izquierda de su pensamiento, el liberalismo decimonónico constituía un legado más asimilado que reivindicable:
Quizá por su necesidad de constituirse, retóricamente, como una fuerza absolutamente singular.
En Ghioldi, se registra una afirmación distinta:
El socialismo es un despliegue necesario del republicanismo, como en Jean Jaurès. Su argumento sobre el socialismo liberal ,la doctrina que postula la coincidencia de fines entre la filosofía política liberal y el socialismo como movimiento de reivindicaciones progresivas,no es abstracto sino histórico:
Busca establecer su linaje en la Historia Argentina, y a la vez inscribir al socialismo reformista en el lugar más alto y puro de aquél. Se trata así de una operación genealógica, de construcción de una tradición. Tal operación se apoya en un hilo conductor trascendente: la pedagogía del pueblo argentino. El Pueblo, es el protagonista de las hazañas de la Libertad, y es él quien conduce al país con potencia creadora a través de las crisis. Pero en dicha construcción ideal del sujeto de la historia, la operatividad oscila entre tal potencia popular y el protagonismo más tangible de las minorías creadoras. El rol de un Partido Socialista ,más relevante en su actividad cultural que en su efectiva cosecha de voluntades, busca reorientarse en tal perspectiva. Para ello, se ha tenido que inscribir su doctrina en los términos de una filosofía de la historia antipositivista. Dicha operación, como contrapartida, redunda en la pérdida de un bastión clave del socialismo reformista. Si el socialismo en Justo era la acción que pugnaba por incrementar constantemente el bienestar cuantificable de la población, en Ghioldi será primordialmente otra cosa:
La conciencia de la Historia Argentina de la Libertad y la guía del sujeto de la misma, el pueblo. El deslizamiento desde una población como objeto, hacia un pueblo como sujeto, no implica un aumento del protagonismo de las mayorías:
Más bien indica, como afirma Burdman, el viraje desde una postura representativa hacia una educativa. El interlocutor anónimo y abstracto de la fuerza política, no es quien manifiesta su adhesión a legar su mandato,sino un colectivo que, al afirmar su autonomía política, adquiere una mayoría de edad, no ya económica sino moral.
Resolución pedagógica de la política, y la pedagogía como respuesta política-
Hacia 1943,con la Revolución de junio y con la Guerra Mundial en desarrollo,Ghioldi y Perón ocupan los polos de un mismo espacio discursivo.Dos modos de concebir la política, en torno a la relación entre psicología de las masas y estado. Por un lado, ambos coinciden en un diagnóstico espiritualista:
Propone Ghioldi que la crisis de este tiempo no es económico,objetiva, sino más bien político-moral. La revolución del ’43, habría sido un intento de superación, pero que prontamente habría de fracasar por su orientación retrógrada. Considera, Ghioldi, que el pueblo argentino se ha sumido progresivamente en un estado de confusión desde la década del ’20, fomentado por la reacción de élites tradicionalistas e irracionalistas. Los problemas objetivos de esta crisis espiritual, se ejemplifican en el preocupante deambular de la juventud: afirma en un anteproyecto parlamentario de 1941, que más del sesenta por ciento de los adolescentes no estudia ni trabaja. Es éste el campo de aplicación del totalitarismo:
Hitler Jugend y ragazzi di Mussolini. Opone, en torno al problema, dos modelos de acción: la Técnica de Conducción totalitaria y la Pedagogía de la Libertad. El primero se vale del conocimiento de los resortes psicológicos de la acción juvenil ,la propensión a la acción grupal, necesidad de líderes, movilización por fines corporales para sustraer sus personalidades en germen para fines dictatoriales. El segundo, propone un penoso pero noble camino de conformación personal. Aquí, el maestro ejemplifica con su propia vida, ya que muestra y enuncia el camino pero no lo transita por el otro: deja que el alumno sufra el duro precio de sus errores. El resultado final, bastará el esfuerzo: habrá adquirido la madurez personal, fortalecido en sus metas y principios.
La Pedagogía de la Libertad ghioldiana apela, utilizando consignas de Laski y Croce, a una suerte de religión laica de la Libertad. Si este ideal ha guiado la historia de los pueblos, lo ha sido tomando carnadura objetiva. La Constitución es para Ghioldi el hito de nuestra historia: ella condensaría la vida y el pensamiento de la nación. La pedagogía de la Constitución, consiste en auscultar los principios que la sostienen, y a la vez los valores que engendra y garantiza. Actuar guiados por la moral constitucional es la guía espiritualista para salir de la larga crisis con una democracia fortalecida. Educar a los jóvenes en esta moral, es la tarea que se propone un Ghioldi que, hacia 1945, todavía cree que la salida del gobierno revolucionario ,esto es, los comicios de febrero de 1946, redundará en el triunfo de la posición política que él aspira a encarnar en términos discursivos.
