Mecheras, ladrones, bandas de "pirañas" adolescentes y personas en situación de calle son parte de la problemática que denuncian las víctimas, que piden a las autoridades que tomen medidas urgentes para resolver la inseguridad.
Delincuentes rompen la vidriera de un comercio y roban cerca de 1.000.000 de pesos en mercadería. En un kiosco de la calle Rivadavia una banda de adolescentes, de no más de 15 años, se llevan a modo piraña todo lo que pueden y en un local de ropa de mujer, mecharas se aprovechan de la distracción de la vendedora para poder guardar ropa entre sus prendas e irse sin pagar. El centro de Mar del Plata, para los comerciantes, se ha convertido en “tierra de nadie“.
Según el reporte de seguridad del tercer trimestre realizado por el Centro Municipal de Análisis Estratégico del Delito (Cemaed), en junio, julio y septiembre se han registrado 210 ilícitos contra comercios, de los cuales el 78 % fueron robos y el 22 % hurtos. En 22 casos se menciona la presencia de arma de fuego y en 8 de otro tipo de arma. En el 52 % de los casos (110) el robo o hurto se produjo sin personas en el comercio.
A pesar de cifras o estadísticas, lo que se percibe en la calle, entre los comerciantes, es que el centro es un lugar inseguro. En el mismo informe del Cemaed se evidencia que se trata de la zona “caliente” de la ciudad, donde se concentran la mayor cantidad de robos en el área comprendida por Independencia, San Martín, Mitre y Moreno.
En una recorrida realizada este domingo por la peatonal San Martín y la calle Rivadavia, el comentario unánime de comerciantes consultados es que no ven presencia policial. “No sentimos desprotegidos, estamos en el peor momento”, dijo una kiosquera que reconoció que comenzó a cerrar su negocio a las 18 por los constantes robos y por temor a que le pase algo.
“Se ven muchos chicos armados con cuchillos, muchos ladrones y pungas. El municipio no hace nada, la policía no hace nada y tenemos que cuidarnos entre nosotros porque no hacen nada”, dijo una vendedora de un local de lencería.
Una de las formas que los comerciantes encontraron para cuidarse es armar grupos de Facebook y Whatsapp, en el que hay cientos de personas y denuncian los robos, alertan al resto de mecheros, mecharas y ladrones que andan por la zona.
Entre esas bandas que denuncian los comerciantes, la mayor preocupación son las que están integradas por menores, adolescentes que no llegan a los 16 años, son inimputables y están deambulando por el centro. Entre esos menores en conflicto con la ley, destacan al adolescente de 15 años que tiene 40 causas penales y fue noticia esta semana por haberse escapado de la policía esposado. “No podemos hacer nada”, dicen los comerciantes.
El domingo se presentó como una jornada soleada, con mucha gente que salió a pasear por el centro y por la costa. En la recorrida realizada por LA CAPITAL, por la peatonal San Martín y Rivadavia desde San Luis hasta Buenos Aires, cada comerciante consultado contó sus miedos por la inseguridad y hasta marcaba a quién le habían robado y cuándo. “Fijate, ¿ves algún policía por acá?”, dijo un comerciante que sentía protegido. Y no, no en las doce cuadras del centro recorridas no se vio a ningún policía.
Iván del Palacio es un comerciante que tiene dos locales por la calle Rivadavia y es el administrador del grupo de Whatsapp donde hay unos 200 dueños de negocios y también administra otro grupo general, con más de 600 miembros. Estos grupos le sirven a los comerciantes para organizarse y cuidarse.
“El centro ya es tierra de nadie desde hace bastantes meses“, contó Iván del Palacio y agregó: “No se puede pisar el centro. Ni de día, ni de noche. Rompen prácticamente tres vidrieras por semana, nos están robando todos los días entre mecheros, mecheras y banditas. No solamente a los comercios, sino a la clientela que anda paseando y eso hace que los posibles clientes se vayan a otras zonas comerciales de la ciudad, no quieren pisar el centro, la gente está cansada”.
“Nos sentimos totalmente desprotegidos”, expresó el comerciante y remarcó que en los grupos han identificado a los delincuentes de la zona, para poder cuidarse entre ellos. “Hacemos las denuncias, le damos la información a la policía, pero al día siguiente los delincuentes se pasan por la puerta del local y se nos ríen en la cara”.
Iván Del Palacio explicó que los comerciantes tampoco pueden buscar “justicia por mano propia”. “No podemos salir a cazar ladrones, no somos policías, no es nuestra naturaleza, ni tampoco contamos con las herramientas. No podemos arriesgarnos así como comerciantes”, expresó.
En una reciente entrevista con LA CAPITAL, el ministro de Seguridad de la provincia de Buenos Aires, Javier Alonso, consideró que hay “más policía en la calle, que hay un patrullaje más constante”, pero reconoció que es difícil hablar de estadística criminal ya que “cualquiera que haya sufrido un delito va a pensar que las cosas están mal; y tiene razón”.
En cuanto al miedo que pueden sentir los comerciantes, a esa percepción de inseguridad, dijo que es “tan importante lo que pasa como lo que sentimos que pasa”. “Para nosotros es muy importante eso, porque si uno tiene miedo de salir a la calle por lo que le pueda pasar, eso condiciona tu conducta y hace que la gente se sienta insegura. Tenemos que trabajar en ese plano fuertemente también. Por eso es tan importante que los intendentes se hagan cargo de políticas de seguridad, que no solo tienen que ver con lo policial”, remarcó el ministro de Seguridad.
Ya sea la provincia de Buenos Aires o el Municipio de General Pueyrredon, los comerciantes del centro demandan soluciones urgentes por los robos, por la inseguridad.
—¿A qué hora cierran?
—A las 9.
—A esa hora vamos a venir a robarles.
La escena sucedió el viernes a la tarde en la puerta de un comercio de la calle Rivadavia. Ese día no lo robaron, pero el miedo se instaló y el empleado del lugar no sabe qué sucederá cada vez que cierre el negocio.