Con la tradicional procesión náutica culminó la celebración en el Puerto. Hubo un emotivo recuerdo para los desaparecidos del mar.
Con un llamado a la construcción de la cultura del encuentro y de la paz social, finalizó este domingo la Fiesta Nacional de los Pescadores. El homenaje y la adoración a San Salvador, patrono de los pescadores, fue el faro para recordar a los desaparecidos del mar. Los del ARA San Juan, Rigel, San Antonino, El Repunte, y los de todos aquellos pescadores que salieron desde el puerto y no volvieron. Ese fue el sentido de la tradicional procesión náutica que se realiza en el cierre de cada edición de la fiesta.
Luego de una procesión que partió desde la parroquia de la Sagrada Familia, encabezada por el obispo Gabriel Mestre, tuvo su última parada en el monumento al Pescador donde se depositó una ofrenda floral. Luego, la imagen de San Salvador subió a bordo del “Don Mario”, embarcación elegida para liderar la procesión.
En un clima de respeto por las víctimas, pero con la festividad y el colorido que le dieron las familias del puerto, las lanchas pesqueras se dirigieron hasta la entrada del puerto. Allí, se arrojaron las ofrendas florales al mar en recuerdo de las víctimas y el obispo elevó una oración en memoria de los fallecidos. El “toque de silencio”, antecedió las sentidas palabras de Mestre quien destacó el sentido del esfuerzo y del trabajo de los pescadores.
Junto a la imagen de San Salvador, se encontraban varios familiares de víctimas de los distintos naufragios. Como Andrea Rodolico, una habitué de las procesiones desde 1992. Ese año, el hundimiento del pesquero Los Tres Amigos se llevó la vida de su hermano Horacio. “Vengo siempre y es una manera de tenerlo presente. Cada vez que hay una tragedia en el mar, se me revuelve todo”, le contó emocionada a LA CAPITAL, segundos después de arrojar la ofrenda florar al mar.
El recorrido de la procesión continuó con el ingreso a la Base Naval. En el lugar donde se ubicaba el ARA San Juan, se arrojó una ofrenda floral y nuevamente se elevó una oración en memoria de los tripulantes.
Antes de regresar a tierra, el capitán del Don Mario pidió la palabra y, emocionado, agradeció que su barco haya sido elegido para llevar la imagen de San Salvador. “Ha sido un día inolvidable para mi, nunca voy a terminar de agradecerlo”, dijo con la voz entrecortada.
Luego, la pirotecnia y los aplausos de los que estaban en el muelle, recibieron a los tripulantes. La Guardia del Mar escoltó la imagen del santo hasta la banquina, donde el obispo hizo la bendición final.
En un breve mensaje, Mestre destacó a los pescadores como “auténticos herederos de una cultura del trabajo como las familias del puerto lo han sido y lo seguirán siendo”
Además hizo un pedido a Dios para que “en medio de las dificultades a nivel social y económico que tenemos en nuestra patria, podamos ser constructores, desde la fuerza que nos da San Salvador, de una cultura del encuentro y de la paz social, como tantas veces nos pide el Papa Francisco”.
“Que la cultura del encuentro y la paz social anime nuestros corazones para llevar adelante la vida en las cosas que nos va bien y también cuando aparezca en el horizonte alguna dificultad”, agregó.
Misa y reconocimiento
Antes de la procesión náutica que cerró la XXXVII Fiesta Nacional de los Pescadores, se realizó la Solemne Misa Cantada concelebrada por el sacerdote, Miguel Cacciutto.
Durante la misa se entregó la Distinción “San Salvador”. En esta edición se reconoció la labor que realizan en el Hogar para Enfermos Crónicos Nuestra Señora de Lourdes, institución nacida hace más de 70 años en la ciudad de Mar del Plata y dedicada con exclusividad al cuidado de ancianos y enfermos.
La placa fue recibida por la Hermana Superiora Miriam Medina y la Hermana Silvia Rivas, quienes agradecieron a la Sociedad de Patrones Pescadores y a la Comisión de Festejos San Salvador.