Mariela Fernández explicó, a través de una experiencia en primera persona, las situaciones que atraviesa una víctima y su familia tras un hecho de esas características.
La conductora Primer Plano Online, de C5N, Mariela Fernández contó en vivo que fue abusada sexualmente a los 10 años y explicó las situaciones que pueden atravesar la víctima y su familia tras un hecho de esas características.
Luego que saliera a la luz el caso de un hombre de 30 años investigado por unos audios de WhatsApp en los que confesó haber violado a su hija de 6 años, Fernández entrevistaba a Silvia y Sebastián, quienes fueron víctimas de abuso en su infancia y crearon una fundación para ayudar a prevenir este tipo de situaciones.
En un momento de la nota, Mariela tomó la palabra. “Yo me quiero poner en el lugar de las criaturas, de esos papás, y correrme un poquito de la Justicia, que tiene que actuar –comenzó diciendo la periodista–. Pensemos en los chiquitos que fueron abusados hoy, y quiero preguntarles qué indicios, a qué tenemos que estar atentos los papás”.
Fue entonces cuando decidió hablar en primera persona. “Yo les voy a contar que fui víctima de abuso, a mis 10 años, y no tuve la posibilidad de ponerlo en palabras, me daba vergüenza. Mi mamá no se daba cuenta. El que descubre la situación es mi hermano menor. Él pone en palabras lo que había visto, y ahí, a mí me corren de ese lugar”.
Su relato no se interrumpe. “En casa no hubo posibilidad de hacer una denuncia judicial –agregó–, simplemente nos corrimos; se cortó el vínculo con la familia. Esto pasaba hace tiempo atrás, cuando se callaba porque daba vergüenza”.
Acto seguido, explicó de qué manera pudo vivir todos estos años con aquello que debió enfrentar. Y cómo lo enfrentó su familia. “Lo sobrellevamos como pudimos. Hace poquitos años pude poner en palabras en una terapia, pude sobrellevarlo y salir adelante. Y aun así me cuesta expresarlo”, explicó la locutora, mirando a cámara.
Luego, Fernández insistió sobre la importancia del rol que las personas mayores deben desempeñar ante el abuso de un menor. “Quiero ponerme en el lugar de esos chiquitos, en donde yo me siento identificada: no hay voz, no hay manera de expresarlo. Y necesitamos de esos adultos para que estén atentos y visualicen eso que no podemos poner en palabras”.