En un juicio abreviado, el Tribunal Oral en lo Criminal N° 2 le impuso a Michael Julián Chávez Sosa la pena de 4 años y 3 meses de prisión.
Un joven de 28 años fue condenado en el Tribunal Oral en lo Criminal N° 2 por haber cometido una serie de robos violentos entre 2021 y 2024.
En un juicio abreviado, el juez Alexis Simaz condenó a Michael Julián Chávez Sosa a la pena de 4 años y 3 meses de prisión por haberlo encontrado culpable de los delitos de robo agravado por su comisión en lugar poblado y en banda, robo agravado por su comisión con escalamiento y efracción en tentativa y robo agravado por el empleo de arma de fuego cuya aptitud para el disparo no se encuentra acreditada.
Chávez Sosa estaba inmerso en el mundo del delito, y si bien no presentaba antecedentes formales, su nombre era conocido en diferentes comisarías de la ciudad por haber estado bajo sospechoso de robos y otros hechos violentos.
El primero de los robos por los que fue condenado Chávez Sosa ocurrió el 2 de octubre de 2021, cerca de las 16.40 en Albarracín al 600. En esa oportunidad, una remisera había frenado su auto Chevrolet Corsa de la firma Remicoop y fue sorprendida por dos hombres, quienes subieron al vehículo y la amenazaron con que tenían un arma.
De esta manera, Chávez Sosa y su cómplice le quitaron a la víctima unos 8000 pesos, un celular, una mochila de cuero y la obligaron a descender del remís para llevárselo.
La víctima había activado el botón de pánico, por lo que esto le permitió a la policía tener la ubicación en tiempo real y poder hallar al remís, que había quedado en un playón del complejo de edificios en Garay y República del Líbano.
El siguiente de los hechos por los cuales fue condenado ocurrió el 27 de julio de 2022 a las 13.40, cuando cuatro hombres, entre ellos Chávez Sosa, que se movilizaban en dos motos frenaron en Rosales y Gianelli para que dos de ellos ingresaran al comercio “Veo Veo Juguetes”.
Una vez allí abordaron a la empleada del local, la amenazaron, la obligaron a tirarse al suelo y le aseguraron que estaban armados, que la matarían si no “entregaba” todo. De esta manera, se apoderaron de 4000 pesos que había en la caja y robaron mercadería: zapatillas, chombas, remeras, camperas y las pertenencias de la víctima. Los delincuentes, luego, subieron a las motos en las que los esperaban sus cómplices y huyeron del lugar.
Otro de los delitos ocurrió el 28 de octubre de 2022, cerca de las 3 de la madrugada en Santiago del Estero al 3200, cuando Chávez Sosa trepó hasta una terraza y tras forzar un ventiluz irrumpió en una vivienda con claros fines de robo.
Una vez en el interior, se dirigió a la habitación principal, donde sorprendió a un hombre mientras dormía propinándole golpes de puño en el estómago. La víctima, en un primer momento, pensó que era su hermano quien lo despertaba con una broma, hasta que se dio cuenta que era un delincuente, quien no dejaba de atacarlo, por lo que gritó para pedir ayuda.
El hermano de la víctima, un hombre de 66 años que dormía en otra habitación, escuchó los gritos y fue a socorrerlo. Inmediatamente se trenzó en combate con Chávez Sosa a quien golpeó con un velador, lo que generó que desistiera de sus intenciones de robar y huyera por donde había ingresada, la terraza.
En la huida, el ladrón perdió un reloj y un celular, que fueron periciados luego por la policía.
Finalmente, el último de los episodios por lo que fue condenado Chávez Sosa ocurrió el 7 de febrero de este año, a las 18.10 en Beruti y Bolivia. Esa tarde, Chávez Sosa y otro hombre interceptaron a un mensajero cuando descendía de su vehículo y le apuntaron con un revólver en la cabeza, al grito de “dame la moto porque te pego un tiro”.
La víctima entregó una mochila, un celular, su billetera y 1.555.820 pesos que tenía, que le había confiado un comerciante para hacer un recado.
Personal de la Policía Local que patrullaba por la zona fue alertado del robo y se acercaron al lugar, entrevistaron a la víctima y luego salieron en la búsqueda de los delincuentes, hasta que finalmente detuvieron a Chávez Sosa.