Peñarol visita a Estudiantes de Concordia. El triunfo ante Quilmes trajo tranquilidad. De la mano de esa paz el equipo de Leonardo Gutiérrez busca empezar a jugar mejor para despegar del lote de atrás.
Peñarol, entonado por su triunfo en el último superclásico marplatense, buscará este martes sorprender en su cancha a Estudiantes de Concordia para aprovechar el efecto anímico de su último resultado. El cotejo, correspondiente a una nueva jornada de la primera fase de la Liga Nacional de Básquetbol, se disputará en “El Gigante Verde” y comenzará a las 21.30.
El elenco de Leonardo Gutiérrez, llegado a Concordia pasado el mediodía del lunes, intentará usufructuar el envión que supuso el éxito ante Quilmes. Y, sobre todo, la inyección de tranquilidad.
Despojado de un poco de presión, procurará jugar mejor e ir definiendo un estilo. Quilmes, pese al resultado, no puede decirse que haya representado un paso adelante en ese aspecto.
Peñarol venía jugando partidos de pocos puntos y había experimentado una mejoría defensiva, pese a las derrotas, en los cuatro partidos del año. Y se apoyaba en el gol de Kyle LaMonte.
Contra Quilmes, en cambio, volvió a mostrar grandes problemas atrás y el eje del ataque, a partir de un par de circunstancias puntuales, retornó a las manos de Nicolás Gianella.
Con Zurschmitten en buen nivel, como contra Quilmes, el interminable platense puede pasar a jugar de “2” y soltarse para hacer lo que más le gusta: atacar el aro y asumir la responsabilidad de los tiros complicados. Con las manos libres para anotar, Gianella es tan buen “2” como LaMonte.
Peñarol fue oportunismo para aprovechar algunas cosas que le dio el partido (bases rivales cargados de faltas e inoportuno calambre de Eric Flor) antes que una línea definida de juego. Que haya ganado el clásico no quiere decir que no esté urgido de encontrarla.
Este martes, ante Estudiantes, difícilmente haga negocio con un partido de muchos puntos. Los entrerrianos, finalistas de la última Liga Sudamericana, llegan con facilidad a los noventa puntos en condición de local. Quilmes, por caso, lo sufrió en carne propia hace un par de semanas.
Al equipo marplatense, por un lado, le convendría un ritmo reposado de juego para evitar un despegue rival. Pero, por otro, aún no tiene aceitado su “5 vs. 5” y tiende a cometer errores a la hora de atacar estacionado. No genera cosas a partir de poner un balón interior y, si no provoca que el rival extienda la defensa para abrirle caminos al uno contra uno de Gianella, termina dependiendo de la efectividad de su tiro abierto.
Estudiantes, con cuatro extranjeros en el equipo titular (el cubano Jasiel Rivero, su jugador más parejo, el pivote español David Doblas, el alero estadounidense Anthony Smith y su connacional tirador Clay Tucker), ha sido un rival peligroso para casi todos. A su rendimiento, de todos modos, le falta regularidad. Le cuesta ganar como visitante. Pero en su cancha, una fortaleza, es prácticamente inabordable. Peñarol tratará de conquistarla.