Una ordenanza permite ir a la compra los lunes a aquellos vecinos cuyos apellidos empiecen por A o B, el martes con la C y la D y así hasta el sábado.
ROMA, Italia.- Aunque el Gobierno italiano decidiera ayer aplicar medidas más estrictas para reducir los contagios del coronavirus, regiones y municipios han ido más allá, imponiendo restricciones que van desde la prohibición de usar los bancos de las calles a la obligación de hacer la compra por orden alfabético.
Este último es el caso de Angri, municipio de la provincia de Salerno y foco local de contagios, en el que una nueva ordenanza permite ir a la compra los lunes a aquellos vecinos cuyos apellidos empiecen por A o B, el martes con la C y la D y así hasta el sábado, siempre que vaya un solo miembro de la familia.
Otro campo de batalla han sido los bancos de calles y parques, precintados en la ciudad de Forlì e incluso desmontados en Rocco San Casciano, municipio cercano.
“Está severamente prohibido sentarse en el banco, el sofá de casa es más cómodo”, es el cartel sobre los bancos precintados con el que se encontraron los habitantes de Pontecagnano Faiano, otro pueblo de la provincia de Salerno.
El Gobierno firmó el domingo el decreto por el que endurecía las medidas restrictivas para evitar la propagación del coronavirus, entre las cuales se encuentra el cierre de toda actividad productiva no esencial o la prohibición de desplazamientos a otros municipios.
Pero algunas regiones ya se adelantaron o fueron más allá incluso con la aplicación de medidas propias, como la septentrional Alto Adige, que decretó el cierre de supermercados los domingos, mientras que el resto del día estos debían bajar las persianas a las 19.
También prohibió el uso de los carriles bici excepto para ir a trabajar.
Lombardía, la región más afectada, y que concentra la mitad de los contagiados de Italia, prohibió hacer deporte salvo contadas excepciones, y anunció que multaría con 5.000 euros las reuniones de más de dos personas en lugares públicos.
En el Véneto, otra de las regiones con más infectados, su gobernador Luca Zaia anunció que se prohibiría salir de casa más de 200 metros incluso si era para sacar a pasear a un perro, y también decretó el cierre de supermercados los días festivos.
Esta última medida es una de las que más polémica ha generado entre las regiones y el Gobierno central, que no la ha promulgado a nivel nacional a pesar de recibir presiones de algunos gobernadores, y que ya está en marcha también en Emilia-Romaña.
En esta región y en la de Piemonte, las dos en el norte y también con miles de casos positivos por coronavirus, se han cerrado los mercados al aire libre, incluido el mercado de Porta Palazzo de Turín, el más grande de Europa.
La polémica también se ha vivido alrededor del deporte al aire libre, prohibido en la región meridional de Campania y donde el gobernador Vicenzo de Luca amenazó con “sacar el lanzallamas” si se seguía sin cumplir la orden de confinamiento.
En Calabria, la “punta de la bota” de Italia, su nueva gobernadora Jole Santelli decretó el práctico blindaje de la región, prohibiendo cualquier entrada y salida de la misma, bajo pena de 14 días de cuarentena.
Esta “batalla” entre regiones y el Ejecutivo italiano llega cuando el país ya alcanza los 5.476 fallecidos con el coronavirus, con 46.638 infectados, números que no paran de crecer pero que muestran una pequeña señal de esperanza al reducirse el número de muertes y contagios diarios en el último día.
EFE