Arte y Espectáculos

Cecilia D´Angelo y su primer libro: “Cada uno de los textos invita a repensarnos en un mundo patriarcal e individualista”

Se trata de "Una rosa blanca". La dramaturga marplatense explica que no se trata de contar historias de heroínas, sino de buscar las pequeñas historias cotidianas para mostrar cómo una mujer "se hace de poder en una sociedad".

 

Docente de letras, directora de teatro y dramaturga marplatense con amplia trayectoria, Cecilia D’Angelo se decidió y convirtió en libro tres de sus obras dramáticas más conocidas. Se trata de “Una rosa blanca”, “Penélope en viaje” (coescrita junto a Marcelo Marán) y “Diosas eran las griegas” (coescrita junto a la actriz y directora Laura Federico). La presentación será este viernes a las 19 en el Café Teatral Emilio Alfaro del Teatro Auditorium.

 


“No se trata de contar historias de heroínas del género, sino que a veces solo con mostrar las pequeñas historias que nos atraviesan, con sus vínculos, estamos hablando de cómo una mujer se para y se hace de poder en una sociedad”


 

Dos hechos la convencieron para convertir esos textos en libro: un viaje de investigación y la insistencia de su hijo. “El año pasado fui beneficiada con la beca de excelencia Programa de movilidad entre universidades andaluzas e iberoamericanas por la Asociación Universitaria Iberoamericana de Postgrado para realizar una estancia de investigación en la Universidad de Málaga sobre dramaturgas españolas, durante octubre y noviembre del 2022″, recordó. Y “mi hijo Franco Chimento, que es el editor de este libro, me insistió para que publicara alguna de mis obras para llevarlas a España”, contó a LA CAPITAL.

 


El libro “Una rosa blanca”.


Así fue que eligió tres unipersonales, llevados a escena últimamente. Con “Una rosa blanca” -obra que da título al libro- ganó el premio Argentores a mejor Autor Nacional en 2021.

Para la dramaturga, este libro propone abrir expresiones en el medio teatral. “Es importante que las obras circulen, que las hagan varios grupos y que diferentes directores aporten nuevas miradas”, dijo. “Creo que no se publican tantas obras de teatro como se producen. Los teatristas estamos acostumbrados a ponerlas en escena pero no a hacer el esfuerzo de publicarlas. Hoy con la virtualidad parecería casi innecesario. Sin embargo sigo creyendo en el libro en papel con todo lo que conlleva”, indicó D´Angelo, que también integra el colectivo Dramar que reúne a dramaturgas locales con visión de género.

-¿De que manera volcás tu mirada de género en las obras que representás?

-En general, cuando escribo no pienso en otorgarle una mirada de género a mis textos. Coincido con la mirada de Patricia Suárez (también dramaturga), cuando dice que escribe desde su ser como mujer y desde las mujeres que conoce. No se trata de contar historias de heroínas del género, sino que a veces solo con mostrar las pequeñas historias que nos atraviesan, con sus vínculos, estamos hablando de cómo una mujer se para y se hace de poder en una sociedad. Cada uno de los textos que componen la publicación nos refleja y nos invita a repensarnos en un mundo distópico, patriarcal, e individualista, ahí aparece la mirada de género. En dos de las tres obras de esta publicación, las mujeres son protagonistas. Digo mucho de lo que pienso a través de ellas. Sobre lo que se calla, tanto desde el humor como desde el drama.

-¿Al teatro le faltan más historias de mujeres?

-Creo que eso está cambiando y mucho, por suerte. Por ejemplo las dramaturgas argentinas toman personajes de la realidad socio-histórica para su producción porque es necesario revisar la historia y qué mejor que hacerlo desde el teatro y darle voz a esas mujeres. Así lo hice con Penélope, Medusa, Gricel y otras. Así lo hicimos con el colectivo Dramar con el espectáculo Enfocadas y los radioteatros Historias que suenan.

-¿Qué tienen en común las obras que están contenidas en este libro?

-Creo que Adriana Derosa (crítica teatral) lo expresa muy bien en el prólogo: “¿Cuál es la columna vertebral, entonces? ¿Qué es lo que hace que este compendio sea obra femenina? ¿Qué es lo que hace del libro, el testimonio de una parte de la carrera literaria de una primera generación de dramaturgas marplatenses? Sin duda el hacer con otros: el crear a partir de los lazos amorosos que vinculan a los creadores colectivamente. Dar forma a las historias a través de la enorme inspiración que representa trazar un camino conjuntamente con los actores y directores, con otros dramaturgos. La creación de vínculos en forma de estrella, de neurona, de este gigantesco entramado de sinapsis simbólica profundamente femenina”.

-¿Qué temas son los que te convocan?

-Escribo desde mi adolescencia. Primero fue la narrativa, sobre todo el cuento. Luego tuve muchos años de silencio. Creo que al estudiar Letras te parece que nunca vas a poder escribir así y un poco eso calló mi escritura. Volví a escribir recién a partir de que conformé el Grupo de Teatro el Búho y fueron mis compañeras y compañeros los que me instaron a hacerlo. Mis temas en general tienen que ver con enfrentarnos con nosotros mismos y las máscaras que adoptamos para abordar la realidad. A veces con tintes de humor y otras con desesperación existencial, los personajes que escribo se transforman para interpelar nuestros deseos frustrados. La mayoría de mis obras reescriben o cuestionan temas de la mitología, un eje de lectura que mantuve muchos años. También lo que me pasa a mí desde mis lecturas o la reflexión desde la mirada de mujer como los textos que escribo con el colectivo Dramar, al que pertenezco.

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