El tenista marplatense volvió a entrenar con miras al circuito y los Juegos Olímpicos y habló de todo con LA CAPITAL.
Por Marcelo Solari
El regreso del circuito internacional de tenis, más allá del episodio protagonizado por Novak Djokovic y compañía, tiene fecha cierta: el 14 de agosto. Y desde la semana pasada, el marplatense Horacio Zeballos -el mejor doblista argentino de la historia- obtuvo la autorización para comenzar a entrenar (en El Abierto Club de Tenis) como deportista con posibilidades ciertas de clasificar para los Juegos Olímpicos de Tokio 2021. El zurdo del Edison Lawn Tenis habló de todo en una comunicación por Instagram Live con LA CAPITAL, y los tramos salientes de la charla se reproducen a continuación:
-¿Cuáles fueron tus sensaciones al volver a entrenar luego de tantos días?
-Creo que desde que juego al tenis, nunca había estado tanto tiempo sin entrar a una cancha. Fueron más de tres meses. Intento disfrutarlo y, al mismo tiempo, ir de a poco, porque me entusiasmo enseguida y no es conveniente apurarse o exigirse. Tenemos tiempo.
-¿Te costó el regreso?
-No tanto. El dobles no es una disciplina tan exigente en el aspecto aeróbico, y el resto de la parte física pude trabajarla bastante bien desde mi casa. Y tuve buenas sensaciones al empezar a pegarle a la pelota. Por lo demás, estuve muchos días disfrutando de la familia, algo que no es habitual. Esa fue la parte positiva. Pero también ya tenía ganas de volver a trabajar.
-¿Qué opinión tenés con respecto a lo que pasó con Novak Djokovic y el grupo de tenistas que se contagió de coronavirus?
-Claramente fue un acto de irresponsabilidad importante. De los jugadores, de los organizadores y hasta del público. No se respetaron los protocolos sanitarios, después hubo una fiesta y tampoco se tomaron los recaudos necesarios.
-¿A partir de este suceso tuvieron alguna comunicación de la ATP para modificar fechas o todo sigue igual?
-No, ninguna comunicación. Por ahora todo sigue como estaba planificado.
-¿Vas a jugar con Marcel Granollers la temporada completa?
-Sí, ya lo acordamos. Nos llevamos muy bien y queremos seguir jugando juntos. Vamos a ir al ATP 500 de Washington, al Masters 1000 de Cincinnati, que se va a jugar en Nueva York, y al US Open, siempre y cuando las condiciones de seguridad sanitaria sean las adecuadas, aunque hoy, en ningún lado hay 100% de garantías. Yo, particularmente, prefería arrancar en septiembre, directamente en Europa. Pero vamos a ir a Estados Unidos.
-¿Ya tienen diagramada la continuidad luego del US Open?
-Sí, vamos a jugar el ATP 250 de Kitzbuhel, los Masters 1000 de Madrid y Roma y Roland Garros. Serán algo más de dos meses con torneos muy importantes. Hasta ahí definimos. Después vendría la gira por Asia, pero todavía no sabemos a qué torneos vamos a ir.
-¿Tenés algún torneo de Grand Slam preferido?
-No sé. Australia me encanta. Es un torneo hermoso. Pero no podría decir si es mi favorito. El US Open es tremendo, es todo enorme. Wimbledon tiene una historia increíble y Roland Garros, que se juega sobre polvo de ladrillo, es como una referencia para el tenis argentino. Son espectaculares todos.
-¿Y desde lo afectivo?
-Sin dudarlo, el ATP de Buenos Aires. Jugar en casa, con toda mi gente, amigos, familia, es incomparable.
-Al margen de que también allí ganaste varios títulos en dobles…
-Sí (risas), eso también ayuda. Es muy lindo ganar con todo el público de tu lado.
-¿Y a qué torneo no volverías?
-A Sarasota, un Challenger en la Florida que tenía muy buen nivel de jugadores, no menos de diez Top-100, y las comodidades eran muy malas. La alimentación era deficiente, hacía mucho calor y no tenían hielo. Hasta aparecieron un par de víboras por el club. No volví nunca más. Tampoco me convence mucho la gira por Asia. Muchos días fuera de casa, los viajes son muy largos, el cambio de horario se siente mucho y hace demasiado calor. Pero hay varios torneos importantes y tendremos que jugarlos igual.
-Tenés 15 títulos de ATP en dobles y solo uno en singles. ¡Pero fue justo ese!
-Sí, la final de Viña del Mar que le gané a Rafael Nadal en 2013. Increíble. Tengo los mejores recuerdos de aquella semana. Y ni hablar de la final.
-Seguramente lo tenés entre los mejores triunfos de tu carrera. ¿Otro puede ser contra Juan Martín Del Potro en Miami 2016?
-Por supuesto. Porque yo entré como lucky loser (perdedor afortunado), y tras ganarle a “Delpo” llegué a octavos de final (N. del R.: perdió ante David Goffin) y empecé a construir un muy buen año deportivo.
-¿Y si tuvieras que elegir alguna frustración?
-Me dolió mucho no poder ayudar al equipo el año pasado, en la nueva Copa Davis. Nunca tuve lesiones de importancia, y justo me desgarré el aductor derecho y no pude jugar ningún partido.
-¿Quién te gusta de los buenos que asoman de la Next-Gen?
-Hay muchos talentosos, pero se sabe que la cabeza es fundamental y también juega su papel. Creo que (Stefanos) Tsitsipas es muy bueno. A mí me encanta (Felix) Auger-Aliassime, también (Denis) Shapovalov y (Jannik) Sinner. Son varios que pueden estar arriba, pero ninguno se va a acercar a esos tres monstruos (Djokovic, Nadal y Roger Federer) e incluso a Andy Murray.
-Todavía falta más de un año. ¿Los Juegos Olímpicos están dentro de sus objetivos importantes para 2021?
-Seguro. Me genera una gran ilusión. Es un sueño hermoso. Nunca estuve en unos Juegos y me encantaría poder ser parte. Y también clasificar para el Masters de dobles a fin de este año.
-¿Qué significa tu padre Horacio, en tu vida y en tu carrera?
-Nada que ya no le haya dicho a él. Ha sido y continúa siendo importantísimo. Un referente para mi carrera y mi vida. Tengo una raqueta en la mano prácticamente desde que nací, siempre con él bien cerca. Y seguimos viajando juntos a algunos torneos.