Lo aseguró la titular del Círculo de Educadores local. Reconoció que se pueden seguir protocolos para la vuelta a clases presenciales aunque reducidas.
BALCARCE (Corresponsal).- La secretaria general del Círculo de Educadores, María de los Ángeles Rodríguez, no tuvo dudas en afirmar que ediliciamente los establecimientos educativos de la ciudad se encuentran aptos para la vuelta a clases presenciales. Esto teniendo en cuenta que el Gobierno Nacional analiza las diferentes alternativas para que al menos los alumnos del último año del primario y del secundario puedan retornar a las aulas en grupos y bajo estrictos protocolos.
La dirigente sindical hizo hincapié en que “las clases serían con jornada reducida y para determinados grupos” y destacó que en caso de ser necesario “se podrían utilizar los espacios públicos que se encuentran cerca de las escuelas”.
Rodríguez sostuvo que “con los recaudos necesarios podrían regresar las clases” en los más de 110 servicios educativos que se brindan en el distrito, tanto en lo que tiene que ver con la ciudad cabecera como las localidades y parajes del partido.
Consideró que en el marco de la situación por la pandemia “esta nueva educación tendría que contemplar el cuidado del alumnado, los docentes y directivos, los auxiliares y hasta de las familias. Y el Estado tendría que brindar las herramientas necesarias para poder cumplir con las normas de seguridad e higiene”.
La titular del gremio hizo hincapié en el tema de los elementos sanitisantes que corresponden disponer para mantener la salubridad teniendo en cuenta la experiencia de que por momentos si las propias docentes no compraban los elementos de limpieza no había en los establecimientos educativos.
Protocolo
Rodríguez explicó además que “en el distrito cada establecimiento educativo debería tener su propio protocolo, basado en las características edilicias de cada uno y en la cantidad de alumnos”.
Asimismo, entendió que la vuelta a clases debería contemplar sólo “una jornada reducida” de alrededor de 2 horas y con sectores cubiertos por un número de chicos pequeño. Mencionó que una clase de 25 alumnos podría dividirse en tres grupos y que de esa manera cada uno de ellos esté separado considerablemente de sus pares y el personal del establecimiento.
Por último, resaltó el trabajo que vienen desarrollando los profesores y docentes desde sus casas pero reconoció que “el tema de la presencialidad es vital en la educación porque existe un ida y vuelta entre el docente y el alumno que es enriquecedor”.