La victoria peronista de 1946, implicó un duro golpe a las aspiraciones políticas socialistas: pero lejos de generar una revisión de sus esquemas comprensivos de la relación sociedad-poder en la coyuntura nacional, supuso una radicalización de lo que Herrera denomina “la hipótesis Ghioldi”. Se impugnará por vicios éticos a las efectivas consecuencias de la aplicación de un modelo de Estado de Bienestar:
Calificadas como prendas de fortalecimiento de la tiranía, interpretará a las mejoras cuantificables, como estímulos a la dimensión meramente animal de la población. Por el otro, tramitará el lugar cada más vez alejado del socialismo respecto a las mayorías, como la deriva de un gran error del pueblo. La dolorosa salida que prevé para el peronismo ,en su explícita y temprana convocatoria hacia el golpe de Estado, la ubicará a la vez en esta matriz político-pedagógica. La sangre derramada servirá en su interpretación de sano y educador ejemplo.(Fuente:Manuel Viana)
Lo que se publica sobre la biografía de Américo Ghioldi en diversos sitios de internet:
Américo Ghioldi nació el 23 de mayo de 1899 en Buenos Aires,y falleció en marzo de 1985, fue un político socialista y maestro argentino. Era hermano de los dirigentes comunistas Rodolfo y Américo Ghioldi.
El profesor Américo Antonio Ghioldi era un excelente orador, y un ferviente defensor de la libertad de expresión. Fue cuestionado sobre el final de su vida por haber sido funcionario durante la dictadura militar del 1976. Encabezó el Partido Socialista Democrático durante la división del socialismo.
En vida de su fundador Juan B. Justo fue designado por el Partido Socialista director del diario La Vanguardia en 1927, cuando tenía Ghioldi 28 años.
Fue concejal porteño en la elección de 1931 y diputado nacional en las elecciones de 1938 y 1942.
Decidió partir al exilio en Montevideo durante el gobierno peronista, luego de ser encarcelado varias veces, al igual que muchos compañeros de su partido, como el Dr. Alfredo Palacios.
Ghioldi tiene muchos detractores y se debe fundamentalmente al hecho de haber sido un político antiperonista, esto explica algunas decisiones de orden político que tomó a partir de los años 50, en la que se destaca su respaldo al fusilamiento de obreros y militares peronistas sublevados en junio de 1956. En ese contexto Americo Ghioldi respaldó al gobierno militar afirmando que “se ha acabado la leche de la clemencia”.
En 1957 fue convencional constituyente que realizó la Reforma Constitucional de 1957.
En 1958 fue protagonista de la división del Partido Socialista de Argentina. Ghioldi encabezó la fracción que se organizó como Partido Socialista Democrático.
En 1963 fue elegido nuevamente diputado nacional por la Capital Federal.
Fue designado como miembro de número de la Academia Nacional de Educación. Participó en la Confederación Nacional de Maestros. Fue profesor en las Universidades de Buenos Aires y La Plata.
En 1976, apoyó la dictadura militar llamada Proceso de Reorganización Nacional (1976-1983) y aceptó la designación como embajador en Portugal. Cabe decir que, luego, fue el primero de los políticos conocidos que pidió regresar a la democracia en un discurso en el Hotel Savoy de Buenos Aires en marzo de 1977 donde dijo: “El proceso está terminado, los militares deben volver a los cuarteles”.
Murió en una situación económica no acorde a su profesión, sin muchos lujos.
El encarcelamimento de Ghioldi durante el gobierno peronista habrá sido porque tenían algún brujo que adivinaba lo que el profesor haría en el 76?. Lopez Rega ( el que inaguró el terrorismo de estado en la Argentina) ,ya era el consejero predilecto del General??
en sus libros de Memorias, cuenta don Nicolás Repetto q fue Ghioldi el primero en presentar un plan universal de pensiones mínimas para la vejez en la Argentina, allá por 1935: todo varón mayor de 60 y toda mujer mayoir de 55 q hubiera residido 30 años en el país, cobraría 60$ mensuiales, es decir unos 500 U$S de hoy, unos 3.500 $ de hoy.