La maestra de música está acusada de haber cometido nueve hechos de abuso sexual infantil y seis de corrupción de menores, entre 2012 y 2013. El debate oral se extenderá hasta el 10 de abril.
“Aprovechando al menos los momentos en que ninguna otra docente o personal del lugar se hallaban en las inmediaciones, valiéndose de intimidaciones y amenazas, Analía Schwartz abusó sexualmente de un niño haciéndolo objeto de tocamientos indecorosos en sus partes íntimas, a la vez que lo obligaba a tocarlo en distintas partes de su cuerpo. Más precisamente, introducía los dedos en el ano del mismo y obligaba a que los menores se hicieran tocamientos entre sí y con la exigencia de mantener el secreto de tales actos amedrentándolo con que algo malo podría sucederle al niño y a sus compañeros si revelaba el mismo”.
El párrafo anterior es un extracto de la requisitoria de elevación a juicio de la maestra de música del colegio Gianelli, Analía Schwartz. Para el fiscal Fernando Castro, quien redactó el documento, ese y otros 14 hechos similares de abuso y corrupción de menores quedaron probados durante la investigación que llevó a cabo por dos años. Desde hoy, serán los magistrados Facundo Gómez Urso, Aldo Carnevale y Pablo Viñas, del Tribunal Oral Nº 1 quienes deberán impartir justicia en el marco de uno de los casos más polémicos de los últimos tiempos en Mar del Plata. Con polémica y la presentación de 130 testigos, el proceso se extenderá hasta el 10 de abril.
Patricia Perelló, representante legal de la imputada, fue categórica en innumerables oportunidades durante el proceso y dijo que se trata de una “acusación infundada” que “no resiste un análisis lógico”.
Por su parte, los abogados de las familias de las víctimas, César Sivo y Christian Pradas, se mostraron en la misma línea del fiscal Castro. “Básicamente, lo que esperamos es que se pueda llegar a la verdad y mostrar los hechos tal cual sucedieron”, coincidieron.
Esos hechos de los que hablan los letrados causaron la conmoción de los marplatenses en septiembre de 2013. A los primeros padres de alumnos del jardín de infantes del Colegio Gianelli que denunciaron a Schwartz se les fueron agregando otros, incluso algunos del jardín “Maminas” pertenecientes al Instituto Flemming, donde también daba clases la docente.
La Cámara Gesell arrojó, según el criterio del fiscal Castro, resultados positivos en términos incriminatorios en nueve casos de abusos y seis de corrupción de menores.
En agosto de 2014 el fiscal Castro imputó a Schwartz y la citó a declarar, pero la docente no se presentó al aducir problemas de salud. La audiencia se pospuso para el mes de septiembre.
En tanto, la abogada Patricia Perelló, defensora de Schwartz, cuestionó la validez de la Cámara Gesell e interpuso un recurso de planteo de nulidad por entender que estaba mal realizado el pedido de indagatoria.
La docente se presentó ante Castro pero solo para decir que hasta tanto no fuera citada legalmente no iba a comparecer.
Días más tarde, la jueza Lucrecia Bustos le dio la razón a Perelló e informó a Castro que el llamado a indagatoria estaba mal formulado, pero al mismo tiempo rechazó la pretensión de la defensa de desestimar los testimonios en cámara Gesell.
Finalmente, tras una nueva postergación, el 20 de noviembre del año pasado la profesora de música declaró ante el fiscal y la jueza Bustos. Dijo ser inocente, sostuvo que nunca más podría volver a dar clases y poco antes del final de la audiencia, en medio de llantos, dijo: “Yo no tenía un trabajo, tenía una vocación”.
En julio de 2015, antes del cierre de las actividades judiciales por la feria, Castro presentó un escrito de 101 páginas en el que detalló cada uno de los hechos imputados con la correspondiente prueba.
El documento fue rechazado por la defensa ante el Juzgado de Garantías, primero, y también frente a la Cámara de Apelaciones, después, que no hizo lugar al recurso y ordenó que los hechos fueran ventilados en un juicio oral. Ese debate se iniciará hoy y Schwartz llega al mismo en libertad, aunque solicitó custodia especial por temor a ser agredida durante el proceso.
El caso
Castro comenzó a investigar el caso el sábado 7 de septiembre de 2013 cuando se enteró de que en la Comisaría de la Mujer se habían presentado 24 denuncias de abusos en el colegio Gianelli.
Los menores les habían contado a sus padres que en el jardín de infantes les hacían un juego en un ronda donde después de un rato la “señorita” les pedía que se bajaran los pantalones para tocarlos. También dijeron que, si no lo hacían, ella los amenazaba con que Dios los iba a castigar.
Al trascender el caso se sumaron más denuncias en cadena y apareció la ira de los padres: indignados con la maestra provocaron graves incidentes en el colegio.
Tres días después de presentadas las denuncias, la docente fue suspendida de su cargo. Y así la causa comenzó a avanzar hasta que el 25 de agosto pasado, el fiscal imputó a la maestra por seis hechos de corrupción de menores -involucran a cincuenta chicos que fueron tocados o vieron cómo tocaban a sus compañeros- y nueve de abuso sexual del que fueron víctimas cinco nenes y cuatro nenas de entre 4 y 5 años. Según la reconstrucción del fiscal, dos de los casos ocurrieron entre marzo y diciembre de 2012 en el jardín de infantes “Maminas” del Instituto Alejandro Fleming y el resto entre marzo y septiembre de 2013 en el jardín del colegio Gianelli.
En esa instancia, Castro solicitó la detención de la docente pero la jueza de Garantías, Lucrecia Bustos, la rechazó al considerar que no había riesgos procesales. Por esa razón, la docente llega al juicio en libertad.