El ex obispo de Mar del Plata tomó posesión en la parroquia Nuestra Señora de Fátima acompañado por cientos de fieles que lo recibieron con mucho afecto. Emotiva celebración y destacada presencia de marplatenses.
MAR DE AJÓ. (Enviados Especiales)
Con un gran respaldo de los fieles, Monseñor Gabriel Mestre inició formalmente su misión como párroco de Nuestra Señora de Fátima en Mar de Ajo.
Una emotiva ceremonia, en un templo que lució repleto, presidida por el obispo de la Diócesis de Chascomús, Juan Ignacio Liébana marcó el comienzo del nuevo desafío del sacerdote marplatense que fue recibido con mucho afecto por la comunidad de Villa Clelia, el poblado donde se encuentra la parroquia donde continuará su pastoreo.
El buen recuerdo que dejó Mestre a lo largo de su trayectoria en la que fue obispo de Mar del Plata y recientemente Arzobispo de La Plata quedó reflejado en la celebración de ayer en la que fue respaldado por cientos de fieles de diferentes lugares que celebraron su llegada a Mar de Ajó. Un detalle: el templo se llenó media hora antes del inicio y la gente ocupó toda la vereda y parte de la calle para estar en la misa.
Adentro, sacerdotes de diferentes lugares, diáconos, laicos, consagrados y cientos de fieles participaron de la celebración. También se hizo notar un nutrido grupo de fieles marplatenses que viajó para acompañar al padre Gabriel en su presentación.
El intendente del Partido de la Costa, Juan De Jesús, autoridades de prefectura y personalidades del distrito también dijeron presente. La misa fue celebrada por el obispo de Chascomús quien en varios pasajes expresó su alegría por la llegada del padre de Gabriel a la Diócesis.
A la hora de dirigir su mensaje, Liébana dejó su primer guiño al advertir que “no serán los tres puntitos de Gabriel (en referencia a la tradicional consigna de Mestre en sus celebraciones), pero voy a intentar arrimar el bochín”. Y con la sonrisas en la cara de lo fieles, se dirigió a Mestre y le dijo: “Es una alegría tenerte. Es una fiesta”.
En el primer tramo de la misa, el ex obispo de Mar del Plata hizo la promesa al asumir y firmó el compromiso junto a testigos.
Más adelante, se le hizo la entrega de los oleos, la estola y la llave del sagrario, mientras su padre Cándido y su hermana Mariana fueron los encargados de acercarle al altar los dones del pan y el vino.
Agradecimiento
Luego, Mestre se dirigió a los fieles con un mensaje de paz y agradecimiento por el desafío que le toca asumir. “Lo primero que me brota decir es gracias”, sintetizó
“Doy gracias a Dios por el don de la vida, la fe y la vocación. Quiero darle gracias al Papa Francisco que me permite este servicio en esta comunidad y en particular a monseñor Juan Ignacio que me dio la oportunidad de venir como pastor a esta comunidad”, expresó.
En el mismo sentido, Mestre agradeció la presencia de autoridades, de integrantes de la diócesis, de su familia, de los que lo acompañaron en el inicio de su nuevo desafío y de la comunidad que lo recibió de la mejor manera.
Además destacó el “impulso misionero que monseñor Juan Ignacio le quiere dar a la Diócesis” y utilizó una frase del Papa Francisco para expresar su desafío: “Sueño con una opción misionera, capaz de transformarlo todo”.
“No tengo ningún plan particular, simplemente lo que la Iglesia me pide que va en esta línea del evangelio”, añadió.
Apoyo marplatense
El apoyo de los marplatenses se hizo notar en la celebración. Más de cien fieles viajaron hasta la localidad de costera para participar de la misa. Hubo dos micros que partieron con representantes de diferentes iglesias de la ciudad mientras que también viajaron seis sacerdotes y otros miembros de la comunidad religiosa en una clara muestra de respaldo a quien hasta el año pasado fuera obispo de la Diócesis de Mar del Plata.
“Mar del Plata presente”, rezaban las pancartas que lucieron en el templo.
Además, viajaron sacerdotes, diáconos, laicos y consagrados de La Plata y de otras comunidades de la provincia.
Cándido y Mariana Mestre (padre y hermana de Gabriel), junto al intendente De Jesus.
Bienvenida
La parroquia de Nuestra Señora de Fátima está ubicada en el poblado de Villa Clelia, un espacio conformado por vecinos de clase trabajadora que viven de manera estable en el lugar.
La llegada de Mestre fue más que bienvenida debido a que tiempo atrás la parroquia perdió a su sacerdote, Jorge, quien estuvo a lo largo de 25 años.
“Estamos muy contentos. Cuando nos comunicaron la llegada de Gabriel nos pusimos muy felices. Sabemos de su trayectoria y de su capacidad de trabajo”, explicó el integrante de la parroquia, Víctor Pérez Mola.
Por su parte, el intendente del partido de la Costa, Juan De Jesús afirmó que la llegada de Gabriel era “una necesidad” y agregó que la parroquia “lo recibe con los brazos abiertos, dispuesta a colaborar y recibir su palabra”.
“En estos momentos difíciles que atraviesa el mundo y la Argentina, con esta deshumanización y soledad que hay, estamos seguros de que Gabriel va a saber interpretar ese sentir de nuestro pueblo”, afirmó.
Texto: Hernán Kloosterman
Fotos: Mauricio Arduin.