Atacó a tres choferes distintos en tres días durante febrero de 2021, luego de abordar sus vehículos en el centro y el casino. También descubrieron que había robado una bicicleta.
Un asaltante de taxis fue condenado a cinco años de prisión por cometer tres hechos distintos contra choferes a quienes les pedía ser trasladado a Batán y luego amenazaba con un arma blanca para robar sus pertenencias.
La sentencia se conoció en los últimos días tras un juicio abreviado realizado ante el juez Fabián Riquert, en la sala del Tribunal Oral Nº 3. Además de encontrarlo responsable por los hechos mencionados, también se descubrió que el imputado había cometido un cuarto delito al sustraer una bicicleta en la vecina localidad.
Todos los casos se registraron, de acuerdo a la investigación llevada a cabo por el fiscal Leandro Arévalo, entre el 4 y el 7 de febrero de 2021, cuando el autor fue detenido. Justamente el corto lapso en el que delinquió en reiteradas oportunidades fue considerado un agravante para el magistrado interviniente, que en suma lo declaró “reincidente”.
Según el fallo al que accedió LA CAPITAL, esa figura le fue aplicada al asaltante debido a que antes de su última aprehensión ya había sido condenado por otra causa, tramitada en la Justicia Correccional. Por otra parte, el juez tuvo en cuenta como atenuante su estado de salud al momento de los hechos, afectado por una severa adicción.
En ese sentido, y como desde su detención el hombre se encuentra bajo un proceso de rehabilitación que incluye el estudio del oficio de peluquería, Riquert le dictó la condena pero ordenó que siga cumpliéndola en forma domiciliaria, por lo que no irá a prisión siempre y cuando no quiebre ninguna de las reglas propias de tal morigeración, como permanecer a disposición de la Justicia y no abandonar el tratamiento ni los estudios.
Los casos
El primero de los asaltos investigados ocurrió el 4 de febrero de 2021 a la tarde. Cerca de las 16.20, el imputado tomó un taxi en el cruce de Catamarca y Luro y le solicitó al chofer su traslado hacia Batán. Al llegar a la intersección de la ruta 88 con la calle 515 de la vecina localidad, le exigió al conductor que se desvara por un camino de tierra, unos 300 metros hacia adentro, y entonces lo amenazó con un cuchillo.
Posteriormente, de acuerdo a la reconstrucción del caso, el ladrón le sustrajo a la víctima 500 pesos y un teléfono celular, marca Samsung A10 color azul, para luego darse a la fuga.
El segundo delito cometido en esa línea temporal considerada por los investigadores fue el del robo de la bicicleta de un hombre en colectora y calle 35 de Batán, donde se ubica una estación de servicios. Ocurrió el 6 de febrero de 2021, pasadas las 18.30, y el ladrón escapó del lugar a bordo del mencionado vehículo.
El tercero tuvo nuevamente como víctima a un taxista de Mar del Plata. El imputado subió al automóvil en las inmediaciones de Independencia y Luro junto otros dos jóvenes que no fueron identificados.
Los falsos pasajeros pidieron ser trasladados a Batán y al tomar el camino de las canteras (calle 515) y llegar a la planta de la firma Plantel, el principal acusado desprendió la mampara sanitaria colocada para evitar el contagio del coronavirus y tomó al conductor del cuello con un arma blanca. Luego, le propinó varios golpes en la nuca con el mango de la misma y lo desapoderó de mil pesos y un teléfono celular marca Samsung J2.
Pero el asalto no finalizó allí: los delincuentes le exigieron a la víctima que se fuera y le sustrajeron el vehículo.
Por último, el 7 de febrero poco después de las 17 el mismo ladrón abordó nuevamente un taxi en las inmediaciones del Casino Central y le dijo al chofer que se dirigiera a Batán. Al igual que en las situaciones anteriores, cuando el rodado circulaba por la ruta 88 el falso pasajero tomó del cuello al conductor y lo amenazó con un cuchillo, exigiéndole que se desviara hacia Estación Chapadmalal.
En esta oportunidad, y “por motivos ajenos a su voluntad” según reza el fallo, no logró su objetivo de robo.
Adicción
Como lo probó el defensor oficial Ricardo Mendoza, el imputado sufría al momento de los hechos una grave adicción, por lo que desde que lo detuvieron permanece alojado en un instituto de rehabilitación y su progreso ha sido notorio. En ese sentido, se inscribió en un curso de peluquería y recibió y recibe apoyo terapéutico con buenos resultados.
Por eso, a pesar de ser declarado “reincidente” ya que antes de estos casos el Juzgado Correccional Nº 4 de Mar del Plata lo había condenado a 3 años y 6 meses de prisión en el marco de otra causa previa, el juez Riquert hizo lugar al acuerdo entre la defensa y la fiscalía para que la pena única de 5 años de cárcel que finalizará en febrero de 2026 sea cumplida en forma domiciliaria en el mismo inmueble donde vive actualmente.