La nadadora Summer McIntosh y la saltadora Yulimar Rojas aparecen en el listado de grandes figuras en la próxima cita olímpica. En el mismo plano se ubican la gimnasta Rebeca Andrade, la judoca Clarisse Agbegnenou y la escaladora Janja Garnbret.
Por Javier Villanueva
La jovencísima nadadora canadiense Summer McIntosh o la saltadora venezolana Yulimar Rojas se perfilan como dos de las máximas estrellas destinadas a acaparar todos los focos en los Juegos Olímpicos que arrancarán dentro de un año en París.
Una cita olímpica en la que también tratarán de dejar huella figuras como la judoca francesa Clarisse Agbegnenou o la gimnasta brasileña Rebeca Andrade, sin olvidar, como no, a la escaladora eslovena Janja Garnbret, icono de los nuevos deportes con los que el Comité Olímpico Internacional quiere atraer a los espectadores más jóvenes a los Juegos.
Tras darse a conocer al mundo con apenas 14 años en los pasados Juegos de Tokio, en los que se quedó a las puertas del podio en los 400 libre, la nadadora canadiense Summer McIntosh no sólo buscará ganar sus primeras medallas olímpicas en París, sino convertirse en la “reina” de La Défense Arena.
Una corona a la que McIntosh presentó su candidatura cuando a finales de pasado mes de marzo y en apenas seis días, la joven canadiense, de 16 años, estableció cinco nuevos récords del mundo, dos en categoría absoluta y tres en la júnior.
La confirmación del enorme potencial y de la versatilidad que la nadadora canadiense ya dejó entrever en los Mundiales de Budapest 2021, en los que Summer McIntosh se colgó dos oros -200 mariposa y 400 estilos-, una plata -400 libre- y un bronce -4×200-.
Resultados que la canadiense intentará mejorar en París donde McIntosh protagonizará un espectacular duelo con la estadounidense Katie Ledecky y la australiana Ariarne Titmus por el trono de la natación mundial.
Reina indiscutible del triple salto la venezolana Yulimar Rojas se plantea el más difícil todavía y no descarta buscar en los Juegos Olímpicos de París un doblete histórico en triple salto y longitud.
Una gesta que no logrado nadie ya que la saltadora rusa Tatyana Lebedeva, que posteriormente fue desposeída de sus medallas tras dar positivo al ser revisados los controles antidopaje a los que se sometió en la capital china, tuvo que “conformarse” con la medalla de plata tanto en triple como en longitud en los Juegos de Pekín 2008.
De hecho, Rojas, vigente campeona olímpica y plusmarquista universal de triple salto, ya intentó, aunque sin éxito, competir en las dos disciplinas en los pasados Mundiales de Eugene 2002, en los que la venezolana logró su tercer oro mundial consecutivo en triple salto.
Pese a lograr la mínima requerida por la World Athletics para participar en salto de longitud, la Federación Internacional nunca homologó la marca de Rojas al realizarla con zapatillas de triple salto, cuya suela -25 mm- excede en 5 milímetros el límite de grosor -20 mm- permitido para el calzado de longitud.
Tras quedarse a tan sólo 135 milésimas de punto de la medalla de oro en el concurso completo en los pasados Juegos de Tokio, la gimnasta brasileña Rebeca Andrade se perfila como la gran favorita para proclamarse campeona olímpica en París.
Un título que Andrade pareció tener en todo momento en su mano en la capital japonesa hasta llegar a su último ejercicio, una fatídica rutina de suelo en la que la brasileña se salió hasta en dos ocasiones del tapiz.
Errores que permitieron alzarse con el triunfo a la estadounidense Sunisa Lee y de los que pareció aprender la brasileña, que un año más tarde se convirtió en la primera gimnasta iberoamericana en proclamarse campeona del mundo de concurso completo.
Una rotunda victoria, Rebeca Andrade aventajó en un punto y medio a su más inmediata perseguidora, la estadounidense Shilese Jones, que la brasileña intentará repetir en París y dejar definitivamente atrás la “agridulce” medalla de plata que se colgó hace dos años en el Ariake Arena.
“Le dije a mi hija que le iba a traer la medalla y que se la iba a poner al cuello”, desveló la judoca francesa Clarisse Agbegnenou tras coronarse el pasado mes de mayo por sexta vez en su carrera campeona del mundo de la categoría de hasta 63 kilos.
Un título que llegó apenas once meses después de dar a luz a su primera hija, Athéna, a la que Agbegnenou, de 30 años, sueña con ver aplaudiéndole en el Champ de Mars Arena con una nueva medalla de oro olímpica, tras las dos, una en la categoría individual y otra con el equipo mixto, que conquistó en los Juegos de Tokio.
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Objetivo con el que Clarisse Agbegnenou, ganadora de cinco títulos continentales, quiere demostrar que se puede compaginar la maternidad con el deporte de alto rendimiento, aunque para ello sea necesario abrir, cuando no derribar, alguna que otra puerta.
Como ocurrió en los Mundiales disputados en Doha, donde no sólo se vio a Athéna en la grada, sino también en la sala de calentamiento, algo hasta entonces inédito.
A sus 24 años la duda no está en saber si Janja Garnbret es la mejor escaladora del mundo, sino en saber si la eslovena es la mejor escaladora de todos los tiempos.
Una pregunta que parece tener una clara respuesta a tenor del impresionante palmarés que posee Garnbret, que no sólo puede presumir de ser la primera y hasta ahora única campeona olímpica de la especialidad, sino también de seis oros mundiales, tres europeos, así como de cuarenta victorias en pruebas de la Copa del Mundo.
Pero el impacto de Janja Garnbret, que se perfila como la máxima favorita para revalidar en los Juegos de París la medalla de oro que conquistó hace dos años en Tokio, va más allá de los rocódromos, como atestigua su presencia en la lista de las treinta personas más influyentes menores de 30 años en Europa de la revista Forbes.
EFE.