Se trata de un almacenero que el sábado sufrió un asalto a mano armada y que en la madrugada de este miércoles volvió a ser blanco de la inseguridad cuando delincuentes ingresaron al local tras romper la persiana y la vidriera.
Cristian Suárez habla y el tono de la voz demuestra su sentimiento de desesperanza. Lo contrario de lo que le sucedía hace aproximadamente un año y medio, cuando en su despensa comenzó a suministrarle a los clientes el servicio de cobro de impuestros: ayer, después de dos sufrir robos en cuatro días, decidió cerrar el negocio y dedicarse a otra cosa.
Según explicó el propio comerciante, entre el sábado y el martes el local ubicado en Libertad y Perú fue blanco de la delincuencia en distintos hechos. El primero fue, directamente, un asalto a mano armada cometido, a su juicio, por joven cuya apariencia le hace pensar que era menor de edad.
Eran las 20.30 del sábado, un momento que cualquier almacenero aguarda para vender la mayor cantidad de bebidas, fiambres y snacks, cuando el ladrón irrumpió y redujo a todos los presentes. Además de Suárez, había varios clientes que, asustados, le entregaron todo lo que tenían.
“Me puso el arma en la cabeza y así nos sacó la recaudación que habíamos podido hacer durante la tarde”, explicó el comerciante en diálogo con el móvil de LU6. Y agregó: “Fue un hecho a la vista de todos, es un local que está muy iluminado, tiene grandes ventanales y está en una esquina. Sin embargo, entró con total impunidad, con el arma y la cara al descubierto”. El delincuente escapó y hasta el momento no fue identificado.
Pero eso no fue todo. Este miércoles la paciencia de Suárez se agotó. En la misma entrevista, contó que llegó al almacén a la mañana y descubrió que a la madrugada había vuelto a ser víctima de otro robo.
“Nos encontramos con que a la madrugada nos reventaron la persiana, nos rompieron todos los vidrios, ingresaron al local e hicieron destrozos adentro. Estimo que vinieron en busca de ese dinero (del cobro de servicios), que no tenemos porque lo pasa a buscar la empresa recaudadora. Se terminaron llevando solamente un televisor, que era lo único que tenían a mano o lo que les interesaba al no haber plata”, explicó.
Luego, reveló su decisión de cerrar el negocio: “Digo basta, ya está… Es muy desgastante, desmotivante, pero sobre todas las cosas es peligroso. Todos los que somos comerciantes sabemos que Mar del Plata está muy complicada en el tema del consumo, cualquiera sea el rubro. Pero además de eso tenemos el agregado de inseguridad, sobre todo esta zona, Libertad y Perú. Por eso nosotros hoy tomamos la decisión de cerrar y no continuar acá. Nos vamos puntualmente por la inseguridad, esto es tierra de nadie”.
Sin embargo, Suárez no ocultó su preocupación por la inseguridad que aqueja a los vecinos y los demás dueños o inquilinos de locales del barrio. “Acá quedan muchos comerciantes y los únicos policías los encontrás yendo por Libertad hasta el centro, en algún operativo en la plaza, o parando vehículos… Operativos que son muy esporádicos y sobre los que desconozco el criterio que utilizan para parar”, dijo.
Y concluyó con más críticas a la policía: “Hace un año y medio que en la zona no vemos policías. Hace unos meses estuvo el tiroteo en la estación de servicio a una cuadra de acá y después sólo estuvo (estacionada) una camioneta una semana y media. Pero después se fue y no hay presencia policial, que es la preocupación principal”.