Con 81 años y en plena actividad, analiza los cambios en el trabajo de la comunicación, la influencia de las tecnologías, sus "pendientes", la diferencia entre lo trascendente y lo importante y las cosas que, cada día, lo conmueven.
por Claudia Roldós
@clauroldosmdp
Desde principios de los sesenta Vicente “Cholo” Ciano trabaja en la televisión de Mar del Plata. Comenzó con minutos de pantalla dando resultados deportivos, incursionó en la radio y en la prensa escrita en El Atlántico, fue enviado especial de mundiales y de los eventos boxísticos más importantes. Con vocación y dedicación, dio el salto a la presentación de los noticieros de Canal 8 y ha entrevistado a las figuras más relevantes del deporte, la política, el espectáculo y la sociedad. Hoy, a los 81 años, continúa ejerciendo la actividad periodística y ganándose cada día su lugar en los medios de comunicación, con “respeto, dedicación, trabajo, responsabilidad y, sobre todo vocación” como él mismo asegura.
Considerando la inmensa trayectoria de más de 50 años, “Cholo”, vecino ilustre de Mar del Plata será reconocido hoy con el premio “Expresarte”, la distinción del Senado de la Provincia de Buenos Aires, promovida por la Comisión de Libertad de Expresión. “Con su labor en diferentes medios locales ha siempre inspirado a sus vecinos basándose en el trabajo intenso y su compromiso con la gente”, señalan los fundamentos de la iniciativa.
Precisamente “El amigo de todos’ fue la frase elegida para simbolizar el sentimiento unánime de toda la comunidad.
El acto de entrega, con presencia de legisladores de la ciudad, familiares, amigos y comunidad, será hoy a las 18 en el Teatro Municipal Colón.
El trabajo y los cambios
Sencillo, reflexivo, generoso, comprometido, lleno de anécdotas, Cholo recordó en una charla con LA CAPITAL, que llegó con su familia -fue el menor de 10 hermanos- desde Tandil, donde nació, a los cuatro años. Antes de trabajar en los medios fue lustrabotas -en Tucumán y Juan B. Justo-, canillita, peón de albañil, empleado de una Escribanía. Pero, aseguró, “lo mío siempre fue la palabra y la imagen”.
“La vocación no se reemplaza con nada. Me ha tocado trabajar en cosas que no me gustaban y, por eso, lo valoro mucho más”, dice con una convicción que demuestra a diario, ejerciendo su actividad como en aquellos años de sus comienzos, cuando “hacíamos las previas, los entretiempos y los análisis post partidos, sin imágenes, sin respaldo”.
Y en cuanto al éxito aseguró que “siempre tuve la suerte de estar con la audiencia prestada, porque siempre presenté o fútbol o boxeo o informativos con muchos temas, que eran lo importante”.
Grabador en mano, su compañero fiel -aunque cada día le resulta más difícil conseguir cassettes- valoró la importancia de las nuevas tecnologías, pero aclara: “Son una herramienta, no todo”.
Y analizó: “Actualmente se está priorizando, sobre todo en las redacciones de los medios digitales, la inmediatez. Lo que recién llega va, no tenés tiempo de analizar, menos de chequearlo y así no es posible saber si esa información es la mejor o la más importante”.
Por ello consideró que, en estos momentos de gran cantidad de información y acceso al conocimiento “es importante leer, analizar y comparar. No sé si puedo enseñarlo, pero sí contar la experiencia”, reflexionó el hombre que transmitía notas y las palabras de deportistas desde el exterior en épocas en las que debía pedir las llamadas internacionales, que demoraban de 12 a 14 horas para concretarse y, por teléfono, reproducía las declaraciones que, luego, en la radio o el canal convertían en flashes.
“La calidad en aquel momento era exigencia de uno, no era tan importante como tener la información, la palabra de un jugador no era fácil de conseguir. Ahora cambió todo”, valoró.
Los pendientes
“Si hay una cosa que tengo pendiente sería aprender a escribir, cuando escribo, no sé si es por inseguridad o excesiva responsabilidad, las tres o cuatro primeras líneas ya no me gustan. En alguna época en el suplemento deportivo en El Atlántico, me sentaba y me salía. Será el dominio que creo que sentía en ese momento”, confió el periodista que actualmente lleva su programa de radio en LU6 y todos los jueves por la noche mantiene el ciclo de entrevistas “Tema Central”, en Canal 8.
Aseguró, también que “en su momento, no pude entrevistar a Lole Reutemann y me hubiera gustado, era un personaje de relevancia en la escena política y fue uno de los pocos a los que no tuve acceso”. Ahora, en tanto, mantiene en el debe la posibilidad de entrevistar al papa Francisco.
“Uno siempre aspira a entrevistar al Papa, lo que pasa es que ahora el perdió un poco ese aura de espiritualidad, como es nuestro, parece que ahora es mucho más fácil el acceso y su figura parece más terrenal”.
De todo lo que hace, Ciano siempre se fija en el respeto. “Se puede preguntar de todo, el tema es el tono”, aseguró- y en el cariño, el amor, la responsabilidad hacia su familia. “Lo que más quiero es que mi esposa, mi hijo y ahora mis nietos y mi nuera, estén orgullosos de lo que se diga de mí. No quiero que se avergüencen”, reconoció. Y aclaró: “No quiere decir que todo lo que hago lo haga bien, eso sí, me preocupo por hacerlo lo mejor posible”.
Asimismo diferenció, en su trabajo, lo trascendente de lo importante. “Todavía cada tanto me recuerdan una nota con Julio Grondona, que venía seguido a Mar del Plata. Fue un contrapunto importante, con preguntas fuertes, pero educadas, era la época en la que yo estaba enojado porque las transmisiones de fútbol no eran libres. Esa nota fue muy trascendente, pero para mí no fue la más importante. Importante es haber podido ayudar a la gente, contribuir. Lo social siempre me interesó y en este trabajo, nosotros tenemos la posibilidad de, con muy poco, hacer mucho, contribuir a mejorar la situación de las personas y eso es lo que me conmueve”.