Representantes de las empresas de transporte público están reunidos con referentes de las facciones que componen a la UTA. Tiros, enfrentamientos y una protesta que tiene a Mar del Plata sin micros desde hace tres días.
El conflicto en torno al transporte público de pasajeros en Mar del Plata y Batán suma capítulos minuto a minuto. Sin servicio de colectivos desde hace tres días y tras una tensa madrugada que incluyó tiros y heridos, empresarios y referentes de las dos facciones de la UTA se encuentran reunidos para destrabar el paro que afecta a los usuarios marplatenses.
Según pudo saber LA CAPITAL, hace aproximadamente una hora inició un encuentro entre el empresario Juan Inza (que tiene a su cargo las empresas Peralta Ramos, 12 de Octubre, El Libertador, 25 de Mayo), Adrián Giménez (representante de la UTA) y Maximiliano Escriba (chófer perteneciente a la agrupación opositora “Juan Manuel Palacio”). El objetivo es llegar a un acuerdo que permita la vuelta de los micros en la calle.
Al parecer, el empresario habría ofrecido el pago de los haberes correspondientes al mes de junio en aras de reanudar el servicio que, desde el sábado, se encuentra interrumpido en la ciudad por una interna gremial. Las expectativas frente a la resolución del conflicto son altas, aunque vale destacar que la falta de colectivos en Mar del Plata trasciende la disputa dentro del sindicato.
Los trabajadores permanecen en el predio de Constitución 10.250
La feroz interna que atraviesa el gremio conducido a nivel nacional por Roberto Fernández quedó en evidencia este sábado cuando choferes pertenecientes a la facción opositora manifestaron su disconformidad con la cúpula local bloqueando la salida de los colectivos del predio ubicado en Constitución 10.250.
La protesta obedeció al rechazo por parte de la facción opositora a la decisión sindical de poner en pausa el paro por tiempo indeterminado que se había iniciado el miércoles por la falta de pago de haberes y ajustes salariales pendientes. El mismo se levantó el viernes a las 6 por un “principio de acuerdo” con el Gobierno nacional que contenía la promesa de una nueva reunión este lunes para buscar una resolución a los pedidos.
Pero además los choferes “opositores” decidieron sumar otros reclamos que apuntaban a la representación gremial. “No nos representan” y “nos abandonan en medio de la crisis” fueron algunas de las recriminaciones que parte de la planta de trabajadores de la ciudad le achacaron a los dirigentes a cargo del sindicato en Mar del Plata, Adrián Giménez y Sergio Medina, entre otros.
En este sentido, aseguraron que los dirigentes solo llevaban adelante medida para “aumentar el boleto” (es decir, en favor de la postura empresarial) y poco hacían en relación a la situación de los 120 trabajadores que no cobran sueldos desde hace tres meses por la suspensión de los transportes interurbano desde el 20 de marzo. Las múltiples denuncias y comunicados que trascendieron en los últimos días también incluían la denuncia de contrataciones no registradas.
Esta situación desembarcó en un bloqueo de las unidades desde el sábado a la madrugada, que este lunes escaló a un nivel de violencia inédito. Según puede verse en los vídeos que difundieron los trabajadores a primera hora de la mañana, en el predio donde se lleva adelante la protesta hubo tiroteos que incluyeron balas de goma, pero también balas de plomo. De hecho, una de ellas impactó en el estómago de un trabajador que se encuentra en estos momentos asistido en la Clínica 25 de Mayo. Otros hombres, en tanto, sufrieron heridas leves en la cabeza, oreja y piernas.
En diálogo con LA CAPITAL en el lugar de los hechos, Juan Cruz Mastromarino, chofer de la agrupación opositora “Juan Manuel Palacios” detalló lo sucedido y apuntó a una de las autoridades de la UTA.
“Todo pasó tipo seis de la mañana, cuando vino el secretario general, que no tiene en realidad ese cargo, Adrián Giménez, diciéndonos que nos teníamos que ir porque nos iba a ir mal. Nosotros le dijimos que estamos pasando hambre, que tenemos familias que no están comiendo, que toman choferes en negro y en momentos de crisis los dejan a la deriva. Ahí, nos empezó a amenazar, se retiró y volvió con un palo y otros matones que nos empezaron a atacar”, señaló el chofer.
Juan Cruz Mastromarino, un trabajador de la facción opositora de la UTA, apuntó a la cúpula del sindicato de choferes de colectivos.
En este sentido, Mastromarino aseguró que el reclamo ya no solo pertenece al orden de lo económico, sino también gremial. “Ahora queremos también la claudicación de Roberto Fernández (representante de la UTA a nivel nacional) y Giménez, porque ahora no solo nos dejan solos, sino que también nos atacan”, indicó.
El conflicto en torno al transporte público local tiene a Mar del Plata con un servicio irregular desde hace dos semanas. El 22 de junio, y a raíz de la decisión de empresarios marplatenses de suspender a cerca del 30% de los trabajadores ante la caída de la recaudación durante la cuarentena, la totalidad del sindicato mantiene una medida de fuerza que tiene a los usuarios sin servicio de 22 a 6.
Además, y ante un conflicto nacional por la falta de acceso a los ATP -el pago del sueldo del 50% a los trabajadores- y del cumplimiento de ajustes salariales pendientes desde 2019, el servicio estuvo interrumpido en varias localidades del interior del país -incluidas Mar del Plata y Batán- el pasado miércoles y jueves. De todas maneras, ese paro se levantó el jueves a última ahora -con promesa de volver a debatir la situación hoy-. En Mar del Plata el servicio recién se reanudó a las 6 del viernes, por la retención de tareas vigente a nivel local, pero volvió a interrumpirse de manera total el sábado, por la disputa interna que se mantiene en la UTA.
¿Qué dice la política?
Desde el Municipio aseguraron a LA CAPITAL que, previo a la protesta de este sábado, las autoridades ya venían haciendo gestiones para destrabar el conflicto que afectaba el servicio nocturno. Sin embargo, aseguraron que lo sucedía en las últimas horas no daba lugar a la intervención del Ejecutivo local. “Esto que sucedió en las últimas horas es parte de una interna sindical y, a partir de una denuncia penal que se realizó, está en manos de la fiscalía”, indicaron.
Desde la oposición, en tanto, le apuntaron al intendente Guillermo Montenegro y aseguraron que la ciudad atravesaba una “crisis en el transporte” y que ésta obligaba una decisión política. En el duro comunicado difundido esta mañana, los ediles de Acción Marplatense aseguraron que el jefe comunal no podía “lavarse las manos” con el conflicto.
En el medio, los marplatenses
La falta de transporte público de pasajeros provoca serios inconvenientes entre los usuarios marplatenses, que en el marco de la pandemia por el coronavirus y un invierno con temperaturas cada vez más bajas, deben recurrir al pago de taxis y remises, modalidades que implican un gasto mayor. Aquellos que no pueden pagarlos, en tanto, se ven obligados a caminar o suspender sus actividades.
Sin colectivos, los usuarios deben trasladarse en modalidades más caras, caminar o suspender sus actividades.
A su vez, la protesta se da en el marco del debate por el aumento del boleto de colectivos en la ciudad. El 21 de mayo los empresarios presentaron ante el Concejo Deliberante el pedido de llevar la tarifa plana de los actuales $25 a $41,12. El argumento fue la abrupta baja en la recaudación del servicio desde declarada la pandemia. Exactamente un mes después, presentaron un nuevo pedido de suba, en esta oportunidad pedían que la tarifa plana escalara a $45. El pedido, sin embargo, todavía no salió de la comisión de Transporte del Concejo.
El 29 de mayo, y tras el primer pedido de las cámaras empresariales, el intendente Guillermo Montenegro y su par de Bahía Blanca, Héctor Gay, formalizaron un pedido para solicitar subsidios al sistema de Transporte Público Colectivo Urbano de pasajeros de ambos partidos. La solicitud se sustentó en la situación económica y financiera actual del sistema de transporte en el marco del aislamiento social, preventivo y obligatorio dispuesto por la pandemia de coronavirus. También se fundamentó en la sustentabilidad del sistema de movilidad urbano y, especialmente, las fuentes de trabajo que representa el sector